La seguridad y la defensa surgen con el ser humano mismo, con la necesidad de protegerse de los peligros del ambiente y de las demás personas. Desde los primeros asentamientos los humanos usaban medidas de seguridad, observadores encargados de vigilar las tribus desde las copas de los árboles o las entradas de las cuevas. Su misión era, en un principio, resguardarse de las amenazas de las fieras u otras tribus.
Luego, estas misiones de vigilancia y seguridad fueron pasando a ser realizadas en las entradas de los pueblos o aldeas, en las torres de las fortalezas y los castillos, hasta nuestros días que se ha complicado cada vez más con los diferentes conflictos humanos, destacándose: los nuevos tipos de delitos y el crimen organizado.
Los servicios de seguridad, han sido demandados en todo momento de la historia de la humanidad, independientemente de los enfoques del momento o las circunstancias y las diferentes denominaciones, casi siempre sinónimas, que la representan: guardia, seguridad, centinela, gendarme, policía, soldado, miliciano, sereno, celador, vigilante, custodia, etc. Hoy en día, más que nunca, las sociedades organizadas necesitan de esta seguridad, ya que en toda la evolución del desarrollo humano el hombre es la peor de todas las amenazas y el mayor peligro para sí mismo.
Sin importar la institución o el tipo de organización que esté a cargo, la seguridad es algo intrínseco del ser humano y transversal a todo el quehacer humano; que tiene por objeto regular, proteger y asegurar el bienestar social, es decir la vida en sociedad a través de las normas o reglas que determinan el orden establecido y que mantienen el estado de derecho en toda sociedad organizada.
El concepto seguridad en el contexto social ha evolucionado constantemente de acuerdo a las transformaciones y los enfoques político, económico, cultural, militar, psicosocial y ambiental. De esta misma manera se derivan los diferentes conceptos: el más actual es seguridad humana y el tradicional la seguridad nacional, que a su vez contiene la defensa, el orden público, la seguridad pública, la seguridad interna, la seguridad ciudadana, la seguridad democrática, la seguridad privada, la seguridad personal, la seguridad cibernética, etc.
Lo que debemos tener en cuenta siempre es que la seguridad en todas sus aplicaciones es un derecho humano que debemos proteger, defender y garantizar.
Según dicen los estudiosos del Derecho Constitucional, nuestro Estado no cumple las funciones que le corresponden, de garantizar la supremacía de la Constitución mediante el control, limitación y descentralización de todos los poderes y a través de ellos regir todos los elementos necesarios que requiere una sociedad para vivir en armonía.
Además, es importante destacar que nuestro ordenamiento jurídico adolece de una Ley de Seguridad y Defensa Nacional y de un organismo especializado que cree las políticas públicas en cuanto a la defensa y seguridad humana en general.
Es tiempo de que cree el Consejo de Defensa y Seguridad Nacional, que manda la Constitución, definiendo claramente, cual es el rol de cada institución para garantizar la seguridad y el desarrollo humano sostenible de la República Dominicana, tomando en cuenta lo social, cultural, económico, político, militar, policial, ambiental y migratorio.
Otro aspecto importante es la falta de un organismo que unifique, dirija y fiscalice las agencias nacionales de investigación e inteligencia, ya que en nuestra sociedad dichas agencias trabajan a su libre albedrío violando las garantías constitucionales y derechos fundamentales de las personas sin sincronización, integración, apoyo unos con otros para que faciliten sus funciones y se evite la duplicidad de esfuerzos y recursos.
Dicho de otra manera, no puede existir un desarrollo económico sano y exitoso si la seguridad humana o ciudadana no está bien establecida, por lo que debemos prepararnos conforme a los avances de la sociedad; la misma se va haciendo más compleja y da al traste con el surgimiento de nuevas problemáticas y conflictividades.
La población desempeña un papel muy importante en la Seguridad ciudadana. De hecho, se espera que los residentes, las instituciones y los grupos comunitarios de cada sector formen una alianza con el personal policial y las demás instituciones que le atañe ese rol; y juntos desarrollar estrategias modernas y consensuadas.
Estos grupos mancomunados aportan a la policía y demás organismos relacionados sus puntos de vista, información, recursos y pericias adicionales en la búsqueda de objetivos comunes que puedan servir para enfrentarse a la criminalidad, la inseguridad ciudadana y las perturbaciones del orden público.
Tradicionalmente, la policía dominicana ha sido vista como la única responsable y como el chivo expiatorio de la problemática de violencia e inseguridad. Además, la principal enemiga de los ciudadanos o contraria a los intereses de las comunidades. Es por eso que urge revertir ese resentimiento y asumir la misión de toda policía comunitaria y democrática. Para poder cambiar y revertir dicho resentimiento, es preciso realizar grandes esfuerzos y nunca cometer hechos que puedan volver atrás lo que se va logrando. Esto solo podría lograrse con el desarrollo e implementación de una policía bien pagada, democrática y modernizada con tecnologías y equipamientos de vanguardia, orientada en una filosofía comunitaria.
La criminalidad y la violencia en República Dominicana han desbordado la capacidad de control y vencido al gobierno con sus autoridades de seguridad, principales responsables de dar solución. La situación es tan alarmante frente a las amenazas del crimen hoy, que los expertos en el tema para América latina, han acuñado el término de Seguridad extrema, pues en la mayoría de los países latinoamericanos las diferentes organizaciones de seguridad pública y privada han decidido trabajar de madera sinérgica. Es lo que manda hacer en dominicana, unificar y consensuar criterios en los diferentes organismos de seguridad, invirtiendo un 90% de los recursos en prevención.