Cuando hablamos sobre la problemática del bullying en la sociedad, nos centramos, en la mayoría de los casos, en temas relativos a  las consecuencias que este trae en las víctimas y en los agresores, como la intimidación afecta a la sociedad, programas y sistemas para combatir este mal, consejos para padres y jóvenes tomar en cuenta en estos casos, entre otros.

Se nos olvida siempre tratar lo mas importante:  el individuo y su interior.  Por más que se hable de cómo enfrentar la problemática y se presten recomendaciones, debemos pasar del discurso a la acción.  Pero más que una cátedra colectiva aprendida, debemos empezar a poner cada uno de nuestra parte.  De buenos discursos esta lleno el mundo, lo que nos falta es ponerlo en práctica.

Y se requieren de acciones individuales, que sirvan de ejemplo, muy a la contraria frase que con frecuencia escuchamos “tu no vas a cambiar el mundo, así que deja eso”, pero de uno en uno se hace la diferencia.  Es mejor parecer bicho raro aislado haciendo lo correcto, que asno estúpido siguiendo a un mulo, solo por el simple hecho de que “todos lo hacen”.

Hace unos días, un familiar me envió un video llamado “The Bullying Experiment”. El mismo trata de captar bajo una cámara oculta las acciones de las personas y sus reacciones cuando se ven enfrentadas ante un acto de bullying en la vida real.  Este experimento es muy similar al programa norteamericano “Que haría usted?” (“what would you do?”) que muestra la verdadera naturaleza humana cuando se ve enfrentada a situaciones difíciles.

Los creadores de “The Bullying Experiment” recrearon un escenario en el cual un hombre acosaba a otro en frente de estudiantes de una universidad. De los tantos que estuvieron presentes de la actuación, tristemente se ve como la mayoría no hace nada para ayudar al acosado. Muchos se escapaban, se iban caminando, otros ni se atrevían a mirar! Solo unos cuantos tuvieron la valentía para defender a la víctima, y se atrevieron a grabar el conflicto con el objetivo de subirlo a las redes y exponer al acosador.

Cuantos de nosotros nos hacemos los indiferentes y volteamos la cara frente a la desigualdad?  Huimos y evadimos la injusticia cuando se trata de otro, porque para que hacer algo?  De ahí que las calles y barrios de nuestro país estén arropados de la violencia, la desigualdad y la inequidad.  Que nuestra sociedad se vea gobernada por el poder del mas fuerte y no por el bienestar colectivo.

La diferencia y el cambio comienza por cada uno de nosotros. Gandhi decía: “Debes convertirte en el cambio que deseas ver en el mundo”, así debemos buscar en nuestro interior y ver cual es nuestra esencia, preguntarnos que estaríamos dispuestos a hacer en situaciones similares de desventaja e injusticia hacia otros.  Muchos encontraremos que más que cambiar al mundo, necesitamos rehacernos nosotros primeros, asumir nuestros errores y deshacer los malos pasos.

Nos damos cuenta de que no estamos construyendo nuestra sociedad en valores donde abunde la solidaridad, la igualdad, la tolerancia y el amor.

Dejemos de ser orugas para convertirnos en mariposas capaces de cambiarse a sí mismas y en el proceso, cambiar las comunidades en que vivimos, marcando la diferencia, haciendo así de nuestra pequeña isla, un paraíso digno de habitar.