Nuestra sociedad es violenta, así lo demuestra también el trafico por nuestras calles, avenidas y carreteras.  Insultos, peleas, bocinazos, en taponamientos, choches intencionales, puñetazos, roba de semáforos, ‘cortes de pastelito’ son algunas de las muestras de desenfreno y  violencia que se vive en las calles dominicanas.

Los limites de la paciencia se prueban día a día detrás del volante, pues se ha perdido la educación, el civismo y respeto, los conductores solo piensan en como acortar el paso para llegar primero, reinando el individualismo y egoísmo, causando de esta manera un caos colectivo.

La gente anda aburrida y agresiva, es como si descargara sus frustraciones a través del volante, sin importarle en lo mas mínimo los demás.  Los pobres policías de AMET, los llamados a organizar y a dirigir el transito vehicular, son irrespetados y en la mayoría de los casos ignorados como si fueran invisibles.

De acuerdo con un estudio de la OMS sobre la Situación Mundial de la Seguridad Vial 2013, la República Dominicana ocupa el segundo lugar entre países con más muertes por accidentes de tránsito en el mundo, en relación a su población, con una tasa de 41.7 por cada 100 mil habitantes; en primer lugar está la isla Niue, en el Pacífico, con un índice de 68.3,

Nuestro país posee una ley de transito obsoleta, pero peor aun, las leyes existentes, en su mayoría no se cumplen  Según la OMS los cinco principales factores que influyen en que ocurran tantas muertes por accidentes de tránsito son: conducir bajo los efectos del alcohol, el exceso de velocidad, el no uso del cinturón de seguridad, el irrespeto o no cumplimiento a las leyes y reglas, entre otros.

Este fin de semana fallecieron varias personas en accidentes de transito en las carreteras dominicanas.  Llama la atención en especial el caso de tres jóvenes, donde dos perdieron sus vidas al chocar contra un camión.  Lo lamentable es que minutos antes habían subido una fotografía a las redes sociales donde se reflejaba su alegría y juventud.

Lo triste es que de regreso a casa el lunes festivo, era evidente la mala educación e imprudencia de los conductores dominicanos, sin importar clase social pues la mayoría de los vehículos rebasando y yendo en vía contraria para rebasar y colarse en los tramos de la autopista del Este, eran vehículos de lujo y jeepetas.

Porque hasta en el simple hecho de como manejamos ensenamos nuestro nivel de educación y civismo.  Porque lo malo es lo que se imita, solo basta con que uno se cuele para que inicie la fila de seguidores haciendo lo mismo.  Porque prima el tigueraje, donde el sentido de “yo primero y que  se fuña el que viene atrás” o la ley del embudo “lo ancho para mi y lo angosto para el otro” son las verdaderas leyes y reglas que se ejecutan.

Estos son los modelos que los jóvenes que apenas estamos iniciando nuestro aprendizaje tras el volante, vemos a diario.

Mas que aprender a manejar o como parquearnos, deben enseñarnos a ser solidarios, tolerantes, educados, ceder el paso a los peatones y a los demás, a ser menos agresivos en las calles.  A respetar los limites de velocidad y los semáforos y reglas. Porque si de educación se trata, solo hay que transitar una tarde por las calles del polígono central de la ciudad para ver que nuestro nivel de educación es casi nulo. Porque de alguna manera debemos reducir las cifras de muertes por accidente de transito.  Evitar que tantas familias pierdan seres queridos, en especial ver la vida de tantos jóvenes troncadas por la tragedia.