Para concluir con el tema del edificio Model -C, que iniciamos la semana pasada, y aun sea a vuelo de pájaro, haremos referencia a algunos aspectos a tomar en consideración sobre este modelo (valga el uso del término), que conjuga construcción prefabricada y eficiencia energética.
Como ya escribíamos en el artículo anterior, teníamos como dato a resaltar que el edificio, cuya finalización se proyectaba para final del 2021 (plazos del Covid 19 aparte), se concebía para ser construido con un sistema de madera prefabricado, laminada cruzada (CLT), con la consabida reducción de emisiones de gases propia de este material. De hecho, el equipo de trabajo del proyecto tiene como un cálculo cierto que los niveles de emisiones del edificio, en su proceso de fabricación y logística, seguirían siendo menores (incluso, contando con los proceso industriales de la madera, su transporte y puesta en obra, etc… ) que los de un edificio convencional, haciendo el cálculo de este último al 50%.
Esto niveles colocarían al Model-C como un edificio NZEB (Net Zero Energy Building), certificado por Passivhaus (https://passivehouse.com/ ), incluyendo incorporación de renovables en la trama arquitectónica ( paneles solares) y estando acorde con los establecimientos normativos de la ciudad de Boston.
El Plug-and-Play
“Lo que buscamos es que un edificio funcione como un coche”… Esta frase a modo de broma futurible – un futurible al mejor estilo Syd Mead- nos la compartimos en nuestros espacios de trabajo e investigación de la universidad. La aspiración: un edificio que se pueda fabricar en un espacio industrial, en donde se optimicen los procesos de fabricación, hasta que los mismos garanticen su sostenibilidad, para que luego solo sea llevarlo al lugar de emplazamiento y una vez allí conectar y usar. Esa aspiración cada vez más próxima, gracias al avance de la técnica, aún no termina de llegar.
Han transcurrido 90 años, incluso más, desde que Richard Buckminster Fuller, concibiera su Dymaxion House (otro tema recurrente de nuestras columnas semanales), para que un edificio como el Model-C pudiera convertirse en realidad; evidentemente otros han recorrido este camino antes que este edificio habitacional de Boston, pero hoy nos referimos a este y lo hacemos con un cierto buen pálpito.
Las demostraciones de que una arquitectura industrializada y además de altas prestaciones energéticas, puede ser, a la par que sostenible, muy rentable en términos económicos, están cada vez más a la orden de día. Muchos prototipos están ya más que probados y comprobados, solo hace falta echar un vistazo a las propuestas que, durante casi dos décadas, se han presentado al concurso de casas solares Solar Decathlon, otro recurrente en nuestros escritos (https://www.solardecathlon.gov/); pero el paso definitivo para que el mercado reciba este producto se retrasa…
Estamos convencido de que llegará y esperemos que Boston (https://generatetechnologies.com/work-model-c), como no podía ser de otra manera, signifique una especie de anuncio de lo que viene.