Tener el privilegio de observar la dinámica de la campaña electoral, de Los Estados Unidos de NorteAmérica así como entender el proceso de elección, constituye una gran experiencia, que ofrece la democracia, en ese país. Allí no hay publicidad en los espacios públicos -anuncios, cartelones, cruzacalles, fotos por todas y en todas partes, etc. La contribución económica a los candidatos es totalmente regulada, la publicidad en los medios es equilibrada y no es aburrida. El debate entre los candidatos es obligatorio, igualmente, debaten los candidatos a la Vicepresidencia. Los temas de los debates responden a los intereses del país, tales como:
Seguridad nacional, recortes o aumentos de impuestos, aborto, combate al terrorismo, consumo y tráfico de drogas, comercio, generación de empleos y riquezas, deuda interna o déficit presupuestario, política internacional, temas migratorios, racismo y sobre todo la conducta personal de los candidatos es muy escudriñada, muchas veces determinante.
Como en ese país, el gobierno no es el principal empleador, la mayoría de la población, se mantiene indiferente y las instituciones públicas y privadas, continúan su vida cotidiana normalmente. No hay temor a romper el establishment, todo sigue igual porque el presidente del país, luce más poderoso en el exterior, que en su propio territorio. Los ciudadanos gozan constitucionalmente del derecho a la libertad de expresión y al trabajo.
A mi modo de ver, la estrategia de campaña de Donald Trump, parecía errónea, pero no fue así.
Veamos la estrategia de Donald Trump:
1) Se alejó de los grupos minoritarios con una extraordinario poder votante, puesto a prueba en las elecciones del 2008 y 2012, cuando influyeron en la elección del presidente Barack Obama. Ese poder de voto representa sobre un 30 a 35% del total de los votantes -la minoría afroamericana son un 13%; la minoría hispana son un 17%; la minoría asiática son casi un 6% y sin incluir la minoría musulmana y otros grupos minoritarios-.
2) Creó un conflicto innecesario con la minoría musulmana, acusandola de ser todos terroristas, cosa incierta, pero peligrosa ya que que dicha posición toca la parte cultural, que es muy sensitiva en cualquier grupo humano.
3) Trump amenazó a todas las empresas americanas, esparcidas por el mundo a traerlas de nuevo a territorio americano, menospreciando el rol de dichas empresas en mantener y sostener el poder norteamericano, en los distintos países donde se encuentran.
4) Igualmente, ese candidato revivió al tristemente celebre y tenebroso grupo del KKK.
5) Poner los negocios en primer plano vs otras urgencias.
6) Restar importancia a la realidad del Cambio Climático, subestimando al mayor y más catastrófico problema, que amenaza y enfrenta la humanidad.
7) Y finalmente, no hay confianza en la población del peligro que representa su impericia en el manejo del arsenal nuclear, siendo una persona muy difícil para ser aconsejada.
Podemos decir, que el candidato del Partido Republicano, captó el sentir de la población, provocando la participación de los votantes que en otras circunstancias, no irían a votar y que fueron subestimados por los demócratas. La victoria de Trump, es un fuerte mensaje al pueblo de Los Estados Unidos y al mundo, que tendremos que descifrar basados en sus promesas y ejecutorias.