Cada año, desde que asoma el mes de febrero que le corresponde, un grupo de sobrevalorados historiadores nacionales (unos tales Roberto Cassá, Frank Moya Pons, Bernardo Vega, Euclides Gutiérrez, entre otros), considerados autoridades en la materia, nos disparan a mansalva, por todos los medios de comunicación, escritos, radiales y televisivos, descargas de informaciones relacionadas con los eventos que, en el año 1844, ocurrieran a propósito del inicio de las labores de parto de nuestra independencia nacional.
Sin embargo, los métodos de investigación usados por estos distinguidos letrados, restan seguridad en el contenido de sus crónicas desde el momento en que, por alguna razón desconocida, todos rechazaron utilizar el método heurístico (analítico), el cual se nutre, además de otras fuentes, en las narrativas verbales recibidas de personas conocedoras del suceso investigado. Así, resulta inadmisible el describir aquellos eventos del no tan lejano 1844, sin haber entrevistado a algunos jóvenes de entonces (Josefina Miniño, Fefita la Grande y Niní Cáfaro), esto constituye un atrevimiento sólo superado por haber ignorado los testimonios de quienes se estrenaban como adultos en la época (Papi Álvarez Castellanos, Osvaldo Cepeda y Cepeda, Johnny Ventura, entre otros), quienes pudieron haber realizado importantes aportes sobre el tema en cuestión y, quién sabe, si hubieran agregado algunas anécdotas del inquieto jovencito Juan Pablo, de quien Cepeda y Cepeda fuera profesor en primaria.
Nosotros, desprovistos confesos de las cualidades culturales de aquellos historiadores, nos hemos atrevido a realizar una particular investigación haciendo uso de las herramientas despreciadas por los sabios, adicionando los hallazgos obtenidos mediante el empleo del método analítico-sintético (heurístico-hermenéutico), compartiéndoles lo realmente sucedido la noche del 27 de febrero del 1844, partiendo del evento conocido como “el trabucazo de Mella”.
Esta es la crónica.
Presurosos por pasar ya las diez de la noche el 27 de febrero del 1844, Matías Ramón Mella, junto a algunos compañeros, corría un poco retrasado hacia la llamada Puerta de la Misericordia, dispuesto a dar la alerta del inicio de la gesta independentista fraguada desde hacía tiempo, proponiéndose disparar su trabuco y, con su estruendo, dejar sentado que ya no había marcha atrás respecto de la separación de Haití.
Pero, cerca ya de su objetivo, fueron sorprendidos como por un trueno, un estallido que sugería la descarga de un arma similar que llevaba Matías Ramón y, por los destellos de luz arrojados, resultó evidente que esto sucedió precisamente en la antigua Puerta Grande, por lo que, aturdidos por tan inesperado evento, siguieron con el resto del guión y se dirigieron a la Puerta del Conde, donde se encontrarían con otro grupo de patriotas que le esperaban para, una vez tomado dicho destacamento militar, izar la bandera de la naciente república y continuar con los aprestos separatistas.
Sin embargo, al llegar allí, no habiendo recuperado el aliento después de tal esfuerzo físico, Mella y su grupo quedaron atónitos, por segunda vez en esa misma noche, cuando encontraron en la señalada Puerta al mismísimo Charles Herard y su grupo, recién acabando de tejer la bandera dominicana, siempre respetando el diseño de los simpáticos trinitarios y, dobladita, se la entregaron a María Trinidad Sánchez, Concepción Bona e Isabel Sosa quienes, sin siquiera haber descargado de sus estuches las agujetas, la pusieron en manos de Francisco del Rosario Sánchez quien, aupado con vítores y aplausos provenientes de los demás complotados así como los haitianos, procedió a engalanarla en las alturas y simbólicamente establecer la independencia que… ambos grupos buscaban.
Mientras María Trinidad recogía las tres yardas de tela tricolor que llevaba para su patriótica labor, así como el casto trabuco de Mella, descendió Sánchez luego de su proclama y de inmediato fue increpado por Mella quien, aturdido, le cuestionó: ¿Quién carajo se está independizando de quién?
