El Banreservas en su 80 aniversario de vida institucional formal ha tirado las puertas por las ventanas y ha innovado la forma tradicional de celebración de fechas importantes de los bancos como son sus aniversarios, para hacerlo desde una propuesta cultural con varias actividades particularmente relacionadas al mundo de la cultura como son: la exposición 80 aniversarios de Banreservas. Historia y sociedad, una gala primaria con la Sinfónica Nacional y la Puesta en circulación del libro sobre la historia del Banreservas, bajo la responsabilidad del intelectual e historiador Roberto Cassá.

Como dijera su Administrador General Licenciado Samuel Pereyra, el Banreservas, quiso, iniciándose su aniversario el primero de octubre, hacerlo desde el Centro Cultural Banreservas en la Isabela Católica, y justo en frente de su antigua oficina de la Calle de los bancos como se le conoció en la transición de los siglos finales del XIX y principio del XX.

Con sus palabras, el Administrador General, señor Pereyra, y el señor Wilson Rodríguez, Director General de Relaciones Públicas, quien presentara igualmente palabras institucionales, dejaban entrever el interés del banco por la cultura y su apoyo decidido a continuar con esa política de defensa, promoción y protección del patrimonio cultural dominicano y continuar su programa de impacto social en compañía del Voluntariado trillando caminos de sensibilidad social y defensa de los valores de pertenencia a este suelo, sus tradiciones y rasgos identitarios.

Esta vez le tocó el dialogo desde la museografía con la exposición 80 aniversario del Banreservas. Historia y sociedad, propuesta expositiva que, valiéndose del lenguaje museográfico, los recursos varios de la innovación y desafíos de una museografía moderna, aprovechó la pequeña sala expositiva del Centro Cultural Banreservas, para proponer una mirada de tan importante fecha, no solo en el marco de las finanzas y la banca nacional, sino en su dimensión política, económica y de la significación de su soberanía económica que se inició con el acuerdo de firma y traspaso de los libros y activos del City Bank off New York a las autoridades nacionales previo ley aprobada para tales fines en el Congreso Nacional el 24 de octubre de 1941.

Como resultado de esa primera iniciativa, se paga la deuda externa en 1947 surgiendo el Banco Central y emitiéndose la moneda nacional, el peso, hechos de sinigual valor dado que implicó redefinir las prioridades de los préstamos, esta vez más orientados hacia las áreas de desarrollo nacional como la agricultura, la pequeña industria, la vivienda, contribuyendo al desarrollo nacional y abriendo caminos para el inicio de la banca nacional.

La museografía allí instalada juega con tres ejes articuladores en lo que el pasado se hiso presente como preámbulo, a través de los albores a que, la escasez y medios de alimentación obligaron al ser humano en su fase antigua, a racionalizar y organizar el intercambio: productos agrícolas, semillas y metales preciosos y otros considerados de gran valor, fueron intermediaros en ese momento de la historia surgiendo luego la banca moderna.

A este preámbulo se le unió en el primer Ámbito, el inicio de lar relación de nuestro país con la banca y préstamos internacionales, tanto del gobierno de Buenaventura Báez (1869 primer préstamo llamado Harmont), como el de Ulises Heureaux (1888-1890, para justificar la construcción del ferrocarril Santiago-Puerto Plata). Estos empréstitos y el preámbulo inicial se apoyaron en excelentes juegos de murales en óleo y estampas en acuarelas, de los artistas Iris de Mondesert y Carlos Grullón.

El segundo Ámbito era contar la historia desde la soberanía económica que implicó el acuerdo con el City Bank y la creación de Banreservas, primeramente, y luego con el pago de la deuda (1947), se crea el Banco Central. Este tema principal de la exposición para los museógrafos se convierte en el nudo gordiano de hacer un guion sin sobresaltar la historia, sobre dimensionar protagonistas y justificar a la vez la grandeza del acontecimiento que, nos permitió controlar desde dentro del territorio, el manejo de la moneda, el orden y prioridad de los préstamos, y la reorientación, hacia áreas no convencionales, que solo era posible a partir de una soberanía económica, de ahí el valor de este tema, constituido en el principal soporte conceptual de la propuesta.

Museográficamente se resolvió también convirtiendo el espacio de la sala, en el hogar u oficina en su momento, su cotidianidad, si significación y un retrato en el tiempo de cómo se cumplió con la misión desde la institución que se acababa de crear, y es cuando comienza a producirse un matrimonio sin divorcio, como dijera el Administrador del Banreservas en las palabras inaugurales del primero de octubre reciente, entre el banreservas y el pueblo dominicano, para convertirlo en el banco de todos los dominicanos, como reza la promoción.

Ya en el tercer Ámbito, se juega no solo con los desafíos del porvenir y los retos hacia una competitividad eficiente y confiada, sino con actores y demandantes exigentes y en una sociedad donde el tiempo cuenta como mercancía, por tanto, es menester presentar ese desafío tecnológico como parte de la muestra museográfica y hacerlo a partir de lo tecnológico. Esa confianza se gana cada día, como vemos al visitar la sala 3, pero la seguridad es más que un elemento económico, es de identidad hacia Banreservas como una marca-país y esta parte de la museografía asume esa dimensión social en la que el Banreservas ha estado del lado de las mejores causas culturales apoyando festivales, artistas, exposiciones, libros y otros componentes de la actividad cultural.

También muestra la exposición, cómo esa visión social que acompaña al título de esta muestra, Historia y sociedad, viene del trabajo de acompañamiento del Voluntariado Banreservas, y toda la política de la bancarización, construyendo un tejido social y de soporte al desarrollo nacional, que llega por igual hacia sectores deprimidos socialmente, y a la toma de conciencia sobre el tema medioambiental y otros males sociales como el manejo de los desechos sólidos.

El espacio pequeño, pero bien aprovechado de la sala del Centro Cultural Banreservas, no solo se trasformó, sino que se construyó una mueblería y un diseño espacial que facilita el recorrido, privilegia los momentos de la historia y los temas abordados y bajo un concepto cronológico y temático se cuenta la historia, apoyado en ámbitos y espacios museográficos que incluye impactantes recursos museográficos como el túnel que explica la relación de los primeros años de siglo XX con la banca internacional, como emocionalmente agradable resulta la bóveda que nos introduce en la intimidad de las reservas del banco a partir de un juego de imágenes que cuentan su pasado, sin dejar de mencionar que los niños y su ballenita, símbolo usado como enlace comunicativo con los menores para incentivarlo desde el juego, al ahorro, está presente en un movimiento lúdico interactivo, en que los niños son parte de la propuesta museográfica y su instalación,  como lo es por igualmente el patio interior del Centro Cultural.

Esta vez no fueron los historiadores que contaron la historia, ni los financistas, ni los economistas, ni los administradores, que tienen el derecho para hacerlo y contribuyeron a su curaduría, esta vez la mirada vino desde la sensorialidad, lo lúdico, lo visualmente impactante, lo estéticamente agradable y lo puntualmente dicho, persiguiendo tan solo celebrar con entusiasmo, júbilo y alegría, los 80 años del inicio de nuestra soberanía económica, desde la museografía, que tiene y usó su propio lenguaje narrativo para ello.