El pasado jueves 2 de agosto, la Escuela de Filosofía de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, la Asociación Dominicana de Filosofía y el Instituto de Estudios para la Paz y la Cooperación, con el auspicio del Centro Cultural de España en Santo Domingo, celebró una jornada dedicada a la reflexión sobre el impacto y los desafíos de la incorporación de los estudios de Filosofía en el bachillerato dominicano.
La filosofía fue excluida de los planes de estudio hace más de veinte años como parte de una reforma educativa que dio prioridad a los saberes utilitarios para el crecimiento económico en detrimento de los saberes humanísticos.
Una nueva reforma curricular llevada a cabo en el año 2017 ha reintroducido, dentro de un plan piloto de la educación secundaria, la enseñanza de las asignaturas de Introducción al Pensamiento Social Dominicano, Filosofía Social y Ética ciudadana.
El contacto con las mencionadas asignaturas tiene como propósito que el estudiante de secundaria pueda conocer los fundamentos de la tradición intelectual que ha forjado nuestras formas de ver el mundo y al mismo tiempo discutir sobre los problemas básicos que afectan las acciones ciudadanas.
El principal desafío con la integración de estas asignaturas es hacer realidad su potencial como materias llamadas a contribuir con una actitud crítica. Para ello, deben enseñarse con programas problemáticos, no como cronologías de lo reflexionado por pensadores importantes de la cultura dominicana y occidental.
Para ello es fundamental el papel que jugará el profesorado encargado de impartir las asignaturas. La tradición reciente de la educación dominicana nos muestra con mucha frecuencia un docente con muy baja formación y actitud acrítica, lo que lo convierte en un reproductor de esos mismos males en las generaciones de jóvenes llamados a formar.
Por consiguiente, la incorporación de las asignaturas por sí solas no son un remedio al mal de la educación dominicana. Deben verse como partes de un proyecto integral llamado a modificar de manera significativa el propósito del sistema dominicano y las actitudes e imaginarios de sus principales agentes.
Es una batalla colosal que cuenta con múltiples obstáculos. Los logros sociales no se logran de un santiamén. Son el producto de un tortuoso proceso en el que las distintas fuerzas sociales combaten por la conquista de espacios. Si hace veinte años los defensores de la Filosofía perdieron terreno ante los ideólogos de la educación neoliberal, la recuperación de la disciplina como asignatura explícita -aunque no de manera completa y en todos los niveles- constituye la recuperación de un dominio perdido en la paulatina avanzada por la realización de una sociedad más razonable y decente.