El lanzamiento de la marca país con la promoción de la República Dominicana como “La República del Mundo”, muy probablemente, ha llevado a muchas personas a preguntarse: ¿podría existir una República del Mundo?
No se puede negar que el creativo eslogan es un buen motivo para conocer a profundidad el término República, que a pesar de ser muy familiar para los dominicanos, debido que es parte integral del nombre del país, en su esencia, es poco conocido.
A propósito de lo anterior, Nicola Matteucci, define la República, en su Diccionario Político, de la manera siguiente: “En la moderna tipología de las formas de estado el término r. se opone a monarquía: en ésta el jefe del estado accede al sumo poder por derechos hereditarios, mientras que en la primera el jefe del estado, que puede ser una sola persona o un colegiado de más personas (Suiza), es elegido por el pueblo directa o indirectamente (a través de asambleas primarias o asambleas representativas)”.
Distinto a la monarquía, la aristocracia y la democracia, que destacan el momento del gobierno, en la antigüedad, año 509 a.C., la res publica, que quiere decir cosa pública, cosa del pueblo, el bien común, la comunidad, fue utilizada por los romanos para definir su nueva forma de organización después de la expulsión de los reyes.
Es importante destacar el concepto de república establecido por el gran filósofo y orador de la República romana, Marco Tulio Cicerón, para quien la misma se basa en el interés común y, sobre todo, el consenso a una ley común, a aquel derecho sólo a través del cual una comunidad afirma su justicia, con lo cual no sólo la oponía a la monarquía, sino también a los gobiernos injustos. Este significado ciceroniano, a decir de Matteucci, prevaleció hasta la revolución francesa.
Las primeras grandes repúblicas modernas fueron la federal de los Estados Unidos de América (1776) y la República Francesa (1792), las cuales se diferenciaron de las anteriores en el modo concreto de organización del poder. En ese sentido, mientras que los Estados Unidos fueron instaurados como una república federal, en cuya constitución se establecía que los estados y la unión tenían respectivas esferas de competencia bien limitadas, así como la figura de un presidente que tenía la doble función de jefe de estado y jefe del gobierno, la República francesa era, conforme a la constitución, una e indivisible, es decir, la universalidad de los ciudadanos y la voluntad a través del cuerpo legislativo.
Con el firme propósito de proteger la república, el constituyente dominicano petrificó en el artículo número 4 de la Carta Magna, que el gobierno es esencialmente civil, republicano, democrático y representativo, lo cual no puede ser variado mediante ninguna modificación constitucional.
Tomando en consideración el concepto de república explicado anteriormente, así como el hecho de que en la actualidad existen más de cien repúblicas en el mundo, se puede llegar a la conclusión de que solo a través de la magia de la creatividad publicitaria, la República Dominicana, o cualquier otro país, puede llegar a convertirse a en la república del mundo.