Cariño por quien mejor conecte con la teleaudiencia. Ese es el único elemento a favor de quienes producen contenidos en la programación dominicana. Es una adhesión que puede variar si los contenidos no se adaptan al vaivén de intereses del consumidor: programación excepcional adaptada a intereses exclusivos de clase o condición socio-económica de altísima calidad.

Absolutamente nada tiene que ver si hay competencia con internet y plataformas tales como youtube o netflix, para mencionar dos de los competidores que están creciendo en teleaudiencia, puesto que esos servicios de streaming están sujetos a posibilidades de acceso condicionados por cuestiones tales como falta de electricidad y acceso deprimido fuera de centros urbanos ocupados por segmentos poblacionales de clase media hacia arriba.

Es muy cierto que el consumidor procura aquello que se adapta a su personalidad y a una relación interactiva, muy diferente de antaño que se hacía en compañía familiar.

Recientemente se dijo en un evento que la tv como la conocemos hoy jamás podrá ser sustituida en el gusto popular por cualquier otro medio. Eso es relativo debido a la tendencia gregaria de la teleaudiencia que tiende a ser más individualista (en tono de aislamiento) muy bien motivada con el desarrollo de tecnologías como los teléfonos inteligentes que satisfacen su ocio e inmediatez social.

Contenido es la demanda como lo vienen afirmando pesquisas como la Geek Power de 2017 de USA donde arroja un gran porcentaje creciente en la preferencia por algún servicio de streaming de video. No obstante en este momento, según esos estudios siguen dando preferencia a la tv como lo dice esta infografía que caracteriza a la teleaudiencia estadounidense: “8 de 10 espectadores creen que el poder de la televisión para contar historias de la experiencia humana lo convierte en una parte importante de la cultura. 2 de cada 3 millennials y adolescentes dicen que el contenido de televisión tradicional es el mejor contenido. 79% de espectadores dicen que la televisión es parte de su rutina diaria. 38% de los espectadores están viendo más contenido este año que el anterior.”

En breve, la tv dominicana podría tener un repunte en la preferencia de la teleaudiencia y consecuentemente para los anunciantes en la medida que se haga más personalizada apoyándose en las redes sociales. Conectar audiencias solamente se conseguiría en lo adelante si se vale creativamente de la interactividad (programas en vivo) que caractericen la programación de (una marca como es) un canal de tv: noticiarios en vivo, entrevistas con temas trascendentales, debates con orlas emotivas, nuevas formas de realitys shows, miniseries documentales, series nacionales, programación de filmes nacionales, series y filmes de corte histórico.

Algunas buenas ideas se vienen accionando en la tv dominicana como es vincular programas y segmentos de programas nacionales con Instagram, twiter, Facebook y la reproducción en youtube.

"Todo comprender es afectivo" afirmó el filósofo Martin Heidegger, quien al referirse a la tv sentenció que “muy pronto la televisión, para ejercer su influencia soberana, recorrerá en todos los sentidos toda la maquinaria y todo el bullicio de las relaciones humanas”.

Esa cuestión afectiva, de cariño, se consigue más en procesos empáticos que de generar simpatías. La correlación empático-afectiva persuade (en el alma y el corazón) a la teleaudiencia.

Eso sí. Si en algún momento el público advierte agresiones o manipulación y narcisismos la reacción es clicar el control remoto. La tendencia es esa relación empática en contenidos presentados de manera piadosa, suave y capaz de ir más allá de las ideas captando amistades.