Una de las grandes obligaciones que aun ha de ser asumida por el actual gobierno es la obligación con la experimentación. Esta responsabilidad es de suma importancia dadas sus implicaciones en lo que concierne a la ética del liderazgo político.
¿En que consiste esa obligación? Todo liderazgo es responsable de desafiar las estructuras de poder para beneficio de la ciudadanía; es responsable de luchar por el fortalecimiento de las instituciones, o en nuestro caso, construirlas. Esta experimentación supone errores. Construir un Estado democrático no es cuestión de días; construir un Estado que responda a las necesidades de la ciudadanía no es tarea sencilla. Permite errores porque al final del día se preocupa más por el proceso deliberativo y la legitimidad del mismo que por el resultado. La experimentación que nace de la obligación del servicio público es una que goza de la legitimidad del pueblo. Quizás más importante aun, la experimentación a la que hago referencia nos defendería de las aventuras autoritarias a las que estamos acostumbrados.
Es por esto que la experimentación se convierte en el arma más poderosa del líder político. ¡Ser un político transformador implica querer transformar! La forma más fácil de demostrar la falta de deseo de transformación es la falta de experimentación. ¡Sí! Estoy diciendo que quiero que nos equivoquemos. Quiero que cometamos errores. Así aprenderemos y construiremos camino. Pero cuando veo un servicio exterior inflado, una nómina pública abultada, Ministros y altos funcionarios con historiales de denuncias y suficientes sospechas como para crear expedientes judiciales, sé que no existe el deseo de experimentar.
El líder ético no puede sólo ver en ocasiones; no puede ver y luego cegarse, pues la ética como la justicia, no es selectiva. La verdadera política se cimenta sobre la ética. Lamentablemente, encontrar en un liderazgo esa cualidad es también tarea difícil. Hasta donde yo sé, la ética no se ha comercializado. Evidencia de eso tenemos en la reciente decisión de archivar la querella contra el ex-Presidente de la República.
Por esto la mejor propuesta de cambio es la política. Todo proceso electoral presenta oportunidades para quienes desean aventurarse. Los recientes datos de la encuesta Penn, Schoen y Berland lo confirman. Está en los aventureros demostrar su compromiso con la experimentación, que no es más que un compromiso con la gente. Mientras más tiempo dediquen a plantear su visión país, más rápido conquistarán a quienes aun dudan de salir a apoyarles.