Me acaban de llamar de palacio, es una de las frases más comunes que podemos escuchar en cualquier político que se respete y quiera dar a entender que tiene fuertes vínculos con el poder. Uno se pregunta, con el trago de Coñac Duque de Alba en la mano, si en los gobiernos que hemos tenido se ha dado esa manifestación del tiempo epocal que nos sindica como altos trabajadores de las relaciones públicas. Es por esta razón, que cualquiera podría bucear en los libros de historia dominicana  y también otros libros, para saber, como quien mira al sur sin verlo, que los candidatos y los políticos tienen preferencia a ese estilo de ser conminados por el más alto poder para llegar a ser lo que se estila en otras partes, desde Marraquesh hasta Copenhague. Por un lado, no hay más grande misterio: unos señores llamados diputados no tienen interacción con el gobierno y también podemos decir, como en el caso del Señor Trump, que la cámara de representantes tiene bien claro aquello que otros han dicho desde la más augusta de las horas: la interdependencia de poderes. El sinsentido de ciertas propuestas dice primeramente que el gobierno dominicano no ha sido cooptado por organismos internacionales que procuren darnos una idea de sometimiento ancestral a esa música sin sinfonía que tiene que ver con la manifestación de eso que llamaron los escritores franceses de mitad en este siglo: la responsabilidad social de los grupos económicos del país.

Anne Hathaway

Por oropéndolas y oros menores, diamantes y concebidas fórmulas de los metales más preciosos, se dan manifestaciones políticas que no tienen que ver con la condición de un gobernante que no tienen nada que ver con eso que otros llamaron, particularmente algunos estrategas de las universidades norteamericanas –digamos, Cambridge University y Chicago  University-, quienes tienen bien claro eso que otros conocen como adscripción epocal y que no es más que parte de ese misterio que otros conocen desde los planos argumentales. Lo que si es cierto es que el mundo no está en este momento para concluir una etapa de expoliación de sus propios intereses. En el marco de las relaciones internacionales, George W. Bush decía que el entramado de la política norteamericana no era nada que pudiera conocerse desde el vamos de una apertura que tuviera que suceder de acuerdo a esas experimentadas nociones de espanto que se practicaron en medio de las más adustas guerras del pasado. En cambio, la postura de Barack Obama siempre fue la de determinar desde lo centrifugo eso que otros llaman adscripción a normativas de inteligencia que en anda desmeritan el esfuerzo norteamericano de conocer cuáles son las variables fundamentales de esos procesos históricos. Al cabo de unos meses, uno se ha dado cuenta del gran aporte de Nikky Haley como si no fuera necesario más explicación de un estudio minucioso de la realidad norteamericana en Medio Oriente, algo que nos hace orgullosos. No hay otra forma de entender que estas iniciativas norteamericanas han circunnavegado los misteriosos mares de un política de espanto en torno a preceptos económicos, y más que esto han dicho que el pueblo norteamericano, otros refutan esto, está bregando con esa expresión que podemos decir que viene 1988, cuando la gente norteamericana conoció esos problemas para estar listos para otro drama en la política de Norteamérica. La situación en Medio Oriente está cada vez más transida de explosiones mediaticas, al decir de alguno que otro asiduo visitante a los bares de la ciudad de Santo Domingo. Le pregunte como era posible que en las noticias no se dieran cuenta del número de bajas norteamericana en el ultimo ano, y me respondió que no estaba prestándole atención a eso. Por otra parte, esa política de distanciamiento del poder norteamericano –como en el caso de los Salt que pensó Nixon-, no son las demostraciones de esa versión que casi no tenemos y que tiene que ver con la dureza de un mundo que Oriente ha explicado a través de la fe y otros recursos. Lo que no se puede ver –como Osama Bin Laden diría en un video-, es que no es posible que los grupos Emiratos Arabes Unidos, terminen para decirle a le gente que no estamos en capacidad de hallarle soluciones al conflicto de los tiempos. Las zonas en disputa cercanas a Gaza nos han demostrado que una de las piezas del ajedrez continental, como se ha expresado en el Grupo Bildelberg y otros cónclaves, que nosotros los que no tenemos la interesada realidad de nuestras propuestas, no tenemos tampoco intención de decirle a la gente cuales son los recursos de una nueva interpretación del escenario internacional en este momento de crisis y expectativas en el mundo económico de todas partes: países del tercer mundo y países desarrollados.

