I
Casi nunca explicamos la infra-historia de nuestros personajes. En mi novela Goeíza aparece uno extraño desde la presentación. Hay dos detalles, el antes y el después. En el antes, el origen me lo dio un señor que llegó acompañado de una hermosa dama a un bar recién abierto en mi pueblo de Pimentel y comenzó a hablar de sus aventuras. El tipo era una especie de medio brujo, y daba la sensación de saberlo todo. Nunca supe su nombre, como apareció y despareció y jamás supe de él, le dio el nombre a Aparicio.
El después ocurrió el día de la puesta en circulación de la novela en la biblioteca Nacional, cuando el presidente del jurado Freddy Prestol Castillo fue cargado en hombros de dos trabajadores suyos por haberse roto una pierna ese día, a hacer la presentación, que si bien grabé, nunca se ha publicado, y me sugirió que el capítulo que leería fuera el de Aparicio. Como ya había seleccionado uno, no lo complací. Treinta y nueve años después, voy a complacer a don Freddy ofreciendo a ustedes algunas de las ocurrencias de Aparicio el Desandador en varios capítulos de la novela, donde, sin yo saber nunca quien las dictó, ya que ningún escritor sabe de dónde recibe auxilios, quizás pensando lo que dijo Amado Nervo: “En algún lugar del espacio están los personajes esperando al novelista para tomarles cuenta de la forma en que lo trataron. Sin embargo, ese “pequeño dios” que es el poeta, no es culpable total: Los personajes se imponen a veces y en nuestro caso Aparicio el Desandador lo hizo plenamente, nunca antes ni después ningún otro personaje se ha atrevido a filosofar como aquel santón de las montañas..
Aparicio el Desandador
II
El personaje aparece cuando Tronilo con un hacha derrumba un roble hermoso para con su madera hacerle el rústico féretro a su padre, según cuenta Plinio:
Los fuertes golpes mortales para el árbol del despiadado instrumento de hierro resonaban más escalofriantemente fúnebres que los gruñidos de Fénix en la ancha soledad de aquellas lomas.
Aquel hombracho descomunal devoró con furia la dura carne blanca de aquel monumento vegetal: En pocos minutos traspasó su oscuro corazón y cuando cayó aquel gigante de las sierras con un estrépito enorme al mismo tiempo como si brotase del fragoroso ruido o bajara del cielo algo aconteció:
Ese algo montaba un borrico: Un venerable anciano de luenga barba cana y mirar de fuego que con voz atronadora exclamó:
¿Quién ha ordenado este crimen vegetal?: He puesto a trotar al Grifo para ver si llegaba a tiempo para salvar ese árbol majestuoso que era un vigía insomne que atalayaba las distancias: ¡Mi estupor es mayor al contemplar que la mano asesina es la de mi ahijado Tronilo la persona que más quiero en el mundo!: Aunque al parecer ha tenido cómplices.
Mirándome a los ojos continuó ya menos enfadado su semblante pero con nuevo ímpetu:
Díganme: ¿Qué ha pasado aquí?: ¿Qué está pasando?: ¿A qué se debe el maurerío en casa de mi compadre?: ¿Se puede saber quién es el extraño con quien hablo?: ¿Quién es usted joven?: No quiero poner a funcionar mis facultades proféticas: Por eso repito la pregunta: ¿Qué es lo que ha pasado aquí?
Aquel duende estrafalario tenía un aire de santón o de profeta, a pesar de sus largas piernas arrastrando al suelo desde el burro: Como la bandera ondeante de su barba albina imponía respeto y su vozarrón me asustaba: Un poco intimidado le contesté:
Distinguido aunque desconocido señor: Permita que me presente: Mi nombre es Plinio Aldebarán: Estoy aquí en compañía de Diomedes mi hermano realizando una Goeíza muy especial para vengar la muerte de nuestro hermano Néstor que fue vilmente asesinado: Quien usted llama Compadre fue malogrado por el verraco conocido como Kimbro.
Fue herido por este en una lucha a muerte: A pesar de la llegada de su cuñado Alberto cuando entraban por el palenque siguió padeciendo muchos dolores por no tener conocimientos de medicina ni él ni sus hijos.
