Tan cínicos e hipócritas son
Los hacedores de leyes, que de
Ellas se declaran inmunes.
A Thomen-
Continuando con nuestro tema de la semana anterior, sobre el punto en que nos perdimos como Nación y el cómo sobrevivimos bajo esta guerra de propaganda y engañosa publicidad, tengo la gran sospecha de que la situación es mucho peor. Prestamos indefendibles moral o éticamente, ya que no son pocos los que conocen hacia donde irán a parar esos recursos. Tenemos funcionarios que locamente ansían cualquier anormalidad natural, porque con ella llevan a cabo un clientelismo político y populista en base a muchas “estadísticas” de accidentes y penurias, presentados con engañosa publicidad e ingeniosas y bien elaboradas propagandas, con las cuales pretender hacer creer, que sus acciones, son la panacea del porqué debemos estar agradecidos de sus “operativos”.
Debido a eso, aparecen “prestamos”, para “mitigar” desastres naturales, el cual justificará comprar a trocha y moche y de manera urgente, desde casas de campaña hasta palas para enterrar heces y luego, repartir a necesitados o no, todo con el fin de limpiar los almacenes y volver a repetir el ciclo. Por “nimiedades” o “chelitos” como estos, es que se comprueba una vez más, que al gobierno no le hace falta dinero para hacer las cosas que se deben de hacer para el pueblo pero, lo que es indiscutible es , que a los políticos si les hace falta mucha más plata para su clientelismo, populismo e indelicadezas.
Que nadie se llame a engaños, porque justificaran todo por perverso y corrupto que sea, con un gasto mayor en publicidad, de “las bocinas” encargadas de justificar estos desmadres o, aún peor, con un silencio pasmoso que demuestra el desprecio por lo que pueda opinar o pensar el pueblo. Y pena de todo aquel que no se deje conducir mansamente o critique su proceder malsano, porque la ordalía a la que se ven sometidos por “dudar” sobre la “idoneidad” de muchos funcionarios públicos-militares o policiales, es algo monstruoso, comenzando hasta por la pérdida de la intimidad en sus conversaciones.
Como dice el burgo, la “cosa”, no esta buena, aun la vistan de santa. Y es que, una gran mayoría del pueblo se niega a ser resiliente prefiriendo ser parte de la gran masa de “solidarios” y otros tantos favorecidos por el clientelismo político o buscando en lo etéreo, la solución a sus problemas, siendo la razón por la cual, cada día, vemos cómo crecen los “pastores”, que se dedican solo a ordeñar “sus ovejas”. Aquí los supermercados compran plátanos al productor a 4 y 5 pesos y los venden a 22 o 24 y después de un par de semanas, los ofrecen a 12 0 14 pesos, supuestamente en “especial” y la gente lo cree así. Las prestadoras de servicios de comunicación abruman con su propaganda y publicidad y a nadie le importa la calidad del servicio que prestan, porque de igual manera el organismo llamado a proteger al consumidor, se gana lo increíble como si esta “ganancia” saliera de las prestadoras y no de los bolsillos de los usuarios
Si nos zafamos de una, aparece otra, como esa a las que ya nos tienen acostumbrados determinados funcionarios públicos; “El teletrabajo y restringir el número de vehículos son medidas que ayudarían a disminuir las emisiones de precursores de ozono”, simplemente una genialidad, un descubrimiento sensacional, producto de una mente brillante pero… ¿Y? “El inmigrante que viene al país no viene a quedarse”; “el haitiano que viene a trabajar, una vez terminado, regresa a su país”; “la palabra invasión es un invento del dominicano al ligar el tema de la inmigración con la soberanía”. Ahora comprendo, el por qué, no han hecho nada, para detener este debacle inmoral e irresponsable éxodo de ilegales hacia este país. Me parece que la entropía nos arropa por doquier.
Estamos más que peor, y no lo quieren ver. Algo muy parecido a la situación política en el 1929, cuando se pretendió desconocer aspectos de las negociaciones que dieron lugar a la salida de los norteamericanos del país, el cual establecía, entre otras cosas, el principio de la no reelección y de gobiernos de solo cuatro años, además, la desconfianza reinante en los miembros de la Junta Central Electoral por parte de la oposición, ya que todos eran amigos del Presidente Vásquez y la gran sospecha de que ya, “la tiranía se estaba engendrando”. ¿Coincidencias? ¿Se repetirá la historia? Uffff, mejor no pensar. ¡Sí señor!