Si a algo se le puede llamar un “muerto que no muere,” es la agonía que por más de tres décadas ha tenido el seguro de salud (SEME-UASD) y plan de Retiro de la UASD, este plan de retiro que todos conocemos nace en la gestión del Dr. José Joaquín Bidó Medina, creado mediante resolución 81-336 de fecha 27 de noviembre de 1981.
Es muy probable que esta preocupación de autoridades y servidores universitarios en materia de políticas de salud y retiro, constituya el referente más antiguo en este sentido en el país, que en paralelo con el otrora Seguro Social Dominicano han representados las tímidas y únicas políticas de justicia social de respuesta y retribución de la renta social a un sector y, no asumida por el Estado con la sociedad dominicana de forma universal.
Negar que la iniciativa de la Universidad Autónoma Santo Domingo en el rectorado de del Dr. José Joaquín Bidó Medina, instalada hace décadas, colocó el interés social y de salud de sus miembros por encima del resto de las instituciones públicas , autónomas y descentralizadas del Estado y la generalidad de las privadas , es una miseria espiritual de quien lo hace.
La UASD ha conquistado sus derechos a sangre y fuego, con luto y dolor, resistiendo los peores momentos de la dictadura de Trujillo, el acorralamiento de los 12 años de Balaguer, el golpeo, cerco e incomprensión de los gestores de la democracia y constructores de las libertades públicas.
Las autoridades de la universidad y sus rectores han sido estigmatizados de forma injusta como los responsables del colapso del histórico Plan de Retiro y la ARS UASD, este punto de vista, hecho costumbre en la comunidad universitaria pierde de vista las razones causales que dan origen al fenómeno de quiebra, fracaso o colapso de la UASD y todas sus acciones, entre la que figura, por supuesto, como situación relevante la ARS-UASD.
La UASD ha realizado su existencia institucional en las peores circunstancias, siendo víctima del propio Estado que le creo al ser objeto de despojo y estrangulamiento en sus derechos. La ley 5778 que debió ser un instrumento de garantías y desarrollo institucional para la UASD, ha sido la norma más vulnerada y desconocida del sistema de legalidad del Estado dominicano.
A 475 años de su fundación y 52 de su transformación en universidad estatal, pública, autónoma y descentralizada, permanece abierta preservando su naturaleza y mística de ser una puerta de entrada para los más pobres de este país, y, esto ha sido así gracias a la lucha y combate de sus estudiantes, al compromiso de sus autoridades y servidores universitarios; la UASD es la única institución de este país que ha desarrollado el espíritu de familia en su seno y una cultura de soberanía y libertad a favor del pueblo dominicano.
Sobre el inicio de cada semestre se ha hecho cultura y se ha cernido siempre un nubarrón de dudas e incertidumbres, de si las cosas transitarán sin problemas; todo ello generado por el nivel de precariedad y dificultad con que la UASD asume sus procesos. +
A la universidad pública nunca se le había escuchado, nunca se le había preguntado por sus necesidades, nunca se le había tratado con el debido respeto que merecían sus autoridades. El Presidente Danilo Medina ha inaugurado una nueva era en el trato y respuesta a la UASD: recibió sus autoridades, se interesó por sus prioridades y respondió de forma efectiva a la más urgente: rehabilitar y hacer funcionar la ARS-UASD en el marco de la legalidad de la ley 87-01, por más insistencia de las autoridades universitarias con otras necesidades presupuestaria, el presidente respondió de forma priorizada en este momento a la salud.
Se hace previsible que el problema presupuestario de la UASD será abordado por las nuevas autoridades del gobierno con una visión distinta y más justa. Si la ley 5778 es necesario actualizarla y fortalecerla para garantizar el cumplimiento de su misión, hay que hacerlo. Lo ideal no es que el rector reciba un buen trato y ser recibido en el despacho presidencial, lo ideal es que la UASD en la persona de su rector sea parte del Consejo de Ministro de Gobierno por la naturaleza e importancia de la institución que representa.
Todos los servidores universitarios, con más de 20 años en la universidad hemos vivido más de una metamorfosis del seguro de salud de la UASD: SEME-UASD, GOMEZ PATIÑO, ISME, UCE-MES, ARS-HUMANO Y ARS-UASD, cada etapa de esta metamorfosis es un esfuerzo de las autoridades por encontrar respuesta a la salud independiente de las debilidades que podamos atribuir a una que otra iniciativa.
¿Cuántos servidores fueron víctima de una humillación y pasaron una vergüenza en un consultorio por falta de pago?, ¿a cuántos se le negó un servicio o se le retuvo un cadáver en una clínica por falta de pago o deuda con la prestadora?
Hemos sido más paciente que Job y hemos caminado bajo el sol del desierto de la incertidumbre, hemos resistido estoicamente a la espera de la tierra prometida, un plan de pensiones y jubilaciones, un plan de salud y medios efectivos de protección al riesgo laboral.
El compromiso de las autoridades con el gobierno y la obligación frente a la SISALRIL de rehabilitar y sanear la ARS-UASD hay que cumplirlo.
El presupuesto destinado por el Presidente de la República para seguridad social y de vida en la UASD no debe ser tocado para otra cosa, nada es más urgente que la vida. ¡Por Dios, no más lágrimas por falta de una verdadera seguridad social en la UASD!