En resumen: Por ese desconocimiento del arte de curar no pudieron evitar la gangrena del muslo herido: Don Alberto se desesperó y fue a buscar remedios al pueblo.
Don Leonardo murió anteayer en su ausencia: Respetando sus iras no lo habían enterrado resultando insoportable su descomposición: Eso explica la presencia de las mauras: Hemos decidido no esperarlo más y necesitando un ataúd decente digno del ilustre difunto Tronilo ha sacrificado el roble imponente que usted tanto lamenta: Aunque con mucho pesar de nuestra parte no nos opusimos pensando que su Compadre merecía que con una madera así se le hiciera su cama eterna aunque ese árbol sembrado por él embelleciera y ennobleciera el paisaje.
Mientras me escuchaba se iba dulcificando y apenándose su semblante: Cuando sus ojos se humedecieron bajó del borrico con gran teatralidad y en vez de venir hacia nosotros se devolvió: Tomando el tronco como tribuna subió sobre su base irregular dirigiéndonos uno de los discursos o sermones más impresionantes que hubiéramos oído jamás: Ni siquiera se podía comparar con el maestro Simón Rymer a quien cuando éramos niños llegamos a escuchar.
¡Ah!: Lo imaginaba: ¡Solo un cadáver así justificaba tal despropósito contra la naturaleza!: Debí suponerlo: Tuve sueños horribles: Vi carnes sanguinolentas y ríos crecidos de aguas turbias señales inequívocas para mí de gravedades o muertes de amigos o familiares queridos: Aunque lo presintiera no dejan de ser duras estas nuevas: Leonardo Simons el Príncipe de los Monteros fue como mi hermano y juntos compartimos una serie de acontecimientos que alcanzan los linderos de la sublimidad: No atalayo mi existencia sin su presencia.
¡Ah!: ¡Ah!: Como lo estrafalario concita la atención despertando instantáneas solidaridades o rechazos veo en sus ojos jóvenes Aldebaranes el gusanito de la curiosidad preguntándose intrigados: ¿Quién será este estrafalario sujeto campesino que manifiesta tanto poder sobre las cosas?
No me ofendería por eso: Me sé raro y quiero serlo para que me consideren un ejemplar interesante: No debo parecerme a ciertos tipos comunes cuya insignificancia los confunde con la misma nada: ¿Verdad?
Todo lo diferente adorna al universo: Cuando las palabras se deslizan desde el territorio de la poesía se embellecen las conversaciones.
En la naturaleza lo distinto no es frecuente: Árboles hay muchos en todas partes: Robles como ese ninguno.
Permítanme presentarme: Soy Aparicio el Desandador: El Contador: El Sanador: Como guste al otro nombrarme: Soy de cualquier lugar del mundo: Dicen que nací del viento: Solo sé que soy más viejo que el sueño: ¡Ja!: ¡Ja!: ¡Ja!: No sé de dónde vengo ni me importa adónde voy: Soy universal: Soy un hombre: Algunos creen loco: Quizás lo sea: ¡Ojalá lo sea!
¡Triste cosa es aquel a quien nunca hayan llamado loco!: ¡El otro nombre que le doy a la cordura es el de mediocridad!: ¿Dónde vivo?: Ya ni yo lo sé habito el mundo y la soledad anda conmigo: En un tiempo tuve el bello engaño de ser dichoso o de creer que lo era: Mujer con familia hube: Nada poseo ya: Tengo en poca estima al dinero: En ninguna al que lo atesora: Vivo de lo que me da la tierra cuando me devuelve lo que hacen mis manos.
¡Solo respeto el talento y la sinceridad de los hombres!
Cuando manifestó que tenía hambre Verania le trajo de comer: Entonces observándonos detenidamente con una mirada penetrante que calaba más allá de la carne dejó de masticar señalando:
¿Cónque matrimonio hubimos?: No han respetado al viejo tronco que ahí yace: ¡Juventud!: ¡Juventud!: ¡Loca y maravillosísima cosa!
