Consecuencia del impacto de la Gesta Restauradora, afloró una mayor conciencia de nuestra nacionalidad y de nuestra identidad, razón por lo cual, la corriente ideológica del indigenismo que caminaba por América,  caló profundamente entre nuestros intelectuales y artistas en nuestro país.  Pero afianzar un indigenismo sin indígenas, ya que los mismos fueron eliminados por la colonización española en sus primeros cincuenta años, era una tarea prácticamente imposible en el imaginario popular.

La salida fue el escenario del carnaval.  A partir de entonces aparecieron las comparsas de indios a nivel nacional en el carnaval dominicano.  Hicieron su presencia en Santiago de los Caballeros, San Francisco de Macorís, Puerto Plata, Cotui, La Vega, San Cristóbal, Bani, Azua, San José de Ocoa, Barahona, San Juan de la Maguana y la ciudad de Santo Domingo.

En la ciudad de Santo Domingo surgieron más de quince comparsas de indios, siendo la más importante la Comparsa de los Indios de San Carlos, a partir de 1942.  La comparsa de los Indios de San Carlos, se presentó durante más de cincuenta años en el carnaval de la ciudad de Santo Domingo. Era una comparsa de un teatro popular callejero, creado por ella misma.  La obra se denominaba “Los Indios de Quisqueya”, la cual narraba el encuentro de los indígenas con los españoles, pero desde la perspectiva del indígena y no del español. 

Yo conocí esta comparsa en la organización del Desfile Nacional de Carnaval en 1983, gracias a Iván Domínguez y José Castillo Méndez.  Desde entonces me enamoré de la misma.  Entre sus miembros conoci a una hermosa e imponente mulata, Fanny Baldemora, que desempeñaba el papel de la Reina Anacaona.

Fanny, se transformaba, entraba en trance y encarnaba a la Reina Anacaona como nadie, la Señora de la Maguana, la esposa del indomable cacique Caonabo, la cual fue asesinada por los civilizados y cristianos españoles, traumatizando el genocidio de la “matanza de Jaragua”. 

Cuando los años golpearon a la Comparsa de los Indios de San Carlos, en el corazón de Villa Consuelo, barrio símbolo del carnaval popular de la ciudad de Santo Domingo, Fanny creó su comparsa de las indias de Anacaona, la cual estuvo presente en todos los últimos años como símbolo de identidad, con ella a la cabeza, artísticamente disfrazada, haciendo el papel de la reina de la Maguana como nadie, llena de carisma, personalidad y trascendencia.

Fanny, la legendaria India Anacaona, artista del pueblo, expresión de dominicanidad, se fue hace unos días, con sus leyendas y sus historias.  Era  el último símbolo de esta trascendente comparsa, la más grande, innovadora y creadora en toda la historia “indígena” del carnaval dominicano.

Papo, Caja, Abelito, Abel, César, Momón, y sobre todo, Papá Lilo el más carismático “indio” que ha existido, la estarán esperando para celebrar y montar el drama de los Indios de Quisqueya en todas las esquinas del cielo, tal como hacían en San Carlos, Villa Juana, Villa Francisca y Gualey.  ¡Hasta luego, Fanny, la última Reina Anacaona que quedaba en el carnaval dominicano!