“Veritas odit moras”- la verdad no acepta retrasos-”
Este gobierno y su base política de sustentación el danilismo, han mostrado que se la saben arreglar para salirse con la suya. No miden moralmente la sustancia de maldad de sus actos y muchos menos, la utilización de cualquier recurso como trampas y engaños, para imponer sus deseos pervertidos. La secta virulenta y despiadada danilista, se mueve sin rubor y contrición cuando su fin de avasallar, manipular y desacreditar se trata.
Ahora, no es el posicionamiento en las encuestas y muchos menos, el famoso deseo nacido de las entrañas del pueblo para justificar una reelección voraz que llenó de violencia, sangre y luto la historia impoluta construida por Juan Bosch en el PLD. Esta vez, la interpretación de cinco jinetes del apocalipsis constitucional, es el camino abierto a un nuevo mandato, usando para ello, de la forma más rastrera y deplorable, las ventajas que da el poder para conseguir el fin de perpetuidad y dictadura antidemocrática. Parecen más rapaces que el alcatraz. Saben ir, como nadie en picada contra sus adversarios para clavar en el justo corazón de la razón y la verdad su pico venenoso y mortífero de la mentira, de la forma más deleznable e indigna.
La Comunidad jurídica nacional ha establecido que violentar el espíritu de impedimento constitucional indicado en el art. 277 de la Constitución Dominicana, que prohíbe revisar los actos que en función de tribunal constitución realizara la Suprema Corte de Justicia antes de la constitución del 2010, es una puñalada a una constitución garantista y moderna. En este artículo de forma radical se indica, que hacer lo contrario a lo que él mismo predica; es una violación grosera. Esta conducta auspiciada y orquestada por el Presidente de la República, no solo violenta ese y otros presupuestos normativos de la Carta Magna, sino, que esta sancionada, también, ésta probable violación de forma específica en la siguiente norma de la constitución dominicana, que cito: Artículo 73.- “Nulidad de los actos que subviertan el orden constitucional. Son nulos de pleno derecho los actos emanados de autoridad usurpada, las acciones o decisiones de los poderes públicos, instituciones o personas que alteren o subviertan el orden constitucional y toda decisión acordada por requisición de fuerza armada”.
El presidente Danilo Medina, su gobierno y, su brazo desintitucionalizador en el Comité Político del PLD- el danilismo OTAN-, han usurpado la función de Estado, su naturaleza y autoridad del Tribunal Constitucional (TC), todo ello, con sus preocupantes acciones de elusión política, al decidir consultar al supremo pentateuco Apocalíptico Institucional de cinco genios por encima de lo que puedan pensar y postular los Magistrados Jueces del Tribunal Constitucional.
Los cinco bien deseados del Presidente Danilo Medina, son más pertinentes y suficientes, a juicio del mandatario, en grado de calidad y doctrina jurídica que el Tribunal Constitucional Dominicano, esto es, a entender de esta secta hegemónica en el PLD, en lo que a materia de interpretación jurídica constitucional se refiere.
¿Cuánta elusión política de Estado, coherencia y lealtad a la nación de este gobierno plutocrático danilista?
“Eloi, Eloi, lema sabachthani?” que significa: “Dios mío, Dios mío ¿por qué me has abandonado?” Mc 15:33–34. Yo gritaría y clamaría en buen dominicano, no en arameo o latín: “señor, señor, sálvanos de esta plaga, que en latín antiguo sería, – Domine, Domine, libera nos ab hac plaga (jtof)-”.