Se nota que estoy ante un hecho recién consumado: Les brota del cuerpo la sensación de estar amándose: Derraman miel por los ojos al mirarse: ¡Eso es lo que se llama luna de miel!: Ven loquilla querida para darte el beso de novia: Usted venga: Abráceme: Sé que tiene buena sangre y crianza honesta: Leonardo no lo hubiera rechazado: Yo tampoco: En nombre de mi compadre voy a recasarlos: Tómense de las manos y confirmen sus votos matrimoniales: Mi muchachita adorada: ¿Amas a este hombre deseando vivir siempre con él?
Cuando Verania respondió que sí llena de risas: Me hizo la misma pregunta agregando cuando contesté afirmativamente:
Ahora quedan bien casados: Como el matrimonio es válido debemos celebrar: En los casorios se baila: En los velorios se bebe.
No bailaremos pero beberemos: Primero para que la vida espiritual de mi Compadre sea eterna y segundo: Para que la muerte de la soltería sea establemente feliz.
El hombre donde nace muere y donde muere repolla: Debemos celebrar: Al fin del cabo no podremos resucitar a mi compadre: La vida será corta para llorarlo dignamente: Nada se gana llorando sobre los cadáveres: Como deben venir armados para pelear dignamente contra el frío de las sierras traerán reservas del sabroso ron de Atanaíldo: Búsquenlo para hacer un brindis por los novios.
¿Quién sabe dónde en ese manto dorado alguien como yo estará contando historias en el más allá del más allá?
Suficientes amarguras hemos tenido bajo la lumbre del día.
Las sombras amparadoras se han hecho para llenarlas con la luz de los mejores cuentos desde aquellas de las Mil y una noches.
Así que vamos aprovechar el momento: Nadie sabe si se vuelve a dar la ocasión de juntarnos: Somos hijos del azar: Los encuentros siempre serán simples paradas en el camino de la muerte.
Estos encuentros deben ser memorables: Solo se recuerdan las cosas placenteras o misteriosas por la carga poética que tienen: ¡Sin poesía: Sin esa cosa que nadie puede definir sino sentir que es el arte no puede existir lo inolvidable!: Quiero que recuerden que fui de los primeros en convertirme a la religión universal de la poesía: Pero esperen mis leyendas: Oyendo se aprende siempre.
Después de acomodarnos bajo la noche embrujada de estrellas y de fumar escanciando el ron: Se limpió la garganta: Pocas cosas hay en el mundo más agradables que escuchar a un buen contador de historias al sereno del campo escanciando la fuerte bebida de las islas del trópico: Expectantes empezamos más que a escuchar a bebernos sus palabras:
Me he pasado la vida oyendo gentes: Para usted llegar a saber la primera regla es escuchar: El viajero y el peregrino no desean caridad más alta que un poco de atención: Esa complacencia tendrá compensaciones: ¡Del otro se aprende lo que se puede y lo que no se debe hacer!
Sucede a veces con las gentes lo que pasa con los libros: Si usted no quiere leer más los cierra: Si no quiere oír se va y deja de escuchar: La más alta misión nuestra en la vida es la de saber: Ahora: Eso sí: No se le puede enseñar al que no quiere aprender.
El hombre vivo es un libro abierto: Todos los libros están hechos por sucedidos y ocurrencias de uno vivo: Los muertos ni leen ni escriben piensa uno: Cada uno hace en cada sitio aquello que aprendió: ¡Nadie puede hacer bien lo que no sabe!
Yo disfruto más oyendo analfabetas viejos que a jóvenes letrados: Los viejos sin letras me han enseñado más de la vida y de sus misterios que muchos charlatanes que solo saben repetir las peores cosas de malos libros.
Cuando habla ese que uno cree ignorante si es humilde y es sincero de su boca brotan experiencias: Una experiencia verdadera es como un traje a la medida para todas las gentes: Cuando un parejero abre la suya solo brotan disparates como retazos locos con los que nadie puede hacer una composición decente.
Hasta el ron hay que beberlo con aspiraciones: Lo que se hace sin gusto no tiene sabor: Ni el placer por el placer ni el gusto por el gusto producen cosas buenas.
