Conferencia en la Universidad de Diderot, Paris (1)
A mediado de los noventa del siglo pasado el filósofo Paul Virilio nos había dicho que “la velocidad no sirve únicamente para desplazarse con más facilidad; sirve ante todo para ver, para escuchar, para percibir y, por tanto, para concebir más intensamente el mundo presente. Mañana servirá además para actuar a distancia, más allá del área de influencia del cuerpo humano y de su ergonomía comportamental” (p. 25). Son estas innovaciones tecnológicas, disruptivas y de velocidades que han dado como resultado el sistema cibernético que hoy conocemos como el cibermundo (Merejo, 2015).
Las redes 5G no solo forman parte del espíritu innovador de estos tiempos, sino que implican el diseño de control virtual de vigilancia y ciberespionaje más sofisticado conocido hasta ahora en el cibermundo.
La entrada de la 5 G en materia de comunicación de redes inalámbricas implica una mayor velocidad de un mundo cibernético en disputas (China y Estados Unidos) por el control virtual y la hegemonía ciberpolítica sobre el cibermundo hoy configurado por diversos tipos de velocidad y de flujo de información que ha comenzado a manifestarse en la robótica, en el internet de las cosas, en la realidad virtual aumentada y mixta. Este tipo de realidad desde hace unos años se ha estado experimentado en entornos virtuales educativos, en cibermedicina y la ciberguerra.
El sujeto cibernético, dada su condición de ubicuidad, vivirá cada día más en los enredos de redes de cibercosas (internet táctil o de las cosas) los cuales descansarán en el soporte de la 5 G, que lo mantendrá en una velocidad de segundo en un aquí y ahora, con dimensión de un instante, de una inmediatez inimaginable e interactiva en el ciberespacio.
La repuesta a los flujos de información no se hará esperar, el proceso de elaboración de la información y su procesamiento de manera particular experimentada por los sujetos cibernéticos que se colocan más allá de los simples datos y de la simple información, contribuirá a un sistema de aprendizaje inigualable y procesado en conocimiento.
El dispositivo móvil con la tecnología 5G será la fuente de un conocimiento, de un aprendizaje más rápido, más estratégico y más personalizado y cambiará la estructura cibernética del cibermundo, porque dichas redes 5 G descansarán en la revolución 4.0 y todas las vulnerabilidades (hackeos y ciberseguridad, control virtual, ciberespionaje) que se desprenden de esta.
. Como bien lo explica Castells: “La importancia de esta tecnología es que constituye la infraestructura necesaria para el funcionamiento de la nueva sociedad en red, incluyendo la nueva economía. Esta nueva estructura, que ya existe en gran medida, está en la base de la conexión de grandes bases de datos (big data), del despliegue de las aplicaciones de inteligencia artificial y, por tanto, de la robótica avanzada (máquinas capaces de aprender) y, sobre todo, de la llamada internet de las cosas. Por tal se entiende la multiplicidad de conexiones ultrarrápidas de internet no sólo entre humanos y sus organizaciones, sino entre objetos de todo tipo, en el ámbito doméstico, el dinero móvil, el coche sin conductor, la cirugía a distancia, la enseñanza virtual o las guerras de drones”. (2019, Parr,2)
(1). Extracto de mi conferencia “El sujeto cibernético en los entornos virtuales de aprendizaje” en el III Congreso Internacional de Tecnologías en la Educación, celebrando en Université Paris Diderot. París, Francia ( GKA EDUTECH, Mayo 2019),