El presente título constituye una hipótesis que asume la idea de que el discípulo tesorero de las finanzas del colegio apostólico o de Jesucristo en sí, más que traidor, jugó un papel político en interés de algún plan desestabilizador del César, que principalmente, abrazaba la secta de los judíos como estrategia.
Sin lugar a dudas, de forma axiológica, la postura ético-religiosa de la doctrina de Jesús, empalma, con otros lineamientos o acciones del pecado de los que dominan, que el pecado se organiza en el mundo como un orden social (Satán o el Maligno), y que es falso separar lo religioso de lo político pues toda falta contra el otro es pecado contra Dios. (Cándido Casal, Jesús y los judíos de su tiempo, pág. 399)
Propiamente, la hipótesis de que Judas, fue el único discípulo de Jesús que pactó con los fariseos (partido político) quienes procuraban destronar el cesarismo, toma cuerpo cuasi verdadero al razonar que la entrega de judas fuera hecha al Sanedrín, como consejo supremo nacional y religioso de los judíos, desde el siglo III a.c. hasta el siglo I d.c.
A propósito, como se ha citado, Flavio Josefo, los evangelios hacen referencia a las diferentes sectas o doctrinas que se practicaban en el judaísmo, destacándose los fariseos, saduceos, escribas y esenios, como las principales de la época, (www.origenescristianos).
Ahora bien, Jesús tenía profundas contradicciones con los fariseos, muy a pesar que se ha postulado, que el Mesías era fariseo, o al menos pro fariseo y que en muchos relatos originales sobre sus disputas, estos se hacían ecos de las opiniones que Jesús exponía.
La fuente sigue señalando, Los Fariseos fueron implicados en el complot para matar a Jesús, incluso indica que el apóstol Juan menciona que estos se aliaron a los sacerdotes en el juicio y muerte de Jesús. Dando cuenta también, que aunque Mateo no los implica en el juicio, sí que señala dos veces que los fariseos conspiraban contra Jesús y querían prenderlo, una vez en Galilea (Mateo 12, 14, así como otra vez en Jerusalén (Mateo: 21, 45-46).
El Evangelio de Juan recoge un testimonio que refleja, sin dudas, una situación real “Entonces los principales sacerdotes y los fariseos reunieron el concilio, y dijeron: ¿Qué vamos a hacer? Porque este hombre hace muchas señales. Si le dejamos así, todos creerán en él; Y vendrán los romanos, y destruirán nuestro lugar santo y nuestra nación. Entonces Caifás, uno de ellos, sumo sacerdote aquel año, les dijo: Vosotros no sabéis nada; ni pensáis que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca” (Juan 11, 47-50). (pág. 124)
La fuente, citando a Josefo – Historiador judío nacido en 37/38 d.C. Como decíamos al principio, a pesar de que se les mencione juntos, el fenómeno esenio se diferenciaba sustancialmente de las posiciones fariseas y saduceas, mientras estos eran partidos políticos, los esenios eran una comunidad religiosa. (pág. 126)
Otra secta conviviente en la época de la crucifixión, eran los Celotes – que significa, “celosos”, el historiador Josefo, ya citado, los presenta como una cuarta doctrina cuyas creencias no parecen haber sido distintas de las de los fariseos, pero a diferencia de éstos, ellos se manifestaron partidarios de iniciar una acción armada contra Roma, que pensaban sería respaldada por Dios. Precisamente por ello, eran contrarios al pago del tributo al emperador y a los matrimonios mixtos. Su postura sólo se diferenciaba de la de otros judíos en su disposición a usar la violencia. (pág. 156)
Bajo el reinado de Herodes (37-4 a. C.) los poderes del Sanedrín fueron drásticamente limitados, de hecho, según cuenta Flavio Josefo, Herodes comenzó su reinado mandando matar a cuarenta y cinco de sus miembros, sustituyéndolos por personas afines.
De lo que seguro estamos es que a juzgar por las fuentes, las sectas tenían profundas contradicciones con las posiciones de Jesús, ya que muchas de ellas eran partidos políticos, por lo tanto, deberían tener pretensiones de destronar al Cesarismo.
En efecto la tesis planteada sobre el papel de Judas, robustece la idea que estas habrían diseñado un plan, que a través de las palabras atribuidas a Caifás, destacado miembro del Sanedrín, que era preciso eliminar a Jesús para salvar la nación, sin embargo, existen teorías que Judas Iscariote, por lo tanto miembro del partido político, con pretensiones políticas, según se ha dicho, asumió el papel de ¨entregar¨a Jesús a esta instancia, a fin que al ser condenado por sedición, por estrategia de los fariseos, el pueblo judío se levantara y asumiera la acción política de la sublevación, sin embargo, luego de este plan en el que Judas asumió la acción política, incluso, según criterios, sin Jesús, conocer del plan, y es ahí donde está la traición de Judas a Jesús, que aprovechó que el mesías se había convertido en un fenómeno que aun, reconociendo a Cesar lo de Cesar y a Dios lo que era de Dios, concitó gran aglutinamiento del pueblo judío en torno a su figura, entregándolo como un plan de revuelta.