Conforme a las investigaciones que se ajustan a los estudios fonológicos, antropológicos y lingüísticos, la voz es un significativo patrimonio comunicativo que hace posible que el sujeto se afirme a través del lenguaje, la lengua y el habla. La voz se va conformando mediante el fenómeno físico-vocal, respiratorio y semiótico. Este último resulta de gran interés para los estudios relativos al canto, la emisión vocálica o consonántica y la conformación de todo fenómeno de habla-hablar.
Según el parecer de Mauricio Swadesh, el origen mismo mediante el cual el lenguaje y la comunidad social e idiomática se van consolidando, es significativo como estructura, forma de habla y comunicación; la misma historia del lenguaje humano se constituye en historia cultural mediante el habla-hablar y las mediaciones humanas que posicionan el valor del sujeto de la cultura.
Los sonidos emitidos por la voz humana se vuelven característicos, debido a que representan una comunidad linguística, un uso, un modo de vida y una práctica cultural. Todo este fenómeno se sostiene sobre el valor de la comunicación y de los modos de producir y significar mediante la relación voz-sonido y habla; lo que dará lugar a una lingüística de la voz y del habla que tiene un valor y una fuerza en los estudios sobre la palabra que podemos advertir en comunidades históricas determinadas. (En tal sentido, véase Eugenio Coseriu,1974, 1975,1977, y 1978)
Así, el canto, la música, el teatro, la ópera, el cine y todos los fenómenos que tiene que ver con la comunicación verbal-oral, se nutren de las condiciones de producción del emisor, la interlocución y sobre todo del hablar-en-contexto. La fonoaudición es un fenómeno que se produce en el sujeto humano, en el teatro, el canto, el coro, los y las coristas, así como en los diferentes artistas y maestros de la palabra que conforman expresiones comunicativas.
Las diferentes lenguas indígenas y africanas, así como las lenguas que se hablaron y aun se hablan en Asia menor, adquieren significación en lo que es la práctica misma del lenguaje; lo que implica que el sujeto se debe a su voz, pero también a la relación voz-sonido y cuerpo; lo que hace que la narrativa vocal se vaya desarrollando por eventos y técnicas de habla y lenguaje.
En algunas tradiciones caribeñas y latinoamericanas existen variaciones vocales, usos fonéticos de la voz, orientaciones verbales cuyas metas son hablarle a la sociedad o a cada sociedad asumida como lengua, lenguaje y como lengua-habla. El habla, los hablares dialectales y sociolectales, implican una visión práctica del lenguaje que también surge de la oralidad y la escritura antropológica llevadas a cabo por culturólogos franceses, ingleses, norteamericanos, africanos y polinesios que entre otros han llevado estudios de etnografías del habla para dar cuenta de hallazgos lingüísticos, culturales y sociales propios de las sociedades premodernas modernas o tardomodernas. Lo que implica un desarrollo comunicativo ligado al rescate dialectal o, al trabajo bio-comunicativo y socio-comunicativo.
En efecto, la voz es un instrumento que sirve para comunicar y para significar en contexto de habla y trabajo. La voz tiene un carácter ilocutorio-vocal, articulatorio y enunciativo. La misma funciona como mecanismo de transmisión sonora, vocalizadora y consonántica. El sistema voz, implica lo que se ha denominado forma audiovisión, fenómeno de gran importancia para el acto de comunicación comprensiva del sujeto hablante. Pero la voz tiene un modo respiratorio aspiratorio y expiratorio desde el punto de vista psicofísiológico.
El proceso dialógico y fonoauditivo se hace legible y práctico en el marco del lenguaje verbal, y sobre todo en el marco de una experiencia lingüística y comunicativa. Lo que supone dos posiciones del sujeto hablante: a) el sujeto que emite una secuencia sonoro-verbal, b) el sujeto que escucha una secuencia fonoverbal con sus correspondientes rasgos suprasegmentales( tono, timbre intensidad).
Esta casuística implica una intencionalidad en los locutores o hablantes en sociedad. Lo que quiere decir que el habla es el modo de existencia real del lenguaje verbal. En el contexto de una cultura de los signos, el habla es lo que socializa y concretiza la comunicación; el decir humano es lo que produce significación verbal.
Los estudios semióticos y antropológicos han hecho del habla y del discurso un instrumento, un modo y un espacio actualizado de comunicar, significar y hablar. La neurolingüística, la psico-lingüística y la sociolingüística son ciencias del lenguaje que parten de perspectivas constructivas, específícas y sociales en usos del lenguaje vocal y auditivo donde el sujeto se inter-relaciona mediante las estructuras verbales, dinámicas y contextualizadas. En tal sentido, la semiótica de la voz se inscribe en una práctica antropológica y social donde el lenguaje adquiere valor en base a comunicaciones directas, indirectas y contextualizadas, tal como se puede observar en los estudios culturales y lingüísticos de Edward Sapir, Franz Boas, Claude Levi-Strauss, entre otros.
Humbold, Sapir, Saussure, B. Lee Worf, Swadesh, Aguirre Beltrán y otros, han contribuido al estudio de la palabra y de la voz. Históricamente determinados temas de la semiótica del habla y del hablar (véase también la lingüística del hablar y del discurso) se estudian a partir del sujeto hablante, esto es de un acto social que produce significado y comunica para poder vivir en un mundo social mediante “actos de habla”.
Junto a la semiótica de la voz se reconoce también la antropología de la voz y del habla como dominios explicativos de la producción verbal y vocal en contexto de acción y de comunicación, de tal manera que el mecanismo vocal y del habla se convierte en productivo y significativo cuando los sonidos, fonemas, archifonemas, tonemas y rasgos suprasegmentales consolidan la emisión vocal.
Existe una relación necesaria entre la antropología del lenguaje, la semiótica de la cultura, la lingüística del hablar y la semiótica de la voz, por cuanto estos dominios de investigación involucran prácticas y sujetos que comunican en tiempo y espacio, pero también implican el conocimiento y producción de actos de habla en situaciones de comunicación.
La dinámica fono-auditiva, psico-vocal y sonoro-vocal comunica, comprende y establece contratos de comunicación oral a partir de modos bio-comunicativos y pragmáticos. Todo lo cual sugiere la comprensión de experiencias sociales de competencia comunicativa, competencia pragmática en las relaciones que se dan entre sujeto, voz, cultura, emisión vocal y comprensión sonoro-verbal.