A pesar de su muy delicado estado de salud, el ciudadano no hizo valer ninguna excusa para evitar presentarse ante el tribunal apoderado del  recurso de apelación que él había interpuesto contra una resolución  que le imponía como medida de coerción tres meses de prisión preventiva.Sabe  que está siendo objeto de investigación por el Ministerio Público y que su deber ciudadano y su obligación legal es dar el frente y presentarse ante cada requerimiento judicial.

Llegó tambaleando al tribunal. Luego tuvo que ser visto por una médica del recinto carcelario donde estaba interno. Apenas podía sostenerse en sus pies y estar sentado no le resultaba cómodo. Respiraba con dificultad.

Sus abogados presentaron al tribunal el diagnóstico de sus médicos: “Distonia autonómica cardiovascular aguda; Hipotensión arterial postural; Accidente vascular isquémico en núcleo derecho”. El cuadro médico parecía justificativo de la no aplicación de medida de coerción o la imposición de una de ellas que no implicara prisión, sobre todo si además de las razones médicas se tomaba en cuenta el perfil del imputado y la inconsistencia de la imputación.

El representante del ministerio público, sin embargo, tenía un argumento contrario. Asido del texto del artículo 234 del Código Procesal Penal, el fiscal enfatizó, como quien hace un descubrimiento: ¨El imputado no tiene una enfermedad terminal, no basta con que sea grave, recuerdo al tribunal que la ley dice textualmente: grave y terminal de modo que esta y le cierra la puerta para liberarse de la prisión preventiva”. Advertí, entonces, que la libertad y la vida de un hombre, a veces, dependen de la importancia que un fiscal otorgue a una conjunción o a la humanidad con que se lean los textos penales. El hilo entre la vida y la muerte podría depender de que un fiscal entienda que su papel no es siempre conducir a un hombre al abismo de la cárcel, sino conseguir que la sociedad ofendida sea resarcida y el agente infractor sea regenerado.La puridad semántica del  fiscal pudo ser fatal para aquel ciudadano.