Cuando los estrategas del partido gobernante trazaron su línea de acción durante la campaña electoral reeleccionista diseñaron "agarrar" el Senado, de donde emana la justicia y sus aparatos con la finalidad de controlar el Tribunal Electoral y otras altas cortes.

Todo quedó en control como medida de freno a iniciativas opositoras y libertad de decisiones a voluntad del PLD.

No hubo en principio algarabía ni mucha conciencia de empresarios y sociedad civil, pero hoy pagan su desatino y descuido fatal, porque se dan cuentas de la entronización de una especie de autoritarismo antidemocrático y de imposición política que intenta poner en "cuarentena" con goce de impunidad a los altos funcionarios corruptos y malversadores de los recursos públicos.

Por eso, el manido caso Odebrecht no pasa de los discursos en boca de ministros y de la única comparecencia del Presidente Medina el 27 de febrero día de la Patria, usando un corto espacio para el tema y cubriéndose de "carita de santo", con evasivas y elocuciones vagas y difusas que no expresan ningún contenido de compromiso alguno concreto. Son las mismas frases estandarizadas de siempre, cuando no se tiene la voluntad política de someter a los funcionarios responsables de sobornos y cohechos.

Juega el Presidente al tiempo como herramienta de disolución de todo lo que acontece, que se quede en la historia, contando con la socorrida falta de memoria del pueblo.

Las investigaciones son acciones secretas del Procurador de la República, funcionario designado por el Presidente y que responde a sus designios y competencias, sin independencia ni talento demostrado.

Así andan las cosas. Y el pueblo en expectativa y protestas.

En cambio, congresistas, bocinas y funcionarios en la misma dirección del discurso poco convincente;  se manifiestan con temor y angustiados ante la insistencia de la prensa responsable.

El Presidente y sus funcionarios callan cuando el país por redes y prensa reciben las andanadas de informaciones y documentos extraídos de instancias judiciales de países involucrados en el tema Ordebrecht. Callan porque al hablar lo hacen en sólo defensa política de su gente, pero no aportan nada en términos de investigaciones de cuentas por las citaciones internacionales de personajes involucrados, o por los rumores públicos tan insistentes.

Todo pese a que el Presidente Medina en su alocución de toma de posesión juró actuar hasta por el rumor público si fuera necesario , en referencia a la corrupción.

La negativa del tinglado del gobierno a buscar magistrado independediente e íntegro es una demostración palpable del  escenario complicado que se les presenta al Presidente y a sus autoridades, que pudieran resultar imputados.

El Presidente Medina se presenta como desconocedor de todo ese tinglado mafioso, al parecer no tiene tiempo para esos menesteres, o es un inocente de la operación "macutera" que sirvió a su propia reelección. ¡Quién se lo creería!

Pero no importa, porque más tarde o más temprano se darán a la luz los sobornados y sobrevaluadores de obras, tal como está aconteciendo en Panamá, Perú, Brasil y otros países;  dado a que dos variables evidentes se levantan para forzar a que ese mutismo del gobierno sea hecho añicos: la presión del pueblo y la sociedad civil  con su movilización perseverante y escalonada, y  la recepción de documentos e informaciones del  exterior sobre el sometimiento responsable de funcionarios en los países envueltos.

El tiempo lo dilata el Gobierno, pero ese mismo tiempo dirá la última palabra y muchos santuarios se derrumbarán bajo el imperio de la evidencia documental del exterior y la presión incontenible de la sociedad agotada de la ignominia a que la somete implacablemente el discurso vacío e hipócrita de funcionarios y "bocinas" hilvanando ditirambos que ocultan la verdad de los hechos bochornosos.

Estoy muy seguro que la verdad resplandecerá con todo su vigor  y no habrá mentira ni falacia de estilo pelediano en comparecencia engañosa que la detenga. La suerte de Danilo está echada, hoy o posteriormente. "Los hechos perduran para toda la vida, mas la palabra se la lleva el tiempo".