Si se fijan bien, la carga de Odebrecht se está arreglando en el camino. Fíjense en los elementos que hacen pensar que eso no va a pasar de uno o dos “gatos” que se van a sacrificar por la compañía, como el amigo que escoge a la más fea para que el otro pueda sacar a su novia acompañada de chaperona, cuando eso se usaba.

Primer punto en contra de “llegar hasta las últimas consecuencias”. En lo más álgido de la participación de Odebrecht en absolutamente todas las construcciones y licitaciones importantes del país, el actual Presidente de la República era el entonces Secretario de la Presidencia, y no un secretario cualquiera, sino uno con poder deliberativo, con decisión y ascendencia absoluta sobre el Presidente de la República, a quien en todo momento se acusó de estar más de viaje y ensimismado en la búsqueda de la cuadratura del círculo, y el internet para el encuentro de nuevos “paradigmas”, dejando hacer y deshacer a todos aquellos que evidentemente lo metieron en el atolladero del cual no ha podido salir, entre ellos Danilo, quien ejercía con holgura el poder partidario y las decisiones determinantes, dejando a Leonel en sus andaduras por los espacios de la tecnología de la información y asistiendo a cuantas cumbres o reuniones le invitaran.

Hasta el año 2007, estuvo este en el poder factico y la toma de decisiones que iban desde el nombramiento de un compañero del partido en el Municipio de Vengan a Ver en Jimani, hasta aquellas que realmente constituían decisiones de considerable trascendencia. Manteniendo a partir de ese momento (error de Leonel), una formidable cuota de poder a través de personas que le eran y le son afectos, y que se mantuvieron y se mantienen aun hoy en el gobierno.

El segundo punto, muy distante del primero en importancia, ya que este basta para complicar toda la trama que se ha develado, es la forma de la investigación, la cual se traduce en el insólito hecho de que un Ministerio Público pida al investigado que presente las pruebas de su convicción. Es decir, Ladrón tráigame la prueba de lo que usted se robó, haciendo un símil.

Esto, nunca visto en ninguna investigación que se respete, y la DRA. LAURA GUERRERO sabe muy bien como se hace una investigación en forma. Da lugar a una sola interpretación: no se trata de una investigación seria, ya que el investigador, el Ministerio Público debe proveerse mediante sus propias diligencias los documentos, correos, discos duros, y toda aquellos indicios que den lugar a la conclusión real, el investigado, desde los tiempos de la ley del Talión, nunca ha entregado aquello que puede condenarle, eso es impensable y va contra la naturaleza humana y sobre todo, contra el sorprendente estilo de vida de aquellos a quienes se endilga el papel de “sobornados”, que nunca, oigan bien, nunca pensaron ni por asomo manejar tales cantidades de dinero, y tener tales acceso a medios de poder y su ejercicio.

El tercer punto, es la alegada devolución de US$184,000,000.00 que es el duplo de lo supuestamente sobornado, pretendiendo con esto minimizar el impacto de la noticia, y sobre todo vendiendo una falsa idea de una eficiencia inexistente, ya que, la sobrevaluación permitida de todas las obras de Odebrecht a través del sistema de sobornos institucionalizado superan veinte veces o mas esta pírrica suma.

Lo peor de todo, es que, se ha demostrado, que somos un país secuestrado, donde las instituciones están manejadas y dirigidas por un solo partido y una persona, como la más excelsa de las dictaduras, lo único es que aquí nos doran la píldora y tenemos una apariencia de democracia y legalidad inexistentes en la práctica.

Mientras el Ministerio Público dependa del Poder Ejecutivo y sea nombrado por este, la independencia es una ilusión y una quimera, una investigación que llegue “hasta las últimas consecuencias” impensable, improbable e imposible.

Nos queda soñar como Calderón de la Barca en su inmortal obra.