No creo que yo esté aquí demás.

Aquí hace falta una mujer, y esa mujer soy yo (1)

Que si, que ya va siendo tiempo de conseguir otra forma de ser humanas y libres. (2)

Que si, que sabemos que la lucha tuerce voluntades adversas. Aunque todavía no hayamos logrado la transformación del mundo, ganamos camino y espacios. Y sobre todo no desmayamos, porque tenemos la razón, la emoción, el deseo y las garras para construir nuevas formas de relacionarnos.

Que si, que es cierto que, en la mayoría de los casos al llegar a posiciones de poder a las mujeres nos miden y nos juzgan con encono y lo que no se ha hecho en cientos de años, nos exigen que lo logremos de inmediato. Pero eso no nos amilana, en la mayoría de los casos nos mueve el deseo de cambiar lo que no ha funcionado. Así que, no se trata de que seamos perfectas, sino de que tenemos el derecho de estar y mucha fuerza intencional para hacerlo lo mejor posible.

A pesar del otoño creceremos (como dice la canción), nada nos apabulla, la construcción del ser mujer se revela frente a los estereotipos. Las mujeres se arriesgan, luchan, viven, sueñan, construyen y ocupan los espacios tradicionalmente ocupados por hombres, porque somos personas que nacimos para vivir iguales en dignidad y derechos.

Y ahí ha estado Emma Polanco, la flamante Rectora recién electa de la UASD, luchando, sin amilanarse en un camino que por muchos años se le presentó cuesta arriba. Hace un tiempo, en una campaña anterior, Magaly Pineda expresó que había llegado la hora de que la universidad tumbara la pared que impedía que una mujer fuese Rectora; Magaly, desde donde estés regocíjate, pues llegó el momento. Y llegó de la mano de una académica, doctora en economía aplicada, con Maestría y Especialidades, con experiencia como Decana y siempre presente en las aulas. Una mujer sin miedo, que se reconoce en su género y tiene conciencia sobre las barreras que hay que seguir rompiendo para las mujeres. Y también sabe negociar con los hombres, como lo demuestra el equipo de Vicerrectores que la acompañó toda la campaña.

La Universidad Autónoma de Santo Domingo, primada de América, después de 479 años de vida, recibe a la Dra. Emma Polanco para que sea su Rectora. Lo celebro desde la más profunda y absoluta alegría. Seguimos rompiendo barreras, seguimos pisando firme. Que no nos marquen nuestro destino, seamos lo que queramos ser.

Salve Emma, Salve, Salve y Salve. Que sabemos que el camino no será fácil, pero confiamos. Mi Alma Mater se viste de mujer Rectora, recibe también a Decanas y Directoras, mujeres, mujeres y mujeres. ¡Qué alegría!  que suenen los címbalos, los cuencos, los palos y los tambores. Que Emma y el equipo que la acompaña logren entregar a la UASD la excelencia que merece. Ella en su campaña siempre habló Alianza de Voluntades, confiamos en que logrará las convergencias necesarias para trabajar con sentido de lo oportuno, lo eficiente, lo eficaz; y sobre todo construir humanidad con pensamiento crítico, confrontación de ideas y construcción colectiva.

Que, tal y como Emma ha manifestado, la universidad sea un espacio académico donde pueda converger el mundo de la ciencia, del arte y la vida en sociedad.

Hoy es un día de alegría, de amor, de reconocimiento, de orgullo. Tenemos la confianza en que se romperán las inercias institucionales, los intereses grupales e individuales, y se transitará el camino de una gestión ética, profesional y humana. Espero que esto se logre, ni siquiera por el propio bien de la Primera Rectora, o para “demostrar” que las mujeres somos “capaces”, sino por la UASD, por sus estudiantes, sus docentes, su personal administrativo. Por el país, por esa transformación necesaria que nos encamine a vivir en solidaridad, seguridad y armonía. Porque el verdadero desarrollo de una sociedad, es que las personas que la habitan puedan tener salud, educación, seguridad social, seguridad ciudadana, equidad, libertad e igualdad. Y de eso se debe ocupar la academia, de incidir en la construcción de personas con una ética que reconozca a la otra persona como su legítima otra.

Dra. Emma Polanco, le deseo salud y paz, para que las propuestas plasmadas en su Plan de trabajo puedan realizarse. Me atrevo a decirle que usted cuenta con todas las mujeres de este país y más allá, que estaremos dispuestas a apoyarla en sus iniciativas; y también le recuerdo que las mujeres contamos con su gestión. La historia nos convoca y asumimos este reto junto a usted con entusiasmo, optimismo, placer, júbilo, regocijo, alborozo y mucha felicidad.    

 

  1. Aida Cartagena Portalatin. Fragmento del poema Estación de la Tierra

  2. Referencia a un poema de Rosario Castellanos.