En la política las cosas son como son, no como debieran ser. En los discursos, lo que debe ser; en las decisiones y en las acciones, lo que conviene. En lo formal, todo perfecto; en lo real lo descarnado. Detrás de lo "políticamente correcto", la "real politik".

Tenemos un pluripartidismo que en cada elección termina en un bipartidismo. Al final se produce una polarización entre los dos partidos mayoritarios, con la mayoría de los partidos como aliados en uno de los dos bandos. Siempre alianzas para ganar, nunca para gobernar, a no ser la parte del pastel del Estado que se entrega como recompensa. Los que se quedan fuera de la alianza no representan opciones verdaderas de poder.

Contamos con numerosos partidos que son "emergentes permanentes", así como "alternativos" que a pocos meses de las elecciones presidenciales no logran ponerse de acuerdo para llevar un candidato común, aunque todos proclaman la necesidad de la unidad para presentar una alternativa a los "tradicionales". La oportunidad de llenar el vacío que deja el PRSC como "tercera fuerza" parece que no es motivo suficiente para que la unidad se produzca.

En el PLD la "táctica" de la no confrontación, ni siquiera el distanciamiento y la diferenciación con el gobierno, para lograr la candidatura presidencial, se ha convertido en "estrategia". Hay más de "continuar" que de "corregir" y mucho menos de "lo que nunca se ha hecho". La imposición de la candidatura de la Primera Dama a la Vicepresidencia es presentada como una libre decisión, fundamentada en los resultados de preferencias en encuestas. Los antiguos defensores de una reelección fallida, ahora son figuras destacadas en la campaña del candidato que no pudo ser vencido.

En el litoral del PRD encontramos que el candidato electo no es aceptado  por el presidente del partido. La parte "institucional" de la organización política trabaja para la derrota de su candidato. Mientras el candidato, que es un rehabilitado político, dice que aprovechará la oportunidad para su reivindicación, pero sigue con la misma incontinencia verbal y con "salidas" en vez de "propuestas", que antes como ahora no le dan buenos resultados.

Por su parte, el PRSC continúa en su proceso de "desvanecimiento". Cada vez queda menos de él. Sus dirigentes dijeron que seguirían un "camino propio", pero tomados de la mano del PLD. Intenta presentarse de la oposición siendo aliado del gobierno. Al final se impuso la alianza. Han renunciado a ser opción de poder, para medrar a su sombra.

La sociedad civil aparece "entretenida" en lo que las agencias de cooperación y financiamiento entienden que son las prioridades a las que debe dedicarse. Ellas ponen los fondos y los temas de trabajo. Con el libre acceso a la información pública, el combate verbal a la corrupción, la demanda por la transparencia, equidad de género y el cuidado al medio ambiente, todos los problemas de la Nación serán resueltos. Para una democracia de ciudadanía y del bienestar, no hay fondos disponibles.

La Junta Central Electoral denuncia una campaña descrédito, mientras persiste en mantener una situación que crea la suspicacia y la desconfianza, recibiendo el apoyo del partido en el gobierno, que no hace otra cosa que crear más desconfianza.