Si preguntamos a cualquier persona qué entiende por política, tendríamos un sinnúmero de respuestas. Ciencia, bella, guerra, arte o sucia, son algunas de las respuestas dependiendo quien la defina. Lo que sí es que la finalidad de la política es el poder. Y en la búsqueda del poder, aunque parezca extraño, todas las definiciones tienen cabida.
En el proceso de obtención del poder, la medición del electorado es fundamental para trazar pautas y políticas para el éxito de un partido y/o candidato. Es por eso que las encuestas de preferencia y rechazo electoral siempre están vigentes para los que aspiran a una posición electiva. Y aunque se publican varias encuestas que arrojan resultados que se contradicen – esto para la persuasión del votante-, los partidos y los candidatos tienen y saben los números reales.
A pesar de que en marketing político no existen candidatos buenos o malos, los números son los que hablan y muchos partidos políticos han llevado como candidatos a personas que por más buenas intenciones y serias que puedan ser, los números no les favorecen y pierden. Algunos partidos entienden esto, pero otros no.
A menos de dos años de las Elecciones Generales de la República Dominicana, en donde se escogerá, no sólo al presidente y vice-presidente, sino a los senadores, síndicos, diputados y regidores, ya se trabaja para la escogencia de los candidatos -hombres y mujeres- que representarán los respectivos partidos políticos y serán las opciones del electorado. Como tenemos un sistema presidencialista, esto influye de manera directa a dar más importancia a los candidatos presidenciales que a los demás candidatos a posiciones electivas. Pero: ¿Quiénes deberían ser los candidatos presidenciales para el 2016?
Aunque el panorama electoral en torno al candidato presidencial es cada día más claro, ya hasta personas se han atrevido a vaticinar los próximos candidatos, por lo menos de los dos partidos mayoritarios, los números dicen otra cosa. Por el PLD sin duda alguna lo será Leonel Fernández, claro está, de él ver alguna posibilidad de perder –difícil por lo visto-, de seguro no se presentaría. Por el PRD, lo será Miguel Vargas Maldonado. Esto puede que cambie por alguna causa que se presente, pero al momento esto es lo que se ve venir.
Si por números es, el candidato por el PLD debería ser Danilo Medina, pero la Constitución se lo prohíbe. El presidente cuenta con la mayor porcentaje de aceptación, dentro y fuerade su partido, y más importante aún, la menor tasa de rechazo, lo que lo convierte en el candidato ideal de su partido. Por la Constitución no hay problemas, ya Balaguer lo dijo y sus adversarios políticos lo han demostrado, la Constitución es un pedazo de papel, el problema que tendría es faltar a su promesa que hizo ante la tumba del profesor Bosch. Esto último tampoco es problema, justificaría su “sacrificio” porque el pueblo se lo pide.
Por el otro lado, si por números es, el candidato del PRD debería ser Hipólito Mejía, pero éste ya no pertenece a dicha institución. Parecería mentira pero el ex-presidente cuenta con mayor porcentaje que sus otros adversarios, Abinader y Vargas y la tasa de rechazo es menor que la de Miguel Vargas Maldonado y Luis Abinader. Pero por lo visto es difícil un entendimiento entre las dos partes del PRD, lo que es casi imposible que Hipólito Mejía sea elcandidato por este partido.
Con la oposición dividida y debilitada, más el impedimento de la reelección, los números cada vez favorecen, para bien o para mal, al Dr. Fernández.