Con este importante anuncio del Gobierno Central junto con los Ministerios de Turismo y Medio Ambiente de permitir el desarrollo turístico en Bahía de las Águilas, se inicia una etapa sumamente interesante, de desarrollo y prosperidad para nuestro país.

Estamos viendo el nacimiento de un polo turístico de gran envergadura,  conformado por toda la región suroeste, lo que llamamos el sur profundo, desde Barahona hasta Pedernales. Ya se anunció la construcción de un nuevo aeropuerto, carreteras y más de 3,000 habitaciones hoteleras que proveerán unos 6,000 empleos directos para la región.

Bahía de las Águilas es la punta de lanza de este desarrollo. Es la punta del iceberg que podemos observar en este momento, pero sabemos que detrás se formarán muchas empresas que generarán más empleos directos e indirectos que contribuirán a que el desarrollo de esta región se solidifique. Nos referimos a empresas colaterales al turismo como son nuevos restaurantes, taxis, formación de guías, escuelas de formación técnica, empresas de deportes acuáticos y terrestres, suplidores de productos agropecuarios, etc, etc.

Este anuncio, sin lugar a dudas, es desde ya de gran impacto para toda la región.
Desde mi punto de vista es cuestión de voluntad política y deseo de colaborar con el desarrollo de una zona. Ese entorno de playa y montaña que muestra Bahía de las Águilas pertenece al Parque Nacional Jaragua,  con condiciones especiales para favorecer su desarrollo denominado Área de Recreo, pero conservando las características de cualquier otra área protegida, ya que allí van especies de tortugas a deshovar y existen pictografías indígenas en las cuevas de sus montañas.

En ese mismo sentido queremos referirnos al Parque Nacional Cotubanama o Parque Nacional del Este, donde no hay especies, en flora y fauna, que puedan ser dañadas con la construcción de vías de acceso y apertura de sus costas para un desarrollo eco-turístico. Al Parque se le han hecho muchos caminos de manera informal por donde transitan visitantes montados a caballos y estos caminos son suficientemente amplios que pueden ir dos y tres caballos de forma simultánea, paralelos, por lo tanto lo único que se requiere es ampliar un poco dichos caminos y hacerlos más firmes para que un vehículo no tenga problemas en el trayecto.

Debemos recordar la terminación de la construcción de la carretera del Este en el año 1970, que de la rotonda que existía en Boca Chica hacia el Este en algunas épocas del año los vehículos pasaban por encima de una especie de alfombra de cangrejos rojos que se formaba al tratar de cruzar hacia la costa. Ya esto no existe y significó un gran sacrificio ecológico, pero ahora nadie se imagina el país sin esa autopista. Lo mismo sucede con la Autovía del Coral, que tuvo que atravesar largas distancias y cruzar ríos, pero igualmente nadie se imagina ir a Bávaro y Punta Cana sin utilizar esta vía. Estos dos ejemplos han significado mayores sacrificios en términos ecológicos que lo que sería la ampliación de un camino que lleve a las propiedades dentro del Parque Nacional Cotubanama.

En adición tendremos un gran sacrificio por delante, lo que significará la ampliación de la autopista del Sur, así como un nuevo aeropuerto y otras vías de acceso ahora que inicia el desarrollo de Bahía de las Águilas, pero estoy seguro que será de mucho beneficio para la zona y para el país. Estos sacrificios ecológicos debemos asumirlos para dar paso al desarrollo, y luego restaurar la naturaleza lo más rápido posible para contribuir con su sostenibilidad.

Desde hace varios meses hemos estado insistiendo en la necesidad de que el país abra nuevas áreas para el desarrollo turístico. Específicamente hemos planteado que se liberen las costas del Parque Nacional Del Este ( Parque Nacional Cotubanamá ). Todas las costas, no solo las de Bayahibe a Saona que son las más usadas y porque ha sido solicitado como parte de un acuerdo político, sino también las de Boca de Yuma a Isla Catalinita, donde hay playas preciosas. Esta liberación la planteamos con la elaboración de un reglamento de uso y conservación de las áreas protegidas, para brindar una nueva oferta turística, una combinación de turismo de diversión con investigación científica y ecoturismo.

Proponemos un plan bien estructurado, donde se formalice las interacciones existentes entre las zonas habitadas y las áreas protegidas terrestres y marítimas y, por lo tanto, la necesidad de su manejo integrado, a fin de que el parque sea un socio-ecosistema, en el que el ser humano, sin ser parte integral del sistema natural, actúa como custodio del mismo y aprovecha su explotación, ya que de la conservación del capital natural depende su propio bienestar y el de las futuras generaciones. En otras palabras, tener un manejo que asegure la sostenibilidad tanto del turismo como de las áreas protegidas a través de un Patronato donde participe el propio Ministerio de Medio Ambiente.

La ejecución de esta propuesta en el Parque Nacional del Este podría comenzarse inmediatamente, ya que sólo son 25 parcelas, todos del sector privado con sus títulos obtenidos legalmente; y de esas 25 parcelas sólo 13 son las que poseen costa, tanto del lado de Bayahibe como del lado de Boca de Yuma, es decir, las que tendrían vocación turística, dejando un kilómetro desde la pleamar hacia el interior del Parque. Y en esta zona tenemos ya grandes infraestructuras, como las carreteras y aeropuertos cercanos, es decir, tendríamos estas grandes ventajas comparativas que debemos aprovechar, y donde el Estado no tendría que realizar inversiones.

Además de Bahía de las Águilas, es tiempo de tomar iniciativas y acciones para el desarrollo eco-turístico del Parque Nacional del Este, puesto que en el corto plazo tenemos un competidor que tiene muchas de las condiciones naturales que nosotros tenemos y que sin dudas utilizará para su desarrollo. Debemos seguir aumentando la captación de inversiones en este sector, ya que la demanda turística no es inelástica, y si se presentan opciones iguales, lo más probable es que el turista se decida por visitar un país que ha estado bajo embargo y restricciones, y más sabiendo que la base primordial del desarrollo de Cuba es precisamente el eco-turismo, Por eso es que estamos en la obligación de presentar algo nuevo, diferente y rápido, y este es el tiempo de hacerlo. Debemos ampliar las áreas para alcanzar en corto plazo la meta de 10 millones de turistas al año.