Antes de que la Asamblea lo juramentara oficialmente como el nuevo presidente de la República, Luis Abinader, ya electo como mandatario de la nación, decidió llamar a la máxima autoridad de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Este encuentro tuvo lugar en las oficinas del Hostal Nicolás de Ovando, lugar en el que él preparaba la transición de los asuntos de Estado del próximo gobierno que unos días después encabezaría luego de que la Asamblea Nacional realizara la juramentación oficial, según establece la Constitución del país.

El presidente Luis Abinader realizó una visita, en un hecho histórico nunca visto en un mandatario, a la universidad estatal para reunirse con sus máximas autoridades, exactamente once días después de investirse como el nuevo Ejecutivo de la República Dominicana. Antes de producirse esta visita, las áreas económicas y financieras del gobierno ya habían realizado un desembolso por más de doscientos millones de pesos para atender las urgencias de la academia, a fin de garantizar el éxito del próximo semestre del año en curso y la instalación de los laboratorios. Este gesto del presidente es un hecho único en el país y en la propia academia.

Como pasada autoridad de la academia y como actual profesor de la misma, tuve el inmenso privilegio de ser invitado por el presidente para estar presente en el acto de recibimiento que se organizó ante la decisión del Ejecutivo de visitar la universidad, desde cuyo espacio pude observar el desarrollo de aquel histórico acontecimiento, que confirma, sin lugar a dudas, el compromiso del mandatario dominicano con la educación superior pública.

En mi condición de coordinador de Universitarios por el Cambio, uno de los proyectos de Movimientos de Apoyo, planteé a los gremios de la UASD mi propuesta donde expresaba que no era necesario firmar convenio o acuerdo alguno con el candidato Luis Abinader durante la campaña, para que ayudara a la UASD cuando fuera presidente del país. Estábamos conscientes de que el hijo de un uasdiano ejemplar y comprometido con su país como lo fue el Dr. José Rafael Abinader, no necesitaba de ese tipo de convencionalismo jurídico.

El hijo de un verdadero profesor o empleado de la UASD aprende a amarla desde el seno del hogar. Cuando el presidente dijo en su intervención "…la universidad del pueblo", no sólo nos remitió a su visión del papel social y liberador en términos sociológicos de esa academia, sino que expresó también lo que como prenda irrenunciable él lleva en la intimidad de su alma de hijo de maestro. Su padre fue vicerrector administrativo de la UASD en los tiempos duros; miembro del Movimiento Renovador Universitario y secretario de Finanzas del Gobierno Constitucional de la Revolución de Abril que encabezó el presidente Francisco Alberto Caamaño, para restablecer la democracia y reponer al profesor Juan Bosch en el gobierno.