Todo el que hizo compras navideñas habrá notado el incremento en los precios.

Desde hace varios años el objetivo inflacionario de nuestro Banco Central ha sido que el costo de la vida no aumente más de un 4% al año, es decir que si el presupuesto familiar anual era de RD$100,000 aumentaría a RD$104,000. Pero ese objetivo que se logró durante varios años no se alcanzará en el actual, a pesar de que nuestro Banco Central, predijo hace algunos meses, que ese objetivo de un tope del 4% se llegaría a cumplir en este diciembre. Luego tuvo que admitir que no se cumpliría, pero que los precios irían bajando y se llegaría a ese objetivo durante el primer semestre del 2022. Sin embargo, muy recientemente declaró que será en el segundo semestre que se logrará.

El Banco Central con esas declaraciones ha sido honesto y responsable, pero el no cumplimiento con ese objetivo no se ha debido, ni a una expansión monetaria local, ni a un déficit presupuestal dominicano, ni a una sequía criolla, sino principalmente a factores fuera de control de nuestro país, como lo evidencia el hecho de que la inflación actual en Estados Unidos es la más alta desde 1982 (coincidiendo con el gobierno de Salvador Jorge Blanco) y lo mismo está ocurriendo en Europa. La Reserva Federal y el Banco Central Europeo en su lucha contra la inflación están “recogiendo vela”, al  aumentar las tasas de interés y recomprar sus obligaciones.

En el caso dominicano los altos costos de la energía han influido mucho en que la inflación este año probablemente termine en un alto 7%. La semana pasada el grito en Europa era que el gas natural había llegado al precio más alto en su historia. En Alemania su precio ha crecido a una velocidad no vista en cincuenta años. Putin cerró el gasoducto ruso probablemente como forma de presionar para que los europeos no griten mucho si invade a Ucrania. En el caso dominicano hay dos elementos que amortiguan esa situación, pues el principal importador de gas natural, AES Dominicana, por muchos años ha mantenido un contrato a precio fijo con una compañía inglesa y será tan solo cuando este venza que sufriremos el impacto, ya que el precio en ese contrato está muy por debajo del actual precio internacional.

Pero la empresa que importa gas natural para el gasoducto de San Pedro de Macorís sí ha estado adquiriéndolo a precios internacionales. Por suerte nuestro Ministro de Hacienda firmó hace varios meses un “hedge” con unos corredores internacionales bajo el cual, pagando una prima de seguro, evita el alto precio del gas y es debido al mismo que ha ganado muchos millones de dólares, recursos que utiliza para aplicarlos al déficit del sector energético que tiene que asumir y que suma un 50% del total del déficit del sector público. Pero el carbón también sube de precio y hay cuatro empresas locales que lo utilizan siendo la principal “Catalina la Grande”. Asimismo el petróleo crudo que adquiere nuestra Refinería también sube de precio y si no fuese porque el gobierno, con mucha frecuencia, absorbe el incremento en el costo del galón de gasolina, esta costaría aún más.