Talvez te molestó el tema anterior; es oportuno hablar ahora de éste. Según el diccionario de la RAE, la tolerancia es “el respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias”. O sea que, si solamente te llevas bien con los que piensan igual que tú, no eres tolerante. La tolerancia se presenta cuando puedes amar, comprender, relacionarte, ayudar, etc., a aquellos que según tus puntos de vista están equivocados. Cuando dices que ellos no son tu problema, entonces tú tienes problemas.
El hombre primitivo tenía menos tolerancia con sus congéneres, esto hacía que sólo se relacionara con pequeños grupos. El hombre actual se relaciona mejor con personas de otro sexo, de otras razas, otras nacionalidades, otras culturas, etc., por eso nos desenvolvemos como una “aldea global”, lo que nos permite aunar esfuerzos para realizar actividades muy complejas. En la actualidad las culturas que se mantienen aisladas, que tienen dificultad para tolerar a las demás, presentan atrasos socioeconómicos importantes. Un hombre sin ayuda podría hacer una silla, pero nadie puede construir un automóvil desde cero viviendo en una isla desierta.
Una persona nunca estará totalmente de acuerdo con otra, ni siquiera consigo misma. Por supuesto, las posturas evidentemente irracionales no tenemos por qué aceptarlas, tenemos que rechazarlas, pero evitando rechazar a los que de manera equivocada las sostengan.
Pero debes tener en cuenta que no importa que te consideres la persona más maravillosa del planeta, siempre habrá a quienes les desagrades profundamente y que talvez están haciendo un gran esfuerzo para soportarte. Aunque te pueda parecer increíble.
Talvez de las culturas que más rechaces sea de las que puedas aprender más, no hablamos de que abandones tu cultura para asumir la ajena, pero si logras conocer otros punto de vista, amplias tus horizontes.
Una de las más grandes barreras entre las personas puede ser la religión. Talvez conoces bastante de las sagradas escrituras y tradiciones de tu iglesia, entiendes que conoces “la verdad” y está bien que utilices esos conocimientos para tu desarrollo. Pero si al llenarte de orgullo por tu sapiencia, menosprecias a los impíos, paganos o las personas “del mundo”, aunque usaste un buen instrumento, lo hiciste de forma inadecuada. Jesucristo dijo “la Ley está para servir al hombre, no el hombre para servir a la Ley”. Supuestamente creemos que hay un único Dios y que somos hermanos, pero las peores guerras, genocidios, torturas, persecuciones y rechazos a grupos humanos que hemos realizado, lo hemos hecho con la creencia de que estábamos ayudando a Dios. No podemos comprender ni aceptar lo que están haciendo los talibanes en Afganistán supuestamente por la Fe, pero solemos olvidar que nuestra propia religión hizo eso mismo hace algunos siglos (los cruzados, la inquisición y las declaraciones de Anatema en el Antiguo Testamento). Cuando logremos entender mejor nuestros propios errores, podremos “sacar la paja del ojo ajeno”.
Otra área importante de intolerancia es la esfera sexual, nos genera mucho temor porque siendo un elemento que nos provoca sensaciones y emociones muy intensas, nos vemos obligados a mantener ciertos controles para poder vivir en sociedad. Los “diferentes” son aceptados cada vez más y las preferencias sexuales se están tolerando en la medida de que no dañen a nadie (ni a la misma persona). Pero también deberán mantener cierto grado de tolerancia con aquellos que todavía no puedan aceptarlos. En el proceso de aprendizaje social, saltar algún paso, puede ser muy traumático para algunas personas. La contundente frase de: “el respeto al derecho ajeno es la paz”, del célebre mexicano Benito Juárez, nunca perderá su vigencia.
Además de tolerar personas también requerimos tolerar circunstancias de vida que no puedan modificarse. Pero si toleras situaciones negativas que sí puedan ser modificadas, talvez no sea tolerancia sino conformismo, vagancia o mediocridad. Recordemos la famosa plegaria de la serenidad: “Señor, concédeme serenidad para aceptar todo aquello que no puedo cambiar, valor para cambiar lo que soy capaz de cambiar y sabiduría para entender la diferencia”.
Desafortunadamente hay grupos muy numerosos de mentalidad poco flexible, quienes se rigen principalmente de forma fanática y emocional, éstos más que pensar por sí mismos y solamente se fijan hacia donde “corre la manada”, también ellos requieren tolerancia y paciencia.
El mundo occidental es predominantemente cristiano, puedes asistir a una iglesia y ser intolerante, pero es imposible ser un verdadero cristiano y no ser tolerante. Recordando que él señaló que, aunque no debemos ser tolerantes con el pecado, siempre deberemos ser tolerantes con el pecador. Debemos analizar lo anterior tomando en cuenta que a menudo nosotros mismos somos “el pecador”.
Debemos tener leyes justas y aplicarlas, pero evitar odiar a quienes las violen. No te confundas, odiar a un criminal no te hace superior.
Pocas cosas te ayudarán tanto a reconocer que has crecido como el notar que está aumentando tu nivel de tolerancia hacia los demás.