Uno de los logros que el Banco Central (BC) destaca con énfasis, además del crecimiento económico, ha sido la baja tasa de inflación, la cual se ha logrado pese a que recientemente el producto anual ha experimentado tasas de crecimiento cercanas o por encima al producto potencial, es decir el nivel del producto que asegura la ocupación plena de todos sus recursos.
El BC reporta que la tasa de crecimiento potencial del PIB oscila entre el 4% y el 6% según estimaciones realizadas en esa institución, (Ramírez, 2019).
Dejando de lado las diferencias que en los resultados estadísticos se suelen encontrar debido al uso de distintas metodologías y asumiendo las estimaciones del BC, la brecha entre la tasa de crecimiento del PIB corriente y la tasa de crecimiento del PIB potencial (o brecha del producto) experimentó oscilaciones durante el período 2005-2019 que afectaron la tasa de inflación.
La brecha del producto () puede ser negativa o positiva. Cuando resulta positiva existen presiones inflacionarias y cuando es negativa, entonces no se producen fuertes presiones sobre el nivel de precios; ambas situaciones tienen efectos sobre la tasa de inflación.
Durante el 2005-2007, la brecha del producto fue positiva y a partir del final del 2007 fue negativa hasta inicios del 2010; la tasa de inflación se incrementó desde mediados del 2005 hasta mediados del 2006 y se redujo hasta mediados del 2007.
A finales del 2007 y hasta el inicio del 2010, la brecha del producto es negativa, lo que sugiere que la tasa de inflación debió contraerse al desaparecer las presiones de demanda que resultaron de la crisis financiera del 2008 que afectó a la economía dominicana.
Por el contrario, la tasa de inflación aumentó desde mediados del 2007 hasta mediados del 2008 y a partir de ese año se redujo y registró valores inferiores al 2% en el 2009.
Desde mediados del 2009 hasta mediados del 2013, la brecha del producto potencial resulta consistente con la tasa de inflación (ver Figura).
Tasa de Crecimiento del PIB y Tasa de Inflación
Sin embargo, desde finales del 2013 hasta mediados del 2015 y desde finales del 2016 hasta finales del 2018 la relación entre la brecha del PIB y la inflación resulta inconsistente, desde la perspectiva de este análisis. En otras palabras, la tasa de inflación debe aumentar cuando la brecha del PIB es positiva y debe disminuir cuando la brecha es positiva.
El objetivo de tasa de inflación del BC se ha cumplido con holgura entre 2014 y 2019; en efecto, la tasa de inflación se ha colocado por debajo del 4%. ¿Significa esto que los ciudadanos tienen un poder de compra mayor y experimentan una mejoría en su bienestar?
De acuerdo a las cifras del BC, el ingreso mensual del trabajador con educación primaria es de RD$10,974.87 a junio del 2020, y el costo de la canasta familiar promedió a diciembre de ese mismo año RD$21,610.57 para el primer quintil de la población, que significa un aumento de RD$7,083.71 o 32.8% en el 2020.
El Índice de Precios al Consumidor (IPC) a septiembre del 2020 era de 139.40, lo que implica que el salario del trabajador con menos educación tiene un poder de compra de RD$7,872.93, es decir que pierde poder adquisitivo por un monto de RD$3,101.94, aunque la tasa de inflación se mantiene dentro del intervalo que persigue el BC.
Un ejercicio similar puede hacerse con los trabajadores que tienen educación secundaria y universitaria, quienes ganan RD$12,030.79 y RD$24,720.06, respectivamente. Estos salarios en términos reales se convierten en RD$8,630.41 y RD$17,733.20, de tal suerte que ninguno de estos trabajadores puede cubrir el costo de la canasta familiar del primer quintil de la población calculada por el BC.
La situación de los trabajadores sin educación es peor, con un salario nominal de RD$9,446.14 mensuales, que ajustado por el IPC resulta en un salario real de RD$6,776.28.
Aún cuando el BC cumpla con sus metas de inflación y tenga una política monetaria que se ajuste sin retrasos al ciclo que experimenta la economía dominicana, los trabajadores dominicanos no obtienen mayor bienestar como resultado de tener una baja tasa de inflación.
Para reducir el IPC y aumentar el poder adquisitivo de los trabajadores, el BC recurrió al cambio de base del IPC en medio de una crisis económica, cuestión que no se aconseja en los manuales de las cuentas nacionales.
De cualquier forma, esto resulta ser un cambio cosmético porque los precios de los bienes y servicios no se reducen porque el BC cambie el año en que mide el costo de la canasta familiar.
Para medir el efecto, compare el IPC del 2020 (139.40 base 2010) con el nuevo IPC con base 2020, es 100.75, cuyo cambio afecta muy poco al salario nominal.
Con este IPC de 100.75, se tienen efectos reales mínimos sobre el salario mínimo real del trabajador con educación primaria, que sería de RD$10,893.20 o de RD$8.33 menos que el salario nominal. De esta manera, el BC sigue una política de mantenimiento de baja inflación, empeorando el poder adquisitivo de los trabajadores dominicanos.
La calidad de vida de los dominicanos, medida a través del dato de inflación, no mejora con subterfugios estadísticos; éstos sólo mejoran la imagen del BC y contribuyen poco a mejorar el poder de compra de la gente, que está cansada de las estadísticas y reclama políticas que mejoren efectivamente su situación económica.
Valdría la pena que el BC construyera cifras que reflejan la realidad económica del país.