De vuelta al patio patrio, continuo con los sucesos de Boston, porque no se le ha puesto punto final. Hoy le toca a la teoría original del “Lobo solitario”. Recordemos que la primera reacción del Federal Bureau of Investigations (FBI) fue la “actuación solitaria de los hermanos Tsarnaev”, una tesis desbordada por los hechos de la influencia de la madre (de acuerdo a la seguridad rusa que les pasó al FBI las grabaciones de la conversación con el hijo mayor) y el apresamiento de los amigos del hermano menor por destruir evidencia y falsear declaraciones.
Sin embargo, la persistencia de ese comportamiento, nacido del pensamiento de la ultraderecha norteamericana, del “lobo solitario”, mantiene su fortaleza. Un autor señala: “Los servicios de inteligencia que trabajan en el campo del terrorismo parecen alarmados y desconcertados. Admiten que hoy los terroristas solitarios de cuño islámico superan con mucho a los de las redes organizadas tipo Al Qaeda. Son conscientes, esos expertos en terrorismo, de que puede estar surgiendo un tipo nuevo de motivaciones del terror, como podría ser la simple revancha personal de un descontento con el mundo en que vive, sin necesidad de estar abrazado a ninguna ideología organizada internacionalmente.”
Para desacralizar el monopolio norteamericano de la gestación de lobos solitarios, En el 2012, se dio el caso en Francia del islamita Mohamed Merah, o en Noruega, el ultraderechista Anders Brevik, como para denotar que la sociedad occidental está enfrentando una “pandemia” de frustración canalizada hacia el terrorismo indiscriminado.
Javier Valenzuela nos dice que: “¿Existe un patrón para este tipo de terroristas individuales? Sí. Para empezar, las ideologías de las que se reclaman están entre las más extremas, desquiciadas y milenaristas. Y hoy, en la era de Internet, los lobos solitarios comparten creencias, técnicas y logística con sus manadas a través del ciberespacio. Mohamed Merah se embarcó en una yihad solitaria actuando en sintonía con instrucciones difundidas en Internet por Al Qaeda en los últimos años. El argumentario de Breivick es moneda corriente en las páginas web de la ultraderecha.”
Y añade: “El primer teórico contemporáneo del terrorismo individual, y el inventor de la expresión “lobo solitario” fue el supremacista blanco Alex Curtis allá por los años noventa. Fundador de una rama del Ku Klux Klan, Curtis proponía a la ultraderecha norteamericana una “resistencia sin líder”, en la que los individuos sustituyeran a las organizaciones jerarquizadas, estructuradas… y detectables por los servicios policiales o de espionaje. De ser detenidos, debían responder con “las 5 palabras”: “No tengo nada que decir”.”
Para terminar, concluyamos con Arias preguntándonos: ¿Cuáles podrían ser entonces las nuevas respuestas a ese terrorismo inédito de los lobos solitarios? Para ampliar, vean los artículos “Matando desconocidos” de Javier Valenzuela en
http://internacional.elpais.com/internacional/2012/03/24/actualidad/1332610798_245979.html
y a Juan Arias en “Las consecuencias alarmantes del moderno terrorismo solitario” en: http://internacional.elpais.com/internacional/2013/04/29/actualidad/1367253222_828344.html