Habiendo bajado a 12/8 la presión arterial de los patriotas, más relajados y degustando un jengibre que para aliviar el frío de la noche, les habían preparado dos sargentos haitianos por orden de Heraud, éste explicó a Sánchez y Mella cómo la providencia había puesto en su camino a un sabio anciano quien, con actitud profética, intempestivamente abordó al caudillo haitiano y, con impresionante autoridad, le dijo: "Bien se lo dije a Boyer…¿Te estás volviendo loco?…¿te crees eso de la España "Boba"?… "Por ahí anda Don José (Núñez de Cáceres) loco porque llegues para entregarte las llaves de la ciudad y dejarte el lío que allá se está cocinando"…"¿Por qué crees que España firmaba cualquier tratado para entregar su parte de la isla a Francia?"…"En qué otro lugar has visto que para oponerse a la presencia de piratas buscan un Osorio para que desbarate gran parte de la Isla?"
"Ahora a ti, Charles, te digo que eso no es normal", advertió el sabio anciano. "¿No sabes que un cura tuvo que salir corriendo de la isla por criticar, en un sermón, el trato inhumano que los de aquél lado le daban a los aborígenes"?
“Mira Charles”, le dijo el señor según su relato, "esos han copiado todo lo malo de los descubridores, una partida de tigres que llegaron aquí de chepa y cuya principal herencia ha sido enseñar el irrespeto por la vida, la corrupción in crescendo y la ambición por el poder como un tipo de adicción…¿Has oído sobre el rito de la cohoba? El cemí de esta gente será una silla de gobierno, y allí se reunirán un grupo de aduladores, alrededor del Cacique de turno y, con unos raros atuendos que incluirán algo como una cola en el pecho (corbata le dirán), danzarán hasta que el Cacique, alucinando ya, les profetice sobre lo que el pueblo necesita saber…que ya no había hambre, eso que sentían por falta de alimentos eran sensaciones enviadas por los brujos de la oposición… que se morían menos gente de las que enterraban, que todo eso, hasta los decapitados, era parte de una cosa que le dirán percepción…que el cacicazgo estaba creciendo, ¿Para dónde? eso es otra tema pero está creciendo y eso era lo importante…que sacaron miles de aborígenes de la pobreza, ¿Pero dónde los pusieron? Esas son necedades de la oposición y los que están contra el progreso…Ah, agregará el encampanado Cacique, si es necesario sacrificarse por el cacicazgo, por su vida jurará que, desinteresadamente, lo hará, aún le cueste alojar un tiburón en la garganta por veinte años”.
Pero no te vayas más lejos Charlito, comentó el anciano…”¿Ves los aquí congregados, que vinieron dizque dispuesto a darlo todo por la libertad?…En cuestión de meses estarán vendiendo, por no decirlo de otra forma, lo que dizque quieren independizar…Mira ese Bobadilla, se adjudicará ser el autor del Manifiesto del 16 de enero de 1844, dirá en pública reunión haber sido el primero que pronunció “Dios, Patria y Libertad”, por lo cual afirmará que nadie puede ser más dominicano que él…bueno, desde antes de la proclama ya estaba negociando “su país”, había estado de acuerdo con la invasión de Boyer, ocupado cargos públicos en su administración y luego bailará el ritmo que le pongan con tal de seguir en el poder”.
“Mira, la Junta de Gobierno que formarán, pasará por tres golpes de estado en menos de tres meses…antes de que acabe esta década, sacarán a patadas a los trinitarios, matarán a otros tantos, hasta la misma María Trinidad Sánchez la fusilarán, harán de la Constitución un instrumento de poder, se independizarán no sólo de Haití, sino de todo principio moral y de lealtad, viniendo los ideales a constituirse en pecados, mortales para muchos, de destierro para otros, pero siempre afrentas que deberán ser castigadas…Eso a lo que llamarán inversión de valores, para ellos no será problema…no habrán valores que invertir”.
“Y esto no es un mal pasajero Charles, se trata de un asunto cultural, cuyo arraigo se irá renovando en el tiempo según las formas que éstos exijan…así, tendrán más adelante como nuevo Padre de la Patria, un tirano asesino que no vendió el país con todo y gente porque no le era rentable, le resultaba mejor engullírselos a todos …cometerán un error después de la muerte de éste y escogerán un Presidente honesto, lo cual resultará intolerable a los descendientes morales de los Santana, Bobadilla y demás, por lo que, coherentes con su historia, lo derrocarán de la mano del empresariado y la iglesia misma, se matarán entre ellos y después volverán a poner al tirano pero ahora a modo de proyección, en la persona de su alumno más aventajado a quienes sus propias víctimas, después de llamarle asesino, lo declararán Padre de la Democracia…Este arengará a sus súbditos con frases como “A paso de Vencedores Compatriotas”, y usará, en la higiene posterior a sus necesidades, la Constitución, algo que causará críticas de algunos moralistas pero, luego, ellos mismos comprenderán que para algo tenía que servir, tanto papel en un librito que nadie, absolutamente nadie, le hará caso en el futuro, alguna utilidad había que buscarle…la corrupción se detendrá, dirá él, en la puerta de su despacho, dejando la duda si tendrá acceso a sus aposentos, bancos con cuentas de prestanombres, incluso hasta el baño donde descubrió la magna utilidad de la constitución…por eso y otras cosas similares, será considerado un genio de la política nacional”.
