El persistente caos del transporte es una de las apeladas causas de no poder llegar a tiempo, y quien así se excusa se siente protegido en su argumento. La lluvia y sus consecuentes mega inundaciones, justificación perfecta para aparecer finalizado el almuerzo. Los semáforos apagados o sustituidos por personas especialistas en agudizar el “embotellamiento”, aumento al cielo de viandas y tubérculos por sequía o derrumbe de puentes y caminos maltrechos. La lista sería larga porque “pica y se extiende”.
Los alegatos parecería se cotejan en la lista de no controlables, craso error. Habría que poner un renglón titulado “carencia total de previsión y planificación”. El origen del error posiblemente, y sin posible, estuvo en quienes estuvieron por décadas a cargo, no sabían que la tierra permanece, con sus calles, avenidas, y huertos perfectamente estáticos; pero quienes la habitan se multiplican y crecen! La confusión estuvo en pensar que el papel portador de la habilitación del incumbente venía acompañado de un chip de conocimiento.
Se llama sencillamente planeacion rural y urbana. Se trata solamente de simple visión y perspectiva del crecimiento de la población, más ligero conocimiento de asentamiento urbano y sus necesidades inherentes. Nada del primer párrafo estaría ocurriendo de haber hecho la tarea el neófito, a quien al parecer le era, y es, imposible informarse que no se trata de aquí y ahora sino de la rigurosidad del cálculo del tiempo. Carencia total de visión de futuro diría “Don Truco” en medio del embotellamiento, o cálculos inflados en el centro del mercado.
Hubiera sido preferible que la tardanza al almuerzo fuese causa de la larga perorata del que no soltaba en cita previa, razón humana llena de facetas. Mejor reírse aunque cause preocupación el razonamiento.