2. Enfoque filosófico de la revolución  4.0 en el cibermundo

Para comprender  cómo estos  cambios impactan en la mentalidad y el estilo de vida de los sujetos cibernéticos que viven bajo esos influjos, pero sin reducirlo a lo tecno-económico, hay que darle una “Mirada Ecosocial” (VV.AA, 2018) y despojar tal concepto de toda estrategia ideológica, de simple mercancía, que la reduce a la captación de inversiones, en una marca de redención humana cargada de fe, típico de una ciberreligión.

Es por eso, que al pensar el concepto revolución 4.0, me sitúo en un discurso filosófico cibernético e innovador para no enceguecer ante el exceso de luz y para no dejar de comprender que los cambios que se etiquetan bajo este concepto en el cibermundo, como bien puntualizan Baratech & Vicent:

Afectan tanto las esferas de la vida privada a través del internet móvil y el internet de las cosas; alteran los modos de producción  en las fábricas  a través de la introducción de robótica avanzada o la impresora 3D; automatización de tareas y mejoran la eficiencia de actividad del sector servicios, gracias a la inteligencia  artificial  y a los sistemas informáticos de gestión  de datos; y generan nuevos productos y servicios derivados de todo lo anterior. (2018, p. 102).

No hay duda, que entrando en la postrimería de la segunda década del siglo XXI, se ha estado produciendo cambios tecnológicos en el cibermundo, y que puede colocarse en lo que se llama la Cuarta Revolución industrial o en otra dimensión de la Tercera Revolución Digital, que no se ha agotado, a pesar de la aceleración digital que se vive, como bien apunta Santiago Muiño:

Curiosamente, hoy en día las revoluciones industriales se atropellan unas a otras con una ansiedad sintomática. El Parlamento Europeo avaló una hoja de ruta hacia la tercera Revolución Industrial en junio 2006. La Comisión Europea hizo lo propio con la Bioeconomía en el 2010. En el 2016 fue el Foro Económico Mundial que colocó en la agenda global el concepto de Cuarta Revolución Industrial. A este paso, en 2040 habremos alcanzado la novena revolución industrial. (ibíd., p.61).

El abordaje de las revoluciones tecnológicas, sea digital de 3.0 o industrial de 4.0, implica no solo un cambio de mentalidad cognitiva, sino una Filosofía cibernética – innovadora.  Se trata de una sacudida brusca y perpleja, donde el panorama de  la eclosión de las redes sociales (Facebook, Twitter, Instagram, Cyworl, WhatsApp y Snapchat) se ha estado manifestando en movimiento de aceleración social, en constantes innovaciones de aplicaciones, bases de datos en la nube y en el IPv6, que se encargará de alojar en el ciberespacio  unos 340 billones de billones de billones (trece billones) de direcciones IP, es decir más que suficiente para controlar de forma digital el planeta y el resto del sistema solar (Merejo,2015b).

En este contexto que la Tercera Revolución de la Información y Comunicacional, fundamentada en el conocimiento  muestra en algunas de sus partes signos digitales de expansión, en cambio en otras; signos de agotamiento ante el terremotos tecnológicos disruptivos que nos hacen vivir en un tiempo cibernético, innovadores y  transido (Merejo, 2017), de incertidumbre y de riesgo en el mismo interior de la civilización ( Beck,1998) y en el marco de las innovaciones, de las tecnologías disruptivas que se encuentran cargadas de perplejidad y hacen  Repensar el mundo que conocíamos” (La era de la Perplejidad, 2017).