Necesitamos reactivar la economía de nuestro país y creemos que hay que pensarlo bien, analizarlo, masticarlo, digerirlo y entonces tomar las decisiones que pudiesen ser a la luz del análisis las mejores.
No pensamos ni esperamos que ello garantice que el 100% que las decisiones tomadas sean las mejores, pero entendemos que, si son manejadas por un equipo interdisciplinario de técnicos calificados, el riesgo de fallar estaría reducido a su mínima expresión.
Tal como hemos señalado en publicaciones anteriores, pensamos que, aunque el turismo es un pilar de nuestra economía, no es la solución a corto plazo para levantar la economía del país, pasarán muchos meses antes de que este se recupere, sin ser pesimista, pero si realista, viéndolo desde una óptica global de lo que está sucediendo en el mundo y las expectativas que se tienen sobre la pandemia que nos afecta.
Hemos visto como se ha caído el turismo en nuestro país y las razones no son ciertamente por las medidas y restricciones impuestas por la acción estatal, mas bien habría que hacer un parangón con los países receptores turísticos en cuanto a los efectos actuales originados por el covi-19, veamos la situación al día de hoy:
De acuerdo con estimaciones de la Conferencia de Las Naciones Unidas, sobre comercio y Desarrollo, el turismo puede perder entre 1.2 y 3.3 billones de dólares a causa de la pandemia del covi-19 en el año 2020.
Particularmente en México, el turismo por la pandemia de Covid-19, “el producto interno bruto turístico (PIB) puede caer hasta 5 por ciento este año y mantenerse en números negativos hasta 2021, apuntó un documento del Centro de Investigación y Competitividad Turística de la Universidad Anáhuac (Cicotur)”.
Por otro lado, de acuerdo con la misma fuente, Colombia podrá ver disminuir su PIB entre un 2 y un 4%, y Argentina y Ecuador entre un 1 y un 4%.
En el caso de Argentina y Brasil, el efecto de la disminución del turismo, lo afectará mucho menos ya que ambos países cuentan con una estructura productiva mucho mas diversificadas que los demás.
En el caso particular de la Republica Dominicana, las estimaciones indican que, “entre los países de la región, la Republica Dominicana será probablemente la más perjudicada con una caída del 5% de su PIB, o 4,369 millones de dólares, en el escenario más benigno y el 16% del PIB, o 12,939 millones de dólares en el más extremo”, lo que se agrava aun mas por la gran dependencia que tiene su economía del sector turismo.
Coinciden todos los expertos en el ramo de la actividad turística, que “el turismo volverá, pero muy lentamente”, ya que señalan ellos mismos que el llamado Índice de Percepción de Seguridad se ha visto decrecer significativamente por el efecto de la pandemia.
Habría que pensar en modelos o proyectos, ejecutables en el corto plazo, que no requieran de grandes inversiones, es decir realizables financieramente y que los resultados se vean en el corto plazo, o sea, hacerlos con un efecto multiplicador tantas veces sea posible y que vayan alimentando la economía, mientras logramos recuperar el turismo y en el momento que se puedan realizar proyectos de grandes inversiones que aunque suelen ser muchas veces las bases de un desarrollo sostenido, pero los resultados se ven en el mediano o ciertamente mas en el largo plazo.
Además, se pueden desarrollar, proyectos en masa, en el sector agrícola que nos permitan asegurar un auto abastecimiento y, sobre todo, la exportación de los productos del agro, fresco y procesados cuando sea económicamente factible, ya que hay que recordar que una de las razones que detienen el desarrollo de los países, es precisamente que sus importaciones, superan las exportaciones, porque los productos exportados tienen poco valor agregado.
Creemos que nuestros gobernantes deberían tomar medidas que promuevan las acciones anteriores, y podríamos señalar entre otras las siguientes:
Reducción de las tasas de interés a niveles cercanos al 2% mensual.
Establecer incentivos fiscales en función de factores de la producción, como son, la creación de empleos por cada peso invertido, destino de los productos fabricados, sean estos para el mercado local o para exportación.
Incentivos fiscales en función del valor agregado que genere el proyecto, con lo cual se estaría promoviendo industrias que utilicen en una mayor proporción materia prima de origen nacional.
Las medidas que indicamos, deben constituirse en su aplicación en verdaderos incentivos y no estar plagadas de extensos trámites burocráticos que históricamente hacen que estas se conviertan en verdaderas trabas que al final desincentivan al pequeño o mediano empresario y los proyectos que pretenden desarrollar terminan antes de empezar o mueren en el corto plazo.
Nuestro país, necesita repensar sus estrategias de desarrollo, es decir diversificar las bases del mismo, de tal manera que la caída en cualquier renglón, no afecte su economía tan fuertemente que produzca situaciones como la que hoy día nos está afectando.