“La Iglesia Católica tendrá como príncipe (en el sentido más mercurial posible), en el país, a una persona eminentemente racista, carente de una sola de las virtudes del Señor Jesús, cuyos criterios obviamente no compartirá pero en cuyo Nombre sin dudas cobrará”.
“Los que criticaron al sustituto del tirano, querrán imitarlo luego, poniendo tanto empeño que lo superarán…Bajando en caída libre, los dominicanos verán como todos los gobernantes son huérfanos de palabras y compromisos, que al igual de los del alboroto del 1844, seguir en el poder, con todo y devastaciones (ahora sin Osorio), constituirá una rentable obsesión…Verán que se pueden comprar aviones que, si vuelan, lo hacen tan rápido que no se ven… plantas eléctricas cuyo verdadero costo, es más, el que finalmente se diga a la ciudadanía y que nunca coincidirá con el real, más que luz dará oscuridad en los hospitales públicos desprovistos de los más elementales instrumentos de trabajo, en los depósitos de ancianos olvidados, en los hogares donde el alimento de cada día constituye una incógnita sin resolver, los enajenados mentales que deambulan en las calles esperando ser arrollados por algún vehículo que asuma la patriótica responsabilidad de eliminar ese feo espectáculo de nuestro turístico entorno…A costa de todo, podrán anunciar, desde los púlpitos más encumbrados, apoyados en papeles similares al de la constitución, las bonanzas económicas que vive la nación, el crecimiento de los indicadores económicos y otras cosas más de las que sólo se darán cuenta, los que gobiernan claro, sus “socios de ventura”, así como un singular grupo de comunicadote$, a lo$ que $í le$ llega la luz y quiene$, $inceramente convencido$, recrearán la pro$peridad en que navega el paí$, que todo va bien, lo malo corregido y lo bueno $uperado…para luego concluir, $ánamente: ¿Por qué hay que cambiar?
“Charles, E pa allá que van…los nombres cambiarán y hasta los métodos, pero sus principios (y finales) serán los mismos…los autores de estas realidades se convertirán en protagonistas sociales, serán populares y admirados por muchos…ah, y lo más importante, entre ellos mismos se cubrirán las espaldas, establecerán una ley silente que girará en torno a ellos, amigos o enemigos, que garantizará que el día cuando se caigan del poder (nadie baja por su voluntad y hay muchas formas de caerse), no puedan ser objeto de persecuciones ni reclamos relacionados con sus “labores de Estado”.
Señor, expresó un consternado Herard, “¿Y nosotros somos tan malos?”…a lo cual el anciano contestó: "En efecto Charles, lo somos, quizás la diferencia es que no pretendemos hacernos ver como buenos, demócratas, ni promovemos conferencias internacionales para tratar los temas que ese mismo día pisoteamos, somos más transparentes. Además, en cualquier caso nuestros vicios están más justificados pues no hemos contado con la suerte que los de al lado sí han tenido…nosotros hemos sido hijos de la esclavitud más sombría, se nos condenó desde hace siglos a la ignorancia absoluta, hemos sido víctimas de terribles crímenes, sometidos a trabajos insoportables…los Estados que encarnarán los principios de libertad, los protagonistas de las declaraciones universales de sublimes derechos, esos mismos nos pisotearán y condenarán a la quiebra por querer ser libres, es decir, por el pecado de ejercer lo que ellos se jactan de proclamar…los de al lado no han sufrido ni tendrán tantas precariedades como nosotros…Entonces, Charles, somos malos, pero tenemos menos culpa que ellos y, sobre todo, no usamos máscaras para disfrazar nuestra realidad".
El silencio se apoderó de la Puerta del Conde, Charles recogió sus pertenencias al igual que sus subordinados y, marchándose, sus figuras se fueron perdiendo en la distancia.
No existe certeza sobre qué pasó inmediatamente después pero, asegura Papi Álvarez haber escuchado a Sánchez decir: “MELLA…¿NOS QUEDAMOS O NOS VAMOS CON ELLOS?