"El diseño no es sólo lo que ves, si no como funciona"

(Frase atribuida a Steve Jobs)

…Y para que funcione, agregaríamos nosotros.

En la semana recién transcurrida hemos tenido la oportunidad de asistir o compartir, en contextos diferentes,a sendas citas con el conocimiento. En un caso a un simple intercambio de información,  muy básico, con un distinguido interlocutor y en el otro,  como parte del público invitado a la defensa de una tesis doctoral.

Lo curioso y verdaderamente interesante de la pequeña anécdota fue que en ambos casos fuimos testigos de cómo en la República Dominicana y por diferentes vías, estamos asistiendo a un gradual aumento de la toma conciencia en materia medio ambiental. Si bien es cierto que esta toma de conciencia se viene dando en un nivel, aún, de círculos científicos y/o académicos, también es muy cierto que quienes son protagonistas de esto están en franca y absoluta actitud de transmitir el manejo de la información, real y fiel,  a las grandes masas.

El gran público recibe la información que le sirve una llamada “élite intelectual”, cuya función de élite no es enseñorease en este estatus, sino más bien servir de vehículo para que los grandes temas de importante trascendencia, sean debidamente difundidos. Gracias a las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación, las llamadas TICs, todos tenemos acceso a una gran cantidad de información, valga la redundancia, pero que por necesidad nos llega, aunque sea un poco, de manera incompleta o distorsionada.

 

Tomando como ejemplo la cita inicial de nuestro escrito de hoy, vemos que no es sólo lo que se ve, sino como funciona y para que funciona. Con su trabajo de divulgación, el técnico, científico o intelectual no solo muestra cómo queda el asunto, también muestra una ruta crítica en la que describe como se hace, el desempeño y el verdadero resultado de la propuesta.

 

Para no quedar tan ambiguo, pasamos a un ejemplo práctico: un arquitecto que predica su evangelio de arquitectura bioclimática, en su despacho para sus acólitos, está en el deber de ampliar esa prédicaa todo aquel que se le acerca – o tan solo le pasa cerca –con los mecanismos de difusión de que disponga, aún sea en la presentación de proyecto a su cliente. Este ejemplo no quedaría completo si no ampliáramos el radio de acción a espacios mayores, por ejemplo un técnico con la oportunidad de traducir los conocimientos adquiridos y actualizados en los corrillos académicos, en políticas públicas que ataquen problemas urbanos, medioambientales, etc.

 

La oportunidad es brillante, nosotros solo “manoseamos” la idea por aquí, queda del técnico/lector, el encontrar un medio de expresión, que pueda circunscribirse a su ejercicio profesional sin más, que le permita explicar cómo funciona la propuesta, y que el lector profano la compre y la haga suya, quedando el primero como promotor y actor de cambio y el segundo también.