Bart Simpson lo diría de una forma nada jocosa, para esos que tienen la adicción de creerle a Bart y nada tienen que decir de esa implicada realidad donde la misión esencial no es temer por lo acontecido sino por lo que va a acontecer bajo el nuevo parámetro de las nuevas propuestas políticas. Lo que quedó claro es que Bart Simpson hizo una época de la que salieron tomados de las manos, los mas deletéreos diplomáticos, correspondiendo a ese misterio que todo el mundo denuncia en sus redes sociales. La violencia no se detiene en ninguna parte aunque en los últimos días, lo hemos confirmado, no es menester indicar la presencia de los militares ingleses de la cruz roja internacional. Lo mismo ocurre con los asentamientos y nadie está en capacidad de tener en ese momento lo mejor de todo en términos de avances políticos fundamentales. Lo primero es que como en una canción de Jon Bon Jovi, -debemos decir hola a Mick Jagger-, uno cruza en el mismo auto las regiones más inhóspitas de esa política exterior, como saben en el New York Times, que tiene eso de misterioso cada vez que todo el mundo te expresa que no es posible continuar con la incertidumbre (certidumbre), de no saber cuáles son las intenciones de Bashar AL Asad, toda vez que en Medio Oriente Siria se ha convertido en la manzana de la discordia de una región sumida en el vericueto imposible de sus propias facultades como naciones y como conglomerados humanos de larga data que no tienen que decirle a nadie. Cuáles son los indicadores de temas como la salud en problemas de acceso al agua potable, para no decir de la inestabilidad política y militar de regiones enteras. Otra forma de expresar esto es indicando que normally no tiene que ser dicho que se supone que no es mejor que tu ese proceso donde todos están invitados sanamente a beber el vino, preguntar por el menú y pedir más.

Bashar Al Asad no tiene otra explicación a su territorio que la expropiación de municiones que tienen que ver con esas contradicciones a lo interno de las fuerzas armadas. Los militares han encontrado un asidero para decir las cosas como deben ser dichas: lo primero es que Asad ha recibido con bastante madurez todas las cosa que les ocurrirían  a la gente. Lo primero es indicar que ese gobierno no tiene sino que depender de una misión que no sabemos si vamos a solventar en el mediano y largo plazo. No es una playa, y la gente no entiende que el mejor de los todos es mío como soy el dueño de la eternidad.

Anne Hawthaway es una actriz de cine en Hollywood que no tiene claro que ese jugador de póker le va a ganar las ganas de quedarse en esa mesa sin decirle a nadie que no tiene nada que ver con la política norteamericana de los últimos tres días Lo mismos citan a certeros inicios que procuren dotar a la realidad de cierta dignidad. Lo mismo podemos decir que era tan tergiversador d la realidad nacional –nunca lo hizo, bromeo-, que no pudo con el movimiento de expansión empresarial que comanda así como que no ha podido establecer eso que otros llaman independencia pero que no es más que una hipótesis que ha mantenido durante anos ese pueblo en lucha para no olvidarnos. Lo mismo de ella se proclaman cualquier actor como persona que han escrito este articulo pero que él se propone en mi vida boyante. Primeramente, no se trataba de llamar a Asad sino de meterle presión vía ONU, pero era tan obvio que era imposible meterlo en un calabozo en esa zona donde ocurre, en la industria cinematográfica, cualquier misterio.

Pero ciertamente que el approach de la comunidad internacional hay que tenerlo en cuenta por eso que hablamos después de las primeras palabras: no vivimos en un mundo de expectativas que no sean las que nos dicen que estamos entrando en un suertudo momento donde Rodo, el escritor habría dicho que es necesariamente como política me dijo en la cara: no está en estado de casi sueño. Para Wittgenstein, el filósofo tiende a equivocarse en muchas razones que tienen que se expresados para no entender mucho como yo soy. Ahora, nos dices que tu hiciste para entender lo que Holly Madison nunca le dijo a Hugh, vendrá el verdadero playboy, que hablaría de política como si se tratara de una fuerza motriz que tiene que ver como tú me aguanta, pero eres como que muy fina (sofisticated lady). El papel sensual de la guerra nos ha advertido en este momento que la mejor manera es decir lo que uno sospecha como ocurren con un farol de noche y donde las larvas de otra conciencia política tiende a ser proclive por aquello y nadie que hay servido al Congreso ha dicho la verdad de estos lugares. Nos vemos en el restaurant, de cualquier forma. No tenemos tickets.