El presidente – candidato Danilo Medina en el discurso de proclamación para el período 2016-2020 puntualizó que el “internet tiene un poderoso efecto en la educación, la salud, la integración con la economía mundial, el comercio, la productividad, el empleo, la seguridad, la democratización, la ciudadanía y la cohesión social”. Ideas estas que para ser eficaces en la sociedad dominicana hay que articularles una agenda digital consensuada por los diversos sectores sociales.
El país carece de un proyecto nacional educativo e investigativo sobre el mundo digital que vaya desde la edificación de una infraestructura tecnológica informatizada hasta la alfabetización digital de la sociedad. Por lo que no se trata de un simple aumento de los dispositivos tecnológicos, sino de invertir recursos económicos en el ámbito de una cibercultura , de una educación digital preuniversitaria y de educación superior, con un objetivo definido en materia de tecnociencia e innovación para poder superar el retroceso en cuanto al posicionamiento que tiene en el cibermundo.
Para tales fines hay que dotar al país de una infraestructura de red avanzada de banda ancha y de redes de equipos informáticos de punta y de inclusión del software libre para la viabilidad de una conexión a lo largo y ancho de la nación en la que cobren vida las instituciones de salud, educación, comercio, seguridad y cultura. Con esto, además, se va construyendo un sistema de red de bases de datos con información y control de los componentes sociales que van desde la población y sus características demográficas hasta el crecimiento y distribución por sexo y edad.
Esto es así porque hay que educar a los sujetos en ese mundo, en un proceso de alfabetización digital complejo que implique a los profesionales que se resisten a dicha alfabetización digital, por lo que no se trata simplemente de aumentar los dispositivos tecnológicos, sino invertir en el sistema educativo superior(tal como le otorgaron el 4% a la educación preuniversitaria) con el objetivo de lograr investigar sobre todos los subsistemas (cibereducación, cibereconomía y cibercultura) que conforman el cibermundo.
De esta forma el sistema educativo público dominicano entraría en toda su dimensión a una agenda de complejidad educativa con objetivos bien definidos sobre una revolución digital tal como lo manifestó el presidente Medina en su discurso. Semejante visión de esa revolución digital se ha de realizar conforme a una compresión del ciberespacio, como espacio virtual y no solo de los dispositivos tecnológicos que lo contienen. Hay que comprender que internet es el conjunto de herramientas que nos insertan en ese espacio virtual donde descansa el cibermundo.
El presidente Medina dice que es falso el concepto de que la información y la tecnología de la comunicación son un lujo y que, por el contrario, son herramientas esenciales para el progreso y la superación de la pobreza en todos los niveles. Lo que no significa que entendamos ese concepto al margen de una serie de indicadores que articulan las TIC con la alfabetización, la calidad de la educación primaria, secundaria y superior y la conectividad de los hogares. Además, con otros entornos que van desde la cibercultura, web, tv digital, el ciberespacio en el ámbito creativo, la radio digital, teléfono móvil y todas las relaciones sociales virtuales interactivas como son las redes sociales y la hiperconectividad que se producen por esa interrelación entre software y hardware.
Es en este escenario donde entra una de nuestras grandes debilidades en cuanto a que no invertimos en la capacitación del sujeto dominicano y en una educación que trascienda la manipulación de los dispositivos digitales, de los datos e informaciones y situarse en el conocimiento. Hay que comprender que la información como conjunto de datos solo explica acontecimientos y si el sujeto no procesa esa información basado en la reflexión, la sistematización y la crítica, tendremos una sociedad embriagada de información hasta un punto crítico de intoxicación y descalabro moral y social.
El presidente-candidato Danilo Medina quiere que el “Programa República Digital” y su brazos operativos, el proyecto banda ancha para todos y los Centros de Tecnología de la Información y la Comunicación, sean prioridades “en la agenda de su próximo gobierno, en caso que fuese electo para un segundo período”. Pero como él es actualmente presidente, dicho programa no puede esperar, sino que debe actuar desde ahora, invertir uno 2 mil millones de dólares para que en cuatro años, si logra relegirse, pueda ver los resultados relativos a un millón de dominicanos que saldrían de la pobreza.
El último informe sobre “Medición de la sociedad de la información 2015” de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU) coloca a la República Dominicana por debajo de la media que es de 5,09 en relación con el mundo digital y estamos situados en el lugar 4.26. Siendo el índice más alto el valor de 10 en cuanto índice de desarrollo social digital.
Entre los grandes países del cibermundo se encuentran en la posición número 1 Corea, Dinamarca con el número 2; Islandia con el número 3 y, siguiendo en esa línea descendente, otros países como Finlandia, Reino Unidos, Suecia, Estados Unidos, Hong Kong, China, Japón y Australia, los cuales sobrepasan un índice en valoración en más de 8 puntos, y menos de 9 en el cibermundo.
En ese informe, la República Dominicana ocupa la posición 103 del cibermundo con relación a 167 países. Dicha medición se basa en el Índice de Desarrollo de las TIC (IDT) que toma varios indicadores entre los cuales se encuentran el ancho de banda internet internacional (bit/s) por usuario, porcentaje de usuario con computadora, porcentaje de hogares con internet, tasa de alfabetización de los adultos y lo relacionado con la educación en porcentaje bruto en enseñanza secundaria y terciaria.
Esto va acorde con la “Agenda Digital de República Dominicana (2016-2020)” elaborada por la Comisión Nacional para la Sociedad de la Información y el Conocimiento (CNSIC, Agosto 20015). Dicha Comisión fue instaurada mediante el Decreto No. 212-05 dictado por el entonces presidente de la República Dominicana doctor Leonel Fernández ( 2005), En esa Agenda se dice que hay una “disponibilidad limitada de infraestructura de acceso para los servicios de telecomunicaciones de telefonía e Internet fijo de banda ancha en zonas urbanas y rurales que no disponen de todas las formas de acceso” y que además de esto hay “disponibilidad limitada de dispositivos de conexión a Internet en los hogares, planteles escolares, bibliotecas y sitios de trabajo. “(P.7)
A lo que se le suma, y que para nadie es un secreto en este país, el “alto costo de telecomunicaciones, especialmente del Internet de banda ancha, las barreras económicas que limitan a los hogares y personas más pobres, en cuanto a las posibilidades de pago de los servicios básicos de telecomunicaciones e Internet.”(Ídem).
Para resolver este problema del alto costo de los servicios de telecomunicación, el presidente Medina no tiene que esperar volver ganar las elecciones, sino proceder en su condición de presidente de la República Dominicana a actuar, ir dando señales de que realmente más que un discurso de campaña es una intención de cambio. Como presidente de los dominicanos no puede vivir prometiendo, sino cumpliendo, porque construir una República Digital no es igual que tener una agenda digital, esta última es un camino para buscar la materialización de esa República digital.