Desde la barra de la defensa en otros casos, hemos denunciado consistentemente el mal uso que, de los medios de comunicación, hace el Ministerio Público para publicitar sus casos, condenar públicamente a quienes la justicia no ha declarado culpable y, sobre todo, presionar al órgano jurisdiccional encargado del juicio aún pendiente.
En esos expedientes del pasado, el tiempo y las transacciones surgidas ulteriormente, nos dieron la razón respecto de lo que realmente en los mismos se perseguía y, sobre todo, en el ínterin de los arreglos, el uso de la prensa como mecanismo de crear temor en la judicatura por si acaso se le ocurriere encontrar mal fundada la acusación presentada a modo de Palabra de Dios.
Esta reiterada mala práctica ha sido puesta en escena por la Procuraduría Especializada de Antilavado de Activos, en el caso seguido contra el señor Nelson Rizik Delgado, cuyo pecado capital es ser hermano del señor Winston Rizik y poseer bienes, desde hace décadas, que a la Procuraduría se le antoja señalar como producto del lavado de las sumas generadas por Winston en las actividades de narcotráfico que el Ministerio Público alega éste realizaba.
Nuestra defensa en justicia y ahora ante la sociedad, es la de Nelson, frente a quien la Procuraduría no ha podido sostener y debatir, ante los tribunales y con alguna presteza, su acusación de lavado de activos, recurriendo entonces y conforme su costumbre, al escenario donde nada es contradictorio: Los medios de difusión masiva.
Este lastimoso proceder, que viola numerosas disposiciones legales y constitucionales, así como las propias reglas a las que se debe el Ministerio Público, logra sus efectos frente al público en general y, sobre todo, frente a los jueces encargados del caso a quienes, de no complacer al Ministerio Público, por más mala, arbitraria, ilógica y abusiva, que sea la acusación, se les promete condenar mediáticamente como corruptos, complacientes con el narcotráfico y enemigos de la sociedad.
En el caso de Nelson Rizik Delgado, a Procuraduría ha logrado colocar más de veinte publicaciones en algunos diarios, todas coincidentes con el día antes y después de las audiencias celebradas y, además, con el común denominador múltiples mentiras relacionadas con supuestos afanes dilatorios que les han adjudicado a Nelson, todo sin parar mientes en que las actas de las audiencias reflejadas en las publicaciones desmienten las versiones temerarias del Ministerio Público.
La última gran cruzada mediática fue desplegada ayer, el 4 de mayo del presente año, en donde, en medios de difusión escritos y televisivos, la Procuraduría llama al pueblo a esta atento al fallo que sobre este caso se dará el próximo viernes 6 de mayo; como evidente mecanismo de presión a os jueces encargados del caso en cuestión.
Claro, la Procuraduría no incluye dentro de sus edictos públicos, lo escandaloso de su acusación frente a Nelson Rizik, ni que ello quedara en evidencia cuando, en juicio, donde Nelson se puede defender y responder las arbitrariedades del Ministerio Público, se inquirió al acusador que precisara a propósito de qué delito se produjeron los activos cuyo lavado u ocultamiento se le adjudica…ante lo cual vino un silencio más largo que los puntos suspensivos que anteceden, dejando claro el taciturno representante de la sociedad que ni siquiera el mismo Ministerio Público sabe de qué acusa al ya crucificado Nelson!!!
Y así llaman la atención del pueblo para presionar a los jueces, con acusaciones bastardas y ligeras que lo único que demuestran es la poca importancia que la Procuraduría le da al criterio de objetividad que se le supone en su accionar; la falta de aprecio por la verdad; la quiebra de la moral del encargado de tan serias investigaciones y la impermeabilidad de la conciencia de quienes manejan esta institución a quienes les importa un bledo aniquilar a un ciudadano y los derechos fundamentales que se les suponen tener.
Cuánto quisiéramos que la Procuraduría, en su afán publicitario, accediera a discutir en ese mismo plano, con nosotros, su acusación vedette; pero eso nunca ocurrirá, no es el modus operandi de estos Jinetes del Apocalipsis… sería exponer demasiado la desnudez de una acusación invertebrada y el sicariato mediático ejercido desde tan importante institución.
Esperamos que los radioconfusos esfuerzos desplegados por el Ministerio Público, no hayan hecho metástasis en la judicatura y que, ésta, lejos de someterse a las presiones procuradas, cumpla con la ley y falle en base a las pruebas crítica y sanamente analizadas.