En su momento escribí, ante el “maletín lleno de facturas” que provocó la más reciente reforma fiscal, en la cual se colocó cargas impositivas al canje de cheques, a los intereses de las inversiones en instituciones de intermediación financiera, a la placa de los vehículos (esta última, ilegalmente ha sido aplazada todos los años por el impacto que tiene en todos los carros y carritos), a las propiedades inmobiliarias, y hasta al aire, que lo vendería todo y me iba del país. La oferta más razonable que recibí fue de mi apreciado amigo Dr. Ángel Delgado Malagón, quien dijo que me lo pagaba a cinco años y sin intereses, a modo de chanza.
No obstante lo anterior, y como consecuencia de lo bien que estamos, y lo mucho que crecemos, y de que somos la envidia hasta de Suiza, todos los días cogemos más dinero prestado, el Banco Central emite mas deuda, sobre la base de una ley de capitalización que no es cumplida por el gobierno central, y en definitiva, con el can ya estamos adeudando aproximadamente el 55% de nuevo producto Interno Bruto (PIB), lo que implica necesariamente que estén sonando alarmas como si el auto se hubiere descompuesto.
Compelido ante esta realidad, nuestro queridísimo, insustituible y amante de carne de tiburón podrido, Danilo Medina, ante el Conep, afirma que está de acuerdo con un Pacto Fiscal que permita el crecimiento sin endeudamiento, como si él hubiera alguna vez en su vida pagado impuestos.
Para hacer lo que nunca se ha hecho, como nos ha ofrecido desde el principio y ya harta, le sugiero las siguientes medidas, que ante el ahorro que implicaría, haría totalmente innecesaria una nueva reforma fiscal que lógica y obviamente se traduce en más impuestos para la sociedad dominicana, y menos sacrificio para los políticos profesionales. Estas medidas son las siguientes:
1.- Prohibición absoluta de publicidad Estatal, en virtud de que no es una mercancía ni ningún producto que necesita venderse, ejecutar la ley y el presupuesto conforme se establece, utilizando estos fondos (Mas de veinte mil millones anuales), en capitalización del Banco Central).
2.- Inauguración de obras hecha por el Estado por los Gobernadores provinciales y no por el Presidente de la República, con todos los lambones y agüizotes que viven averiguando donde esta para coger cámaras al lado del Presidente, ahorrando un dineral en combustible.
3.- Eliminar y prohibir el barrilito, cofrecito y todo lo que termine en “ito” en el Congreso Nacional, toda vez que los legisladores están para votar leyes, no para competir con la seguridad social, obras públicas o salud pública.
4.- Transparentar los concursos y licitaciones para hacerlos legítimos y no los mamotretos que hoy día se hacen.
5.- Proponer y hacer votar una ley que establezca la embargabilidad del Estado, imponiendo la igualdad constitucional de todos, evitando que a través de las dilaciones en los pagos las obras se sobrevaluen constantemente, y al mismo tiempo, evitar que para que sea pagada una obra, existan una serie de personeros que se benefician hasta con el cincuenta por ciento del valor de la misma.
6.- Salvo los funcionarios de primer nivel, prohibición absoluta de circulación de vehículos oficiales en asuntos no relativos a la función que realiza el funcionario ni los fines de semana o días feriados.
7.- Control estricto de viajes al exterior y gastos por tarjetas de crédito no justificadas.
8.- Declaratoria de utilidad pública de los solares en los barrios del Distrito Nacional, (Villa Juana, Capotillo, Villa Consuelo, etc) otorgándoles títulos a los ocupantes y expropiando a los titulares de los mismos, proponiendo una ley de Bonos para el justo pago de los indicados inmuebles, que serian pagados a veinte años con un interés razonable y justo. (Esta sola medida activaría la economía de dichos sectores, y otorgaría la posibilidad a los ocupantes de los terrenos de establecer negocios a un costo financiero razonable.
En definitiva, parte de las medidas anteriores se han anunciado, pero NUNCA se llevan a cabo. Entiendo que solo estas implicarían un desahogo y liberación de miles de millones de pesos, que darían lugar a evitar que otra vez, la teta nacional y la de cada uno de nosotros, que ya está como timbre de guagua de Onatrate de la ruta Duarte, Los Mina, siga como hasta ahora. Digo yo.