Doy un paso y me retraso tres. Pienso en el tiempo que hace. Tomo decisiones. Un recuerdo cubano. El hombre que escribió Fresa y chocolate dice en una plaza hermosa, creo de la UNEAC, El trabajo de quien escribe es tomar decisiones. Luego dio un ejemplo certero: estás escribiendo y crees avanzar, gracioso, febril, dos pasos, para de inmediato, como el conflicto vasco, retroceder tres. Qué manera de ser. ¿Quién cura este desesperar? La escritura y la lectura, de la mano, son eso. Tanto como que dos y dos, son cinco.
Imagino tus lunares. Hay un lugar y un vuelo de palomas y una matrix que te envuelve, en donde me interrumpen las carreras de tu amor, el viento disparatado que como agujas congeladas me despierta los cojones o las mejillas, quién sabe. Allá es Caribe, dentro de mí, que color con color se paga.
A tus pies, rendido, Pachy, intentándolo, acá estoy.
Dedos hay que te sueñan. Tu cuerpo, alado, al lado, cibaeña, contigo no hay quien pueda.