Siempre pensé que la guardia leía al revés,  pero mis diez años de experiencia como profesor de la Academia Militar Batalla de las Carreras (AMFA),  me demostraron que la guardia sabe leer mejor que muchos académicos universitarios.

La UASD y la AMFA son las dos instituciones de educación superior que más han contribuido al desarrollo de nuestro país como Estado democrático en las décadas recién pasadas. De sus aulas han salido los líderes que prácticamente han diseñado lo que es hoy la República Dominicana democrática.

Siendo profesor de la UASD, en mis primeros años de carrera universitaria, tuve el privilegio de ser aceptado como profesor asimilado de la AMFA, en un momento, al inicio de la década de los ochenta, cuando la tensión entre los dos polos que se disputaban el liderazgo mundial llegaba a su  máxima intensidad,  y  mientras la UASD se inclinaba hacia el polo izquierdo,  la AMFA se inclinaba hacia el polo derecho.  Había entonces una gran tensión entre estas dos Instituciones y la última prácticamente no aceptaba profesores de la primera.

Mi primer día de docencia en la AMFA fue una tremenda experiencia. Se me entregó el programa y se me indicó que el aula estaba en el segundo nivel. Cuando subía hacia el aula, me encontré con un enorme retrato del General Pedro Santana.  En la UASD me habían reiterado que el Padre de la Patria era Juan Pablo Duarte y que Pedro Santana le había causado mucho daño. Fue mi primer choque cultural.

Cuando entre en el aula, cuarenta cadetes se pusieron de pie en un solo y sincronizado movimiento. Me paro frente a la pizarra y un cadete sale con paso  militar, me hace el saludo y en un silencio absoluto con voz resonante me hace un informe de los presentes. Lo saludo militarmente, él  gira, se retira y se inicia la docencia. Entonces recordé  mi entrada al aula en la UASD donde los estudiantes me recibían con mucho respeto y entusiasmo, y pensé que ambas instituciones eran fundamentales y complementarias para el desarrollo del país.

En la docencia simultánea entre la UASD y el AMFA, pude comprender muchas realidades de mi país.  Lo primero que entendí plenamente fue el significado real de lo que es la libertad de cátedra. En la UASD muchos estudiantes dejaron sus vidas por esta bandera y en defensa de la democratización de la enseñanza. En la Academia Militar solo se permitía hablar en el aula del contenido del programa, pero había una preocupación permanente por la calidad académica y se practicaba la educación continuada, cuando de esto no se hablaba en el país.

Ambas instituciones académicas,  con sus diferentes formas y procedimientos, crearon verdaderos líderes nacionales y han permitido la expansión de las ideas democráticas y del respeto de los derechos humanos por todo el país, permitiéndonos hoy, ser un ejemplo de democracia para América.

Permítame el lector agradecer esta experiencia que me distinguió, junto a brillantes académicos de la UASD, como la profesora Mercedes Sabater de Macarrulla, el Dr. Gustavo Rathe, y de la Academia Militar, a los Generales Ramos Troncoso, Lachapelle Díaz, Ubaldo Alemany, Pedro Peña Antonio,  y al profesor Ramos, entre otros de una larga lista.

Hoy que ha desaparecido la tensión entre los grandes polos de izquierda y de derecha, después de la caída del muro de Berlín en 1989, la UASD y la AMFA deben unirse y firmar acuerdos conjuntos para llevar a la sociedad dominicana hacia nuevos niveles de progreso, acordes con el siglo XXI.