"¡Dejad que salga a flote todo el veneno que hay en el fondo!". Es la exclamación agónica del Emperador Romano Claudio, cuando fue envenenado con setas o Yonyón guisados preparado por la esclava Lecusta, por órdenes de su mujer la Emperatriz Agripina, con la complicidad de su médico Jenofonte, para que su hijo Nerón heredara el trono en lugar de Británico, favorito de Claudio
La mala hora que vivió la Universidad Autónoma de Santo Domingo con la muerte del estudiante Willy Florián Ramírez y el Coronel Julián Suárez Cordero, ha provocado en los sectores que anhelan su cierre y destrucción, una catarsis de odio y perversidad, cuya mejor expresión es la del señor José Báez Guerrero. Este ilustre intelectual dominicano hijo del pensamiento nacido en la fragua del Consejo Estado y el Triunvirato, que a decir de Juan Bosch eran peores que Trujillo, tuvo el tupe de sentenciar que a raíz de la salida del sector ultra conservador de la UASD para fundar la Universidad privada Pedro Henríquez Ureña , en la UASD se quedó lo peor.
En la UASD se quedó: Rafael Kasset Acta, Hugo Tolentino Dipp, José Joaquín Bidó Medina, Jottin Cury, Arturo Jiménez Sabater, Guarocuya Batista del Villar, Roberto Cassá, Antinoe Fiallo, Andrés L. Mateo, Fernando Sánchez Martínez, Julio Ravelo Ástacio, Franklin Almeyda, Andrés Aybar, Manuel Matos Moquete, Jesús de la Rosa, Celso Benavides, José Luis Sáez, por citar algunos diamantes de la rica comunidad intelectual que permaneció fiel al Movimiento Renovador y al pensamiento progresista Latinoamericano del Movimiento Universitario de Córdoba; solo, he citado algunos miembros de la vigorosa comunidad académica y científica que construyó una universidad académica, abierta y de justicia social con derechos para todos.
No tengo formas personales de juzgar la monstruosidad y el razonamiento venenoso del señor José Báez Guerrero, expresado en la página de opinión de un importante periódico del país, voy a dejar en boca y pensamiento de Voltaire la respuesta, dada en su obra el Filósofo Ignorante:
"Soy tan ignorante que ni siquiera sé los hechos antiguos con que me acunan; siempre temo equivocarme en setecientos u ochocientos años por lo menos cuando busco en qué época vivieron esos antiguos héroes que fueron los primeros, según se dice, en practicar el robo y el bandidaje en una gran extensión del país; y esos primeros sabios que adoraron las estrellas, o peces, o serpientes, o muertos, o seres fantásticos.
¿Quién fue el primero que imaginó los seis gahambares, y el puente de Hércules, el primer Orfeo?
Toda la Antigüedad es tan tenebrosa hasta Tucídides y Jenofonte que me veo forzado a no saber caso una palabra de lo que ocurrió en el globo que habito antes del corto período de unos treinta siglos; y en estos treinta siglos, incluso, ¡cuántas oscuridades, cuántas incertidumbres, cuántas fábulas!
Señor José Báez Guerrero, ¡ no se puede vivir con tanta fábula y tanto veneno, ruego al Dios de Abraham y de mis antepasados , se apiade de su alma venenosa!!!.