Últimamente hemos visto senadores, empresarios, periodistas, cortesanos, entre otros personajes que han levantado una voz de alerta sobre el peligro de llevar el país hacia el "Caos" como respuesta a las exigencias que hacen muchos sectores de la sociedad para que las instituciones que deben perseguir la corrupción funcionen, sí leyeron bien, ahora en este país pedir la acción de la justicia para muchos sectores es sinónimo de caos. Un amigo una vez me comentó una frase que escuchó de alguien que no quiso identificar, que dice "No es lo mismo llamar a legalidad que verla venir", en si misma esa frase retrata lo que parece ser la realidad de los que sí se benefician del "caos", pero no del que nos quieren proteger estos honorables "bien intencionados" sino del verdadero caos que es la República Dominicana de hoy.

En nuestro país los casos de corrupción no llegan a los tribunales, el sistema de impunidad cuenta con jueces y fiscales que se encargan de frenar cualquier asomo de justicia frente a los casos más sólidos y evidentes; la mayoría de los funcionarios que están obligados por ley a presentar su DJP violan la constitución en su artículo 146 numeral 3 y la ley 311-14 de Declaración Jurada de Patrimonio, no lo hacen o la entregan tarde, estamos hablando de más del 90% y todos ellos disfrutan del 100% de impunidad ya que no son afectados por sanción alguna.

Se viola la Ley de presupuesto de forma ya casi tradicional sin que esto llame la atención del congreso, quienes además reciben anualmente los informes sobre la ejecución presupuestaria de la CCRD donde se evidencian puntualmente algunas de estas violaciones e irregularidades.

Los casos de corrupción solo salen a luz y son reconocidos si estos explotan fuera del país, por alguna tragedia o por algún reportaje de algún periodista de investigación.

El país está tomando prestado para pagar intereses, alcanzando niveles de la deuda pública para muchos insostenible, que el FMI proyecta para 2018 subirá al 52.3% del PIB, con un gasto corriente excesivo, gastos de capital disminuidos y con presupuestos deficitarios.

La delincuencia ha vencido todos y cada uno de los "Planes" para la seguridad ciudadana que lamentablemente se han ido activando tradicionalmente justo después de cada tragedia que tenga resonancia en la opinión pública. Los niveles de crecimiento económico que vienen acumulándose por décadas no se traducen en bienestar y mejoramiento de la calidad de vida para la mayoría de los dominicanos.

La palabra caos significa confusión, desorden, dudan ustedes que en las líneas anteriores no es precisamente eso lo que he estado describiendo, la pregunta obligada sería, ¿aquellos que llaman “caos” a enfrentar la corrupción de manera pacífica, al exigir que se investiguen a los políticos y empresarios que tengan indicios de culpabilidad en los casos más sonados, de qué lado están?  la respuesta lógica sería que están del lado de los que se benefician de vivir en el caos que genera la impunidad.