Exigimos que el periodismo sea imparcial y con eso que diga la verdad de los hechos. No obstante chocamos con la realidad de que para ser imparcial debe ser posible, que no sea manipulado en nombre de un ideal, de una causa, o simplemente porque afecte los intereses de un grupo o clase social o causa política y/o económica.
¿La imparcialidad es ilusoria? Hay quienes afirman que todo conocimiento está vinculado a una dinámica de poder, de intereses y de interrelaciones en la sociedad.
Sea lo que sea que se tenga como verdad, o noticia, es seguidamente atendido por grupos con grandes concentraciones de poder. Y esto es lo que se considera que añade mayor poder en el uso de información y conocimiento.
Bueno, esto ya se sabe. Y lo otro que sabemos es identificar ciertas formas con las cuales un grupo social tiene interés y construye un tipo de saber, a cuál grupo social, sujeto físico, o los intereses que una determinada enunciación o verdad o narrativa útil le es favorable.
El conocimiento o información empieza a ser útil en el momento en que genera beneficios para alguien o un sector social. Un rumor, una noticia, y cuando la transmisión de ese saber repercute en perjuicio o beneficio.
¿Existe la verdad dentro de ese contexto? La verdad, su construcción es múltiple a partir de ese raciocinio. En ese sentido, la verdad no está inerte a los grupos sociales que la producen y/o manipulan.
Para descubrir herramientas propias para la reflexión, podemos ir a la filosofía. La filosofía analítica ve la verdad desde una perspectiva objetiva. Así, la verdad es una cualidad y enunciados o proposiciones que pueden ser verdaderas o falsas. La filosofía continental casi siempre tiende a verla de modo alegórico. No se niega a la filosofía analítica.
Al buen periodismo -con fuertes ribetes de imparcialidad- se llega cuando se tienen las herramientas para cuestionar todo lo que genera insatisfacción. Y en esa labor de elevar dudas, completar medias verdades, se entra a un estado de conflicto permanente con sectores de poder, a tal punto que valga la pena arriesgar la vida por eso. El grado de insatisfacción en periodismo suele conectar con el grado de insatisfacción de la sociedad.