La Biblia atribuye a Cristo la frase “yo no he venido a ser servido sino a servir”.

Y el maestro Juan Bosch fue persistente en su prédica: “Quien no vive para servir, no tiene razón de vivir”.

“Deberían dedicarse a otra cosa aquellos políticos que entienden que la política es para hacer plata, porque ella está para servir, no para acumular dinero”. Pepe Mujica.

A propósito de este preámbulo de citas, quiero hacer un par de acotaciones sobre lo que entiendo debe ser práctica y mi prédica del político:

Emprender acción de beneficios individual, comunitaria, social, de solidaridad y de asistencia porque benefician a la gente como individualidad o como colectividad.

Nunca emprender una acción pensando o esperando el beneficio político o electoralmente.

El político debe estar armado de una alta y profunda voluntad, y de una alta y profunda vocación de servicio.

De un alto y profundo espíritu de solidaridad y de una alta y profunda sensibilidad humana y social.

Al servirle a la persona, no lo hacerlo pensando en que me lo agradezca.

Ni mucho menos para que se sienta atado por el hecho de haberle servido. Ni tocado en su dignidad personal.

Ni pretender convertirlo en colonia mental.

Al servir, hacerlo con alto espíritu de solidaridad y sensibilidad humana y social. “Quien no vive para servir, no tiene razón de vivir”.

Que te juzguen por tu labor social y comunitaria, al servicio de la colectividad, al servicio de la gente.

No por lo que hagas o no hagas en términos personales por alguien.

Servir a los demás siempre tiene que ser un gesto de solidaridad. No una acción clientelar y populista.

Que te juzguen por tu conducta personal. LO QUE ES LO MISMO: POR TU HONESTIDAD.

Mi gran aspiración: Ser un referente de mi pueblo y mi gente, sobre todo, un referente para la juventud.