Hola, soy una silla,  y no una cualquiera, sino una muy especial, y por más señas la silla más importante del país, la del señor Presidente, la más deseada por todos los dominicanos, y la que uno de los mandamás  dijo  en su reinado que estaba llena de alfileres, y tiene mucho de cierto, pero que por sentarse sobre mí se es capaz de mentir, de traicionar, de corromper, de vender, de comprar, de complotar y de hacer las mayores barbaridades con tal de conseguirlo.

Bueno, lo he sido hasta la semana pasada porque me jubilaron o mejor dicho  me cambiaron por una más moderna,  con estructura  aluminio y fibras sintéticas en lugar de emplear nuestra preciosa caoba centenaria, telas de alta calidad y lujosos, tapices. Ya lo dice el refrán de fuera vendrán que de casa  te echarán,

¿Pero saben lo que voy a hacer en mi retiro para ganarme unos milloncitos y asegurarme una vida decente hasta que me desguacen a golpe de martillo o me pudra definitivamente, pues la pensión que me corresponde por cuarenta años de duro trabajo, no me da ni para mentas de guardia? Voy a publicar un libro con mis memorias que va a poner a temblar y a sacudir los cimientos de todo el país. ¡Já! Cuando  les haga los cuentos de los muchos presidentes que he tenido que soportar. ¡Yo los conozco muy bien, mejor que nadie! he tenido que aguantar sus posaderas, gruesas o fláccidas sobre mis lomos, sus pesadas o sudorosas espaldas en mi pecho, sus brazos arriba de los míos, y sus piernas golpeando duramente mis patas.

¡Lo qué he visto y oído! Relataré con nombres, apellidos, pelos y señales, cómo ministros y funcionarios les suplicaban que no los destituyeran porque  habían cometido ‘’indelicadezas’’ y fueron descubiertos por alguna indeseable periodista investigadora.

Como aquel que, arrodillado, le besaba la mano y le lloraba ‘’ Presidente, no me botes, es verdad que he distraído algunos fondos, apenas veinte millones dólares, una bagatela, si la comparamos con lo que se llevó Fulano, es que los necesitaba para comprar una villa en Romana, cambiar el yate que ya estaba viejo, y asegurar el futuro de m familia ´por varias generaciones…un ministro tuyo no puede ser un hijo de machepa ¡no me respetarían dentro del partido! por favor, mi jefecito, búscame una embajadita rentable…’’

O el otro, que justificaba otro gran desfalco a las arcas del Estado… ’’ Presidente, usted es hombre y me comprenderá, verá llevo treinta y cinco años casado con mi mujer, que como usted sabe, es gorda y tiene bigote, sólo se diferencia de una foca en esta que no come pescado…y no siempre porque en Semana Santa…! Verá, me levanté una jeva tremenda con una delantera y un trasero…y claro, tuve que montarle un pent house, full de to´, regalarle un carro deportivo, pasarle una buena pensión. comprarle vestidos de última moda… Presidente, perdóneme… la carne es débil y la de mi mujer es tan correosa…’’

O las malas palabras de un presidente al despotricar sobre aquel opositor que le había hecho una mala jugada ‘’! Zutano es un hijo de p…. ¡  ¡un c……! ¡Una buena m……!  Mira que publicar esas declaraciones sobre mi, pero seguro que ha sido idea de la arpía de su mujer, esa mala pécora que lo engaña hasta con el jardinero ‘’,  para  al poco rato recibirlo personalmente en su despacho deshaciéndose en mieles verbales ‘’ Mi admirado y querido Zutano, el gran líder del Partido Tal ¡cuántas cosas en comunes tenemos que departir! por cierto, como está su admirada y respetada esposa…’’  O ese otro que decía ‘’ He tenido que nombrar Subsecretario  al novio de mi sobrina ¡es un tarado! ¡un vago! ¡un inútil ,qué lástima que no estemos en los tiempos de Trujillo para hacerlo desaparecer…’’

O aquel otro presidente más maquiavélico que mismo italiano cuando urdía una trama sobre un candidato que comenzaba a hacerle sombra ‘’ Con esta trampa política y un par de decretos sacados de la manga, Esperencejo va a estar más hundido que el Titanic , jajajajajajajajajajajaj va tener que vender perros viralatas en la 27 jajajajajajajajaja…’’ 

También contaré muchas otras intimidades, las pavitas que se echaban mientras que los funcionarios esperaban pacientemente porque el Presidente estaba ‘’sumamente ocupado’’, las resacas de los lunes, los eructos muy los sonoros y gases expelidos, producto de las opíparas comida en famosos restaurantes con sus canchanchanes, las llamadas sensuales y privadas de sus amiguitas particulares… y mil cuentos y anécdotas más para delicias de los profesionales de críticas y cotilleos.

Seguro que ‘’Yo, la Silla de los Presidentes’’ que es como pienso llamar a la obra, será rodo un best seller, un éxito editorial sin precedentes en todo el Caribe, la primera rirada será de 500.000 ejemplares, vayan reservandi el suyo, porque de seguro se asgotarán en solo unas horas.