La palabra Carisma viene del latín Charisma, que a su vez proviene del griego Kharisma y significa "gracia"," beneficio gratuito", "regalo", "favor divino", "don", "aura", "duende", "magia", "hechizo", "ángel". Max Weber, sociólogo y economista alemán, se preguntó en su libro Economía y sociedad, ¿por qué obedece la gente a la autoridad? Respondió por tres razones: Por racionalidad, cuando se obedece a una legalidad pre-establecida; por tradición, cuando se cree en la sacralidad de las instituciones a las que se obedece; y por carisma, cuando un gobernante posee una fuerza heroica o un carácter sagrado, un algo especial, que lo hace digno de ser obedecido.

El Carisma en su gran abstracción de subjetividad es visto como una "cualidad de una personalidad humana que es reconocida por los otros como extraordinaria, sobrenatural o al menos fuera de lo común". El Carisma es la legitimidad carismática que viene dada por dones excepcionales, otorgados al jefe por un grupo determinado y que trasciende la legitimidad burocrática, que se basa en competencia racional.

¿Qué hace a una persona Carismática? ¿Es su locus interno o condiciones, cualidades personales? ¿Es su locus externo o condiciones externas, las circunstancias o el destino?

Como concepto religioso y que está en desuso, no se logra pues, articular indicadores ni una estandarización que nos permita bosquejar un modelo, para darnos cuenta cuándo estamos en presencia de una persona carismática; lo que caracteriza al líder carismático más que sus cualidades, sus condiciones personales de prestigio, de intelectual, de buen comunicador, de excelente persuasor, de buen carácter, que viene a ser su locus de control interno; la base fundamental es el hecho o el fenómeno social, político o económico que esa persona tuvo que enfrentar con heroicidad en una etapa de su vida.

Lo que queremos subrayar es que el liderazgo carismático trae consigo un evento trascendental y la manera como ese ser humano lo asumió para la historia. Un hecho que marca a la persona y al país donde se produce.

Ese liderazgo carismático viene dado por el desafío trascendental que tiene una sociedad o una organización en un momento determinado. Más allá de las cualidades personales que se tenga, es la gravedad de una situación determinada o de una profunda visión con respecto a la sociedad, a la igualdad o a la lucha por los derechos de la humanidad.

Dicho de otra manera, podemos tener un conjunto de cualidades que podríamos desarrollar de manera cotidiana frente al grupo o a la comunidad que dirigimos; sin embargo, es un evento determinado y la manera de abordarlo, que despierta el ángel y el aura ante los seguidores y comienza en ese instante a percibirse a una persona con "carisma".

Son los hechos históricos trascendentales que producen, como desafío del momento, ese "liderazgo carismático". En los tiempos de calma las sociedades lo que más pueden producir son estadistas. Al mismo tiempo, lo carismático se produce como una consecuencia de las hazañas extraordinarias que un hombre o una mujer pueden hacer desde el seno de una organización o de una sociedad. Previamente, a ese hombre o a esa mujer no le veíamos esa "magia"; sin embargo, sus acciones lo catapultan en el imaginario colectivo como un hombre o una mujer excepcional, extraordinaria, fuera de serie.

Veamos: Lula Da Silva, 4 veces precandidato a la Presidencia de Brasil. La aristocracia brasileña se burlaba de él. Un obrero metalúrgico. Sus dos presidencias. El hito histórico de sacar más de 30 millones de la pobreza; de llevar 39 millones a la clase media; de llevar a Brasil a una potencia, de disminuir la desigualdad social. Hoy, Lula es visto como un líder carismático. Martin Luther King nunca fue presidente ni tuvo cargo ejecutivo, empero, su lucha por los derechos civiles, su profunda visión de soñar que un día sus hijos no fueran valorados por el color de su piel, lo hizo un líder extraordinario que retumbaría en el stablishment norteamericano. Supo entonar con el gran desafío de su sociedad, de su tiempo. La Madre Teresa, su adorado amor y compromiso ineludible con los pobres, su lucha incansable hizo de ella un ser excepcional … ¿Hasta dónde hay que dar?, un día le preguntaron y respondió lacónicamente, “hay que dar hasta que duela”.

Francisco Alberto Caamaño Deñó tenía todas las condiciones que lo adornaban como ser humano previo a la Revolución de Abril. No obstante, es la batalla en el puente Duarte que marca un nuevo hito de la historia y con ello al Coronel de Abril. La circunstancia, el destino, obran en la construcción de un Liderazgo Carismático. El peldaño de como se asume el desafío de la historia en un momento determinado, es lo que nos lleva al liderazgo carismático. Las realizaciones en la ejecución de nuestras acciones y decisiones, son las que nos marcan y crean la diferencia.

Son los eventos, los hechos, los fenómenos extraordinarios, los que producen liderazgos extraordinarios, "Carismáticos". Por lo tanto, el Carisma no tiene que ver con la empatía, con la conexión que una persona pueda tener con un grupo o comunidad determinada. Estas cualidades son necesarias, pero no suficientes. Se requiere mucho más. El Carisma en todo caso, tiene que ver con la seguridad que inspira la persona y por ende, él es generador de Confianza.

El Líder Carismático, por sus acciones y sus decisiones, termina por cautivar a sus seguidores. Atrae a los demás pues, se convierte en un motivador que convence y conmueve con su tono de voz, su lenguaje corporal, su capacidad y la necesidad de impulsar una visión y un sueño para su sociedad u organización. Desafío, expectativa, realidad y realización; constituyen los cuatro ejes de un liderazgo carismático. Por ello, es en esencia, un agente de cambio pues sintetiza la escalera del reto, para bien o para mal, de la sociedad en un momento determinado.

Para Sthepen Robbins, la teoría del liderazgo carismático, es una "atribución de aptitudes heroicas o extraordinarias al liderazgo cuando los seguidores observan ciertos comportamientos". Los liderazgos carismáticos los producen las organizaciones y las sociedades en momentos difíciles, cuando se encuentran enfrentados a enormes desafíos para su supervivencia.

Si miramos en los últimos 40 años (Kennedy, Salvador Allende, Fidel Castro, Nelson Mandela, Bosch, Balaguer, Peña Gómez); la humanidad no ha producido liderazgos carismáticos; sin embargo, no cabe la menor duda que dada la gran crisis societal planetaria que tenemos hoy, se cobija en el horizonte la irrupción, la eclosión de este liderazgo extraordinario, que más allá de su subjetividad en su conceptualización, es el que asume los momentos difíciles de la historia en cada sociedad. El liderazgo carismático es frente al desafío de la sociedad, lo que a un ser humano individualmente, cuando enfrenta un obstáculo y asume a Víctor Frankl, en su libro El hombre en busca de sentido "La libertad suprema es el derecho de un hombre a elegir su actitud".