Transitar por cualquiera de las calles y avenidas principales de nuestro país, es una odisea urbana que no solamente agota, sino que pone en riesgo la vida de los transeúntes y de los mismos ciudadanos al volante.

Una de las causas de mayor incidencias en muertes violentas en la República Dominicana, son precisamente los accidentes de tránsito y no nos detenemos a pensar que las mismas, si bien es cierto que no podrán erradicarse en tu totalidad, no menos cierto es que pueden llevarse a su mínima expresión.

Ver las estadísticas del pasado año y las de los primeros seis meses del 2013 en cuanto a infracciones de tránsito, es algo que nos llama a reflexión profunda y a una acción por parte de las autoridades, que contribuya a disminuir todo esto.

Hace unos días, compartiendo entre amigos hablábamos de lo tedioso que se torna sobre todo en las denominadas “horas pico”, llegar de un punto a otro de la ciudad, en donde doblar en una intersección que no es permitido; obstaculizar el tránsito, bloquear el paso del peatón; colarse en rojo, entre otras indelicadezas, es la norma.

De esa conversación lo que más me impresionó fue escuchar diversos testimonios de los mismos que se quejaban del caos vial, en donde algunos expresaron con júbilo y hasta cierta forma se mofaban, de que tenían un número considerable de contravenciones para las cuales jamás habían hecho el más mínimo esfuerzo en honrar. Sería eso parte de una doble moral? Pudiera ser, sin embargo, estoy convencida de que es parte de la cultura mal sana del “no pasa nada si no cumplo” o la del “Eso es gana de hacer perder el tiempo”.

Durante el 2012, un total de 3,018 personas resultaron lesionas por accidentes en las principales vías del país, siendo la zona este, la de mayor impacto. De esas,  el 60% correspondieron a víctimas a bordo de motocicletas, el 21 % en vehículos livianos, el 10% vehículos pesados y un 9% eran peatones.

En los primeros seis meses del 2013, las estadísticas de la Autoridad Metropolitana del Transporte (AMET), reflejan que 2,475 personas han sido lesionas, lo cual indica un aumento significativo en los accidentes de tránsito.

La mayor preocupación y atención debemos centrarla en los siguientes datos. En el año 2012, las autoridades del tránsito colocaron un total de 426,540 contravenciones por diferentes violaciones a la Ley 241, de las cuales entre las más relevantes se encuentran unas 55,754 colocadas por manejar sin el uso del cinturón de seguridad, en tanto que 49,519 corresponden a violación de la luz roja de semáforos; 39,345 correspondieron a obstrucción del tránsito; 33,891 al uso de teléfonos celulares; 27,308 por conducir sin licencia; 21,975 por manejar en vía contraria; 15,132 por exceso de velocidad; 19,775 por doblar en “U” donde no es permitido; 14,185 por estacionamiento en aceras y lugares prohibidos; 12,538 por conducir ingiriendo bebidas alcohólicas;  y 10,147 por transitar con las luces apagadas.

De esas cifras, alarmantes por demás, resulta altamente preocupante  el hecho de que del grueso de infracciones impuestas, apenas 21 mil 905 han sido honradas por los infractores, para un total de un 5.1%, lo que demuestra una dejadez, falta de responsabilidad ciudadana y hasta cierto punto poca disposición de las autoridades competentes, para hacer cumplir dicha legislación.

En apenas el primer semestre del presente año 2013, la Amet impuso unas 206,991 contravenciones, de las cuales a la fecha, unas 12,516 había sido acatadas por los infractores.

Nos quejamos del mayúsculo desorden que representa el tránsito vehicular en nuestro país, pero, hasta qué punto, estamos dispuestos a colaborar en la medida en que cumplimos con nuestros deberes ciudadanos, a que esta situación mejore?

Queda demostrado que hasta tanto no seamos afectados verdaderamente con sanciones alternativas, las infracciones a las leyes de tránsito no sirven más que para hacer perder un poco más de tiempo al conductor  infractor y al agente que la impone, sin consecuencias que nos hagan persuadir la violación a dicha legislación,  aumentando cada vez más el caos, el irrespeto y sobre todo la inseguridad vial.

En la medida en que nos concienciemos en esta problemática, estaremos fomentando la responsabilidad vial necesaria que al final, se traducirá en menos accidentes de tránsito, menos muertes violentas por estas infracciones, disminución de los tapones y a la vez, ahorro en tiempo y gastos de combustible.

Ha llegado la hora de empezar a desarrollar en base a una cultura de responsabilidad,  la seguridad vial en República Dominicana, lo cual también forma parte de la seguridad ciudadana.  De lo contrario, todo aquél que tenga en sus manos  el volante de un vehículo de motor, tiene licencia, no sólo para infringir la ley, sino también para matar sin consecuencia alguna, lo cual a pocos al parecer les importa.

Si la ley no hace costumbre, menos aún podemos seguir permitiendo que la costumbre (en este caso mala por cierto), haga la ley.

Hasta una próxima entrega y mares de bendiciones

@TessieSanchez

Tessiesanchez72@gmail.com