Hay un merengue de Los Hijos del Rey, cantado por Fernando Villalona que se llama la tuerca, y decía en síntesis, que si siguen apretando la tuerca se puede correr la rosca, símil de que la gente se “jarta” de tanto que “joden” a uno. Al mismo tiempo hay un dicho popular que establece que: “el mucho joder empreña”.
Ambas cosas vienen al caso por la actitud del gobierno, aparentemente falto de fondos, (entre Punta Catalina, Visitas sorpresas y demás) de exprimirnos hasta quedar secos como un fleco de maíz. Entre Magín y la CDEEE, el Ayuntamiento y la Caasd, así como los colegios y los campamentos que vienen por ahí, los días de las Madres y los Padres, y los ahijados, no voy a hablar de las gasolinas, gas y gasoil, que le suben de a pesos, y le bajan de a chele, costando el galón de gasolina al día de hoy prácticamente el equivalente a US$5.00 (Cinco dólares de los Estados Unidos de América), precio que si no es un récord constituye un buen average.
Así las cosas, también hay que pagar la luz más cara del mundo, con una potencia, dizque instalada, que aunque no usas, te la cobran mes por mes y sin retardo alguno.
Estas nimiedades no fueran nada, si, por lo menos viéramos que nuestro dinero, los impuestos directos e indirectos que pagamos (el de la gasolina calculo que es un 100%) para aquellos que hablan de baja presión tributaria, fueran utilizados realmente para el desarrollo del país, y no nos lo robaran en nuestra propia cara. Lamentablemente no sabíamos que la pus, el lodazal, la putrefacción era tan tan profunda, que solo en una institucioncita del Estado como la OMSA, manejada por el tigueraje político más obsceno se han botado miles de millones de pesos, como quien ve llover, y sobre el cadáver de un abogado en ejercicio.
Si este mismo sistema se repite en cada una de las instituciones del Estado, se verá la profundidad del problema, donde se evidencia con la réplica de las mismas entidades suplidoras del Estado en prácticamente cada una de aquellas en las que estas suplen, incluyendo la propia Presidencia de la República.
Esto produce asco y vergüenza, produce espanto y dolor, produce lagrimas y ganas de hacer muchas cosas con estos ladronazos que, en cada zarpazo, le quitan la esperanza al pueblo y a la juventud, a los envejecientes y a aquellos que como cada uno de nosotros, nos duele tanto este país. El detalle esta en el centavo, y obviamente cuando se ha perdido el respeto por el dinero, como lo han los políticos dominicanos, que nunca han trabajado, sino pegados de la teta, aunque no estén en el gobierno. Por ello se inventaron la famosa resolución para realizar estos estropicios, alegando compras menores, y agilización administrativa a través de las cuales se van a diario cientos de millones de pesos con los cuales puede construirse como dijo Doña Licelott Marte de Barrios, en su momento, otra República Dominicana.
Por eso es que vemos como el dinero nunca alcanza, como los prestamos están por doquier, que hasta para pagar la nomina no alcanza, algodón y “metiolé” en los hospitales, y todo cuesta mucho y da mucho trabajo, para quienes trabajamos y pretendemos vivir dignamente. Para aquellos que se unen a la morralla política, a las nulidades encumbradas que no sirven para nada más que para eso, buscar la forma de robar y quedarse con lo ajeno, todo le resulta mucho más fácil y rápido. Expedito y simple.
Solo les reitero que la tuerca puede correrse, y que el mucho joder empreña, y que un pueblo jarto no se ve por televisión, ni es un tema de percepción, es una lamentable realidad.