Hace justo un mes el mundo actualizado de la publicidad fue sacudido por una de las noticias más contundentes de la industria, el flamante CEO de WPP, el histórico Sir Martin anunciaba el abandono de la posición que ocupó durante 33 años, en el grupo de comunicación comercial de marketing que él mismo creo. .
Luego de que tres semanas antes los accionistas del grupo presentaran un recurso donde alegaban mal uso de fondos dentro de las operaciones y conducta inapropiada por parte del hombre más fuerte de la publicidad de estos tiempos. No era la primera vez que Sorrell se enfrentaba a los accionistas, pero siempre, escudado en una gran personalidad de dominio y respeto, lograba evadir situaciones y mantenía control del grupo, que hasta este momento, ocupa el primer lugar entre los demás holdings de agencias conglomerados. Sorprendentemente en esta oportunidad, pero en una sabia movida de acuerdo a su interés personal y olfato de hombre de negocios; al percatarse del nerviosismo de los más grandes clientes de WPP, decidió abandonar la posición y no crearle al grupo una crisis mayor que su anunciada salida, la cual repercutiría estremeciendo, no sólo a la industria, sino por igual a todas las estructuras de negocios del WPP.
El hombre que insertó a las agencias de publicidad en el verdadero mundo del negocio; para unos el salvador de la industria, pero para otros el destructor del místico umbral de la creatividad por encima de todo, que en los tiempos de David Ogilvy, colocaba a las agencias de publicidad como entes diferentes y absolutamente necesarias para los clientes, en pos de alcanzar sus ideas de conquistar mercados, posicionar, construir grandes marcas y productos, ya no estaba al timón de holding que 33 años atrás creó.
Los efectos a lo interno y sobre los clientes globales del holding no se han hecho esperar; una fresca noticia apenas de esta semana nos informa que luego de que HSBC pusiera en “review” su cuenta, después de 15 años en manos del grupo que dirigía Sorrell, anunciaba que movía su cuenta de medios de más de 400 millones de dólares, a manos de su archi-rival Omnicom; lo cual es una difícil y preocupante noticia para los accionistas del WPP.
Sir Martin había convertido a WPP en uno de los grupos publicitarios más grandes del mundo, con más de 200,000 empleados trabajando en 400 negocios en 112 países y con ingresos anuales de aproximadamente £ 14 billones. Después de su partida, Moody’s, la agencia de calificación crediticia, rebajó la perspectiva de la compañía de "estable" a "negativa", argumentando que WPP enfrentaba "debilidad operacional" mientras luchaba por competir contra una nueva generación de arribistas en su territorio tradicional, incluyendo Google y Facebook.
Otros golpes amenazan aún más el porvenir del grupo, el gigante Ford ha confirmado que planea invitar a sus rivales a ofertar por algunos de los negocios que le da a WPP, una cuenta con un valor de aproximadamente 500 millones de dólares en ingresos anuales.