Para aprovechar el máximo lo que sea hay que pensar en el otro lado de las cosas: Todo tiene tanto su revés como su derecho: Cuando usted me dice algo de una vez pienso en lo que usted se calla.
El venerable Simón Rymer decía que lo único importante es la profundidad: Nada superficial puede ser hermoso: Escuchen de ahora en lo adelante a las gentes que no saben de letras con mayor respeto: El maestro sostenía que cuando moría un anciano analfabeta parecía que se quemaba una biblioteca: Esa es una verdad del tamaño de un templo.
No se desesperen si me ven dando vueltas antes de iniciar lo que están esperando: Voy como en los libros prologando: Dándole vueltas al cuento como hacen los perros cuando se van a acostar: Esperemos que mi muchachita traiga café: Nunca se desesperen: Lo que ha de llegar: ¡Llegará!
Hay cosas que para conocerlas solo hay que dejar que pasen los años: Hasta hoy nadie ha visto eso a lo que le dicen tiempo: Pero de que existe: ¡Existe!: Nombrándolo lo ponemos a existir: Nadie habla de lo que no existe.
Finalmente recuerden que el que camina muy de prisa a lo mejor no llega donde va: Se puede pasar: En el mundo hay de todo: Hasta cosas que parecen increíbles que le pasen a los hombres: Ni viéndolas uno las quiere creer: ¡Pero son!: Ustedes me están viendo: Tal vez no me estén mirando: El Mirar y el ver parecen la misma cosa: No es verdad: Se mira con los ojos de la cara: Se ve con los de adentro: ¿O es al revés?: Les dejo el problema: Les planteo otro misterio: ¿Quién sabe qué es la verdad?: Esa es otra cosa que dejo de tarea cuando tengan soledad suficiente para pensar en ello: Uno cree que todo es fácil: A lo mejor lo sea hasta que uno no piensa en ello detenidamente.
Ahora vamos a hablar de la piedad: ¿Quién sabe lo que es la piedad?: En los lugares donde se supone que ella vive es adonde hay dolor o tristeza o demasiada alegría: Todo lo mucho o demasiado es la misma cosa: Tanto llora el que está triste como el muy feliz: Con lágrimas diferentes: ¡Claro!: Unas amargas: Otras medio dulzonas: No me crean: Prueben ustedes.
Oigan este misterio: ¿Se han dado cuenta que mientras más triste o más alegre esté el hombre más rápido mete la mano en el bolsillo?
Esa generosidad es la forma más grosera de la piedad: En esas condiciones el dar es un gesto de orgullo o de hipocresía no de verdadera piedad.
Por eso es que siempre aparecen turbas de desgraciados donde los hombres se acongojan o fiestean: Aquí o allá usted ve enfermos mortales de verdad o que se hacen: Cuanto desvergonzado o desamparado hay en el mundo mostrando sus imperfecciones purulentas con narcisismo malsano: Saben que las puertas de dar del hombre para ser franqueadas deben recibir el impulso del horror.
De la justicia les puedo decir que el más justo es injusto a veces: Se es justo dando y reconociendo al otro lo que es pertinente: Se es injusto dando o reconociéndole menos o más de lo que legalmente le corresponde: Lo más difícil en la tierra es la justicia: Lo justo es aquello que llena un vaso sin que se derrame una gota: Lo que falta para colmar sus bordes o lo que lo derrama es lo injusto: Si uno debiendo diez paga nueve solo abonó: Si pagó once dio de más: Perdonen estas tonterías de un solitario: ¡Consejos son enseñanzas!
En medio de un vallecito donde no había árboles se despidió con estas palabras que magnificaron su recuerdo en nosotros:
Suerte les deseo hijos míos: Es lo único que no debe faltar: Lo que nunca sobra: Para que me recuerden antes de despedirnos les dejaré estos últimos consejos: Cuando alguien que los quiera les dé un consejo sin que ustedes lo hayan pedido síganlo si es prudente: Ustedes no conocen de misterios: Escuchen con atención los buenos consejos: Esos son los verdaderos bienes de los hombres además de ayudarlos a ser prudentes ni se gastan ni se lo pueden robar: Ese amigo puede ser su Ángel de la Guarda disfrazado que viene como emisario de lo alto.
Sean siempre generosos: Buenos hijos: El que da a un pobre le está dando a todos los hombres al mismo tiempo: Cuando se ayuda al padre y a la madre se ayuda al universo entero:
Cuando el hijo evita que su madre en la viudez carencial tenga que recurrir a la caridad pública si con el fruto de su sudor la nutre no está alimentando a una sola persona sino a toda la humanidad.
Sean misericordiosos: El nombre del misericordioso queda patente en el fondo de los espíritus de su época: Se pronuncia con dulzura reverencial generación tras generación por los siglos de los siglos.
Naturalmente me estoy refiriendo a la estimación general a la cual le han hecho acreedor esas y otras buenas acciones.
Sigan siempre las tradiciones de sus padres: Lo que se deja es un espejo de lo que se mamó en el pecho de su madre y de lo que se aprendió a la sombra de los ruedos de los calzones del padre: Hagan el bien siendo prudentes: Así no los deshonraran si honrados fueron.
Sepan estas cosas: Aprendan todo lo que puedan: No olviden que saber no pesa en apariencia pero pesa en realidad: La profundidad tiene el peso de lo inmortal.
No olviden a este servidor amigo de ustedes Aparicio el Desandador o Aparicio el Sanador o Aparicio el Contador como quieran en sus recuerdos llamarme: Aquí nos separaremos deseándoles suerte.
Radiante como ya dije era la mañana: Brillaba el sol tempranero: Muy lisa era la pendiente del camino por donde Aparicio marchaba: Por esa claridad tan llana nos sorprendió notar que ni él ni su Grifo arrojaban sombras: Cuando volvió el rostro oímos por penúltima vez su voz estentórea que parecía venir de todos lados como si el viento la multiplicase: No olviden que Dios hace y reparte las mismas gentes en todas partes.
Sin salir de nuestro estupor volvimos sorprendidos nuestros ojos observando como de abajo de las árganas al burro le salían unas alas oscuras como de murciélagos que iba extendiendo.
Luego aquel jumento convertido por la magia de Aparicio en un rústico y cómico Pegaso inició una carrera cuesta abajo: De pronto se elevó batiendo las alas relinchando alegremente mientras Aparicio riendo a carcajadas con la luenga barba blanca flotando en el viento se balanceaba con indudable orgullo ofreciendo esa prueba de sus facultades: Luego moviendo las riendas del Grifogaso lo hizo descender haciéndonos señas para invitarnos a dar un paseo por el espacio en su mágico animal pero le dijimos que no temiendo caernos.
Bajó entonces pasando sobre nuestras cabezas en vuelo rasante: Lo vimos cuando desde el Grifogaso medio de lado mirándonos nos dijo como despedida estas palabras que el eco esparció por las montañas circundantes: No olviden que Dios hace y reparte las mismas gentes en todas partes.
Cuando se perdió de vista entre las nubes quedaron en el espacio repitiéndose estruendosamente en medio de los rebuznos del Grifogaso las misteriosas y ahora para nosotros sagradas letras finales de: Artes: Artes: Artes.
Cuando el ser humano se acostumbra a lo extraordinario lo insólito le parece normal: El hecho de que al Grifo le nacieran alas con Aparicio en su lomo remontándose por los aires tan mágicamente como habían llegado cuando cayó el roble: No nos pareció extraordinario: Hasta los cuentos de Belanyé nos parecieron trucos de magia.
Por lo contrario sus lecciones y sus consejos permanecerán: La gran diferencia decía el maestro Venerando en clases era lo que predicaba el Maestro Manso: Lo bello por ser deslumbrante como el relámpago cuando pasa ni siquiera rasguña al cielo mientras lo profundo espiritual es como el rayo: ¡Cuando cae fulmina permaneciendo su impacto!: Si como dijo Verania solo existe la palabra: Aparicio era el verbo encarnado: Toda la vida llevaríamos sus mensajes: Sin duda nos había ayudado a crecer hacia dentro: Dándonos una riqueza que nadie nos puede quitar y la hace crecer el tiempo como toda semilla fértil: Refiriendo sus consejos nos place dejarlos íntegros en el interior